Registra 174 asesinatos de periodistas en los últimos 3 sexenios
Con
el poder y la sabiduría de 140 mujeres periodistas, laborando en 24
entidades del país, se formó un colectivo llamado “Reporteras en
Guardia”, que quiere rescatar del olvido el rostro humano de la
violencia que vive el gremio desde el año 2000.
Cruzando bases de datos de cuatro organizaciones sociales:
Comunicación e Información de la Mujer AC (CIMAC), Artículo 19,
Reporteros sin Fronteras, y del Comité para la Protección de los
Periodistas; se identificó a 174 mujeres y hombres periodistas que han
sido asesinados o desaparecidos en los últimos tres sexenios de los
expresidentes mexicanos Felipe Calderón, Vicente Fox y del actual,
Enrique Peña Nieto.
Las reporteras que forman parte del colectivo trabajaban de la mano
con estas personas. Eran amigas, colegas, o familiares, y constataron
que “matar a periodistas en México es un acto impune. Como matar a
nadie. La ausencia de nuestras víctimas nos suscita dolor, indignación.”
Es por eso que surgió el proyecto de hacer un Memorial de Periodistas
en México. La primera idea fue hacer un libro, pero luego se convirtió
en un sitio web: mataranadie.com, presentado hoy en el Museo Memoria y
Tolerancia (MyT), en la Ciudad de México.
Las reporteras se propusieron “mostrar la humanidad de las víctimas
con claroscuros, sin juzgarles, ejerciendo con rigor nuestro oficio”. En
la primera fase, se integraron 20 perfiles a la página, pero el
objetivo es publicar la mayor cantidad posible antes de que finalice el
sexenio de Peña Nieto.
Al mismo tiempo, quisieron llamar la atención sobre la situación de
trabajo de mujeres periodistas en el país, que realizan su labor en
zonas “silenciadas”, bajo amenazas, bajo acoso, enfrentando denuncias
por parte de oficiales, en condición de desplazadas, o con sueldos
bajos, al margen de la precariedad.
Son un grupo únicamente de mujeres, porque “es necesario para
visibilizar una presencia masiva”, dijeron, y: “Porque tenemos derecho a
impulsar cualquier iniciativa que nos imaginemos”.
Muchas de ellas estuvieron presentes en la presentación de la página
en el MyT, después de viajar a la ciudad por su propia cuenta. Cuatro
periodistas comentaron cómo realizan su trabajo en municipios y ciudades
flagelados por la violencia y la corrupción.
Martha Olivia López Medellin narró cómo desde finales de los años 80,
Tamaulipas se convirtió en “zona silenciada”, donde las y los
periodistas practican la autocensura para sobrevivir. “El 17 de julio
del 1986, encontré tirados en el piso los cuerpos llenos de balas de mi
jefa de información, y el director del medio. Yo tenía 17. Ella tenía
24.” Este hecho marcó su vida en el periodismo, dijo López.
La periodista recalcó los enlaces estrechos entre narcotráfico y
autoridades locales. Recordó que nueve meses después del asesinato de
su jefa, Norma Alicia Moreno Figueroa, y el director del medio, el
Ministerio Público le envió información de la policía municipal sobre la
investigación.
Sin embargo, cuando intervino la Comisión Nacional de Derechos
Humanos, la Procuraduría General del Estado contestó que la averiguación
previa se destruyó en un incendio. “Casualmente, se dañó sólo una caja y
en esta caja estaba el expediente de Norma y Ernesto”, recordó López
Medellin, y dijo que el caso marcó un antes y un después en Tamaulipas.
“Los nombres de las y los colegas asesinadas cambian, pero la cadena
de omisiones y complicidades es la constante”, concluyó la periodista,
quien pasó 6 años como desplazada entre 2011 y 2017, a causa de las
amenazas que ella misma sufrió.
El panorama que dieron las representantes de Veracruz, Sinaloa y
Guerrero era parecido. Norma Trujillo, reportera de la Jornada en
Veracruz, contó del acoso judicial que sufren ella y sus colegas en este
estado. Recordó que en el caso de las y los periodistas agredidos en
2013, quienes cubrían un desalojo de maestros, se interpuso demanda ante
la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra la Libertad de
Expresión (Feadle).
Uno de los demandantes, dijo, fue Rubén Espinosa. Trujillo expuso que
“al Ministerio Público le urgía que uno de los tres compañeros que
demandaban se declarara consumidor de drogas. Les pidió que se
desnudaran, es decir, de víctimas pasaron a ser criminalizados, y jamás
hubo una sentencia.”
Trujillo resaltó que durante el gobierno de Javier Duarte Ochoa, hubo
una reforma del Código Penal estatal, la cual penaliza daños a la
reputación. Este artículo es un instrumento que se usa de manera
recurrente para intimidar a periodistas, narró.
Cynthia Valdéz, periodista desplazada de Sinaloa, hizo hincapié en la
falta de visión de género que sufren las mujeres en el Mecanismo de
Protección Para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
Con voz vacilante narró que a ella como madre de familia le tocó ver a
sus hijas crecer a la distancia por más de un año.
Criticó que el Estado Mexicano se ha negado una y otra vez a
reconocer o legislar en la materia de las 300 mil personas desplazadas
en el país, “simplemente dice que el problema no existe”.
Para ella, falta construir una perspectiva de género, donde las
mujeres puedan desarrollar sus capacidades profesionales. “Las
instituciones de protección y atención a víctimas carecen de programas
sólidos para incorporar a los desplazados a una vida civil y
productiva”, dijo.
“No contempla mecanismos de reintegración o reincorporación a la vida
civil para las personas que tuvieron que ser extraídas de sus
regiones.” No existe plan de retorno, criticó Valdéz. Para finalizar,
Vania Pigeonutt habló de la situación, muchas veces precaria, de las y
los periodistas en Guerrero, y de otras “zonas de silencio”.
Mostrar las condiciones en las que se hace periodismo en México, es
uno de los propósitos del colectivo “Reporteras en Guardia”. Lo hacen
sin fines de lucro, “por el amor al oficio y la solidaridad” con las
compañeras y compañeros víctimas de asesinato y desaparición.
Los primeros 20 perfiles ya se pueden ver en su página web.
CIMACFoto: Sonia Gerth
Por: Sonia Gerth
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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