De mujeres en competencia
Leonardo García Tsao
Este año me solicitaron de la revista Screen a
participar en el jurado calificador, esto es el grupo de críticos que,
en la última página de sus publicaciones diarias durante el Festival
Internacional de Cine de Toronto (TIFF, por sus siglas en inglés),
publican sus calificaciones en torno a la sección Platform, la única
competitiva del encuentro. Eso me ha obligado a ver películas que quizá
no hubiera visto bajo mi propia voluntad.
En ese caso estaría Rocks, de la británica Sarah Gavron, cuyo segundo largometraje, Las sufragistas
(2015), me pareció filmado con singular impericia. Vaya, no esperaba
que hubiera mejorado mucho en su siguiente realización. El título es el
apodo que recibe la joven negra Shola (Bukky Bukray), quien vive con su
pequeño hermano Emmanuel en un suburbio londinense, bajo el cuidado de
su madre soltera. Ella asiste a una escuela donde la mayoría de sus
compañeras son hijas de inmigrantes. Un día, la mamá de Rocks decide
abandonar a sus hijos y la adolescente decide jugársela para evitar a
los trabajadores sociales que los pondrían en algún orfanato.
Es un tema que Ken Loach podría haber filmado en su sueño con sus
habituales rigor y sentido de la urgencia, pero Gavron está muy lejos de
esa maestría. Como toda película juvenil, Rocks recurre a la
cámara en mano, al corte rápido, a la música hip hop y a las imágenes
tomadas de un celular. Hay que decir a su favor que tiene frescura y
sinceridad en su retrato de la solidaridad como algo que une a esas
jóvenes marginadas.
Por su parte, en Proxima, la francesa Alice Winocur intenta,
también en su tercer largometraje, su trabajo más ambicioso a la fecha,
una coproducción francoalemana sobre una mujer llamada Sarah (Eva
Green) que aspira a ser la primera astronauta francesa. Para ello, se
somete a un riguroso entrenamiento que le exige mucho en el terreno
físico y sicológico. Sin embargo, la mayor prueba emocional es la
separación que la misión espacial
bautizada Proximaimplica en relación con su pequeña hija Stella (Zélie Boulant).
Como es la única mujer en el equipo de astronautas que incluye a un
gringo machista (Matt Dillon, todavía con expresión de asesino en
serie), también hay en Sarah una urgencia por demostrar su igualdad.
Todo eso suena interesante; sin embargo, la película no despega nunca.
Menos mal que Sarah es interpretada por Green, una actriz de probada
sensibilidad e inteligencia, que sostiene el asunto cuando ya nos ha
empezado a hartar con la monotonía del tema del amor maternal. Sarah es
capaz incluso de violar la cuarentena a la que se someten los
astronautas, con tal de tener un último momento junto a su pequeña
berrinchuda. No esperen la respuesta francesa a Gravedad (Alfonso Cuarón, 2013), pues Proxima no es otra cosa que un tibio melodrama doméstico que no llega al espacio.
A ver si la francesa Julie Delpy o la argentina Paulina Hernández,
también en competencia, logran algo más digno para representar a su
gremio.
Twitter: @walyder
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