3/08/2011

"Bala mordida", filme sobre la corrupción policiaca



FOTO: Imagen de la película

Columba Vértiz de la Fuente

A partir de 40 casos documentados con archivos oficiales que revelan los tejes y manejes fuera de la ley en el seno mismo de la policía mexicana, el cineasta Diego Muñoz elaboró la temática central para su primera película, Bala mordida, de próximo estreno en salas cinematográficas de nuestro país, con un elenco en el que destaca la actuación de Damián Alcázar.

MÉXICO, D.F., 7 de marzo (Proceso).- Luego de tener acceso a reportes policiacos y realizar entrevistas a integrantes de seguridad pública, Diego Muñoz escribió y dirigió el largometraje Bala mordida, en el que se aprecia la corrupción y mala preparación en la policía mexicana.

El cineasta presenta cómo los elementos de seguridad pública se venden por unos cuantos pesos: compran su chaleco, la pistola, las balas, el uniforme y su plaza de trabajo, no cuentan con la vocación de servicio y cómo, debido a que reciben el salario mínimo, fácilmente los contratan narcotraficantes o pasan a formar parte de bandas de secuestradores.

Bala mordida, terminada en 2009, la protagonizan Damián Alcázar (ver recuadro), Dagoberto Gama, Flor Payán, Miguel Rodarte, Gustavo Sánchez Parra y Roberto Sosa, entre otros actores.

Es la historia de Mauro, joven policía preventivo que se ve envuelto en un intercambio de cocaína. Por quedarse con unos pesos de más, canjea su pistola para completar el costo de la mercancía y discute con Joaquín (traficante y expolicía a quien amenaza de muerte); pero al retirarse junto con los demás agentes que lo acompañan, la banda de Joaquín les roba la mercancía y hiere a Mauro con un arma blanca, aunque llevaba un chaleco antibalas. Esa situación se convertirá, entonces, en un escándalo en los medios de comunicación.

El proyecto de 113 minutos es una coproducción del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine), Goliat, Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), Renta Imagen y Tosco Films.

Bala mordida será distribuida por Alphaville (empresa que también distribuyó El infierno, de Luis Estrada). Se calcula su estreno en dos meses con 30 copias, si bien desde el año pasado ya se encuentran a la venta los DVD de la cinta en versión pirata.

Material candente

Se trata de la ópera prima de Diego Muñoz a la cual le dedicó 10 años, según relata el cineasta:

“Yo buscaba un material que no fuera la típica historia de amor ni la de indocumentados o jóvenes que buscan un futuro, y casualmente en 2000 una persona que conocí, un policía, me dio 40 reportes de organizaciones de seguridad que abarcaban documentos de 1996 a 2000. Al analizarlos me di cuenta de lo que era el mundo policiaco del Distrito Federal.”

Ese fue el detonante para realizar el primer acercamiento al guión de lo que devino en su película Bala mordida.

“Al principio era casi un documental, no quería actores profesionales, deseaba hacerlo muy de verdad; pero se me cerraron todas las puertas porque realmente no había mucho interés de nadie: ni de los policías ni de las instituciones. No les gustaba el material.”

Sin embargo, Muñoz estaba bastante interesado en el tópico y para 2003 ya tenía un texto cinematográfico:

“Me dediqué a entrevistar a policías en la calle. Obviamente, ninguno de ellos me permitió grabarlos en ningún tipo de soporte: ni video ni audio. Fueron muchos acercamientos así.

“Desde que empecé a hacer las carpetas para buscar el financiamiento, ya les había ofrecido el guión a Damián Alcázar y Miguel Rodarte, ellos apoyaron mucho el proyecto desde el principio. Alcázar no dudó en participar en él, lo tomó mucho más con cabeza fría; pero Rodarte sentía temor de intervenir, tenía sus dudas de realmente personificar a un policía. Era 2004 o 2005 y nadie quería patrocinar la película, por el miedo que había hacia la policía.”

–¿No les gustaba el material porque era sobre la situación de la policía?

–Sí. Empezaba lo del artículo 226 del Impuesto Sobre la Renta (Eficine) y me acerqué a varias marcas importantes, y como iba a rodar casi todo en la calle, tenía mucho lugar donde poner propaganda…

“Entonces les mandaba el material y primero me decían que sí estaban interesados, porque aún no se entendía muy bien el 226. Al explicarles de qué trataba la historia, me decían que gracias, pero que con la policía no se querían meter. Eso me pasó mucho hasta que tuvimos el financiamiento a través de Foprocine, y ya fue mucho más fácil.”

Aquellos 40 reportes policiacos no eran algo que él anhelara conseguir; la persona de la policía que conocía se los proporcionó al saber que Muñoz andaba en pos de un buen relato para filmarlo:

“Me dijo: ‘¿Estás buscando una historia interesante?, de esto haz una película’. Esa persona participaba como observadora en muchas de las tareas de las corporaciones policiacas, como buscar, sobre todo, giros negros y patrullas clonadas, las cuales en ese momento se estaban dando mucho en asaltos con gente vestida de policía.

“Esa persona se dedicó a hacer 40 acciones policiacas en lugares específicos, leí lo que los elementos policiacos decían de un mismo suceso y me di cuenta de que había mucha distancia entre la verdad de unos y otros. Yo tomé como verdad la del observador, las otras versiones de las policías eran muy barrocas. Era chistoso leer esa ambigüedad y además eran reportes firmados con todas las de la ley.”

Su siguiente tarea sería “revisar todo sobre nota roja”, manifiesta:

“Traté de hacer el largometraje lo más apegado a la realidad que yo pude ver. Lo acabé hace más de un año. En Navidad de 2000 me dieron los expedientes y empecé a escribir en 2001. Después todo se dificultó hasta 2006, cuando Foprocine me dio el apoyo, filmamos en noviembre de 2006 y en enero 2007. Luego nos quedamos sin dinero, debíamos un montón porque se nos fue un coproductor, quien no pudo poner su participación. Entonces no estaba terminada la cinta.

“Mis socios, Pedro Scherer García, Rafael Cuervo y los demás que entraron como corporaciones, sabían que estábamos en ese problema. Finalmente, empecé yo mismo a realizar la sincronización, porque no había dinero para pagarle a nadie. Allí me ayudaron muchas personas para tratar de sacar un primer corte que no fuera muy largo. Felipe Gómez, el editor, hizo bien en quitarle mucho a la historia para hacer un producto más vendible en ese momento.”

–En Bala mordida se ve cómo proceden los policías con sus clásicos métodos de extorsión, los cuales van desde utilizar recursos públicos, como usar las patrullas para alcoholizarse, falsificar registros o pedir mordida. ¿Es un largometraje de denuncia?

–No. Hubiera sido más panfletario pensar desde el inicio en un guión de denuncia. No presento el hilo negro, son cosas que todos sabemos de la policía, de su mal funcionamiento, su mal adiestramiento y su pésimo nivel económico; pero lo traté de hacer de una manera muy mía para que no fuera justo una denuncia, sólo mostrar lo que sucedía en una comandancia de policía de ese tipo.

“A mí no me interesa la corrupción a nivel de grandes dineros, ellos se corrompen por 10 o 15 pesos; es una realidad que si la critico sería inverosímil. En cambio, como está planteada, es para que el espectador juzgue, porque yo nunca juzgo a los policías. El policía no es un personaje dentro de la sociedad que tenga una opción, lo hace por necesidad; no hay una vocación de servicio en ellos, no existe un entrenamiento ético o moral. Asimismo, son menospreciados:

“Nadie quiere tener un policía cerca. Y si fuiste policía, nadie te quiere dar trabajo de otra cosa, más que los narcos. La crítica está establecida a través de los paralelismos que presento y de lo incongruentes que son estos paralelismos con lo que debería ser la impartición de justicia.”

Bala mordida sólo se ha proyectado en festivales tanto nacionales como internacionales. Recuerda Muñoz:

“La gente que la ha visto en el extranjero no da crédito a lo que ve, y me preguntan si eso pasa en México, yo les digo que es sólo la punta del iceberg, porque pasan cosas peores. Lo que podríamos llamar estado de derecho hace mucho que dejó de existir en México.

“En este momento, la justicia se hace con una pistola o una piedra en la mano o con lo que le puedas aventar al de enfrente, es decir, nos ha tocado en todos los niveles.”

Explica que cuando rodaba el filme en la calle, gastaron casi 75 mil pesos en mordidas, por siete semanas de filmación:

“Dentro de cada pequeña relación económica que existe en México siempre hay corrupción, no importa que tengamos los contratos firmados o que te respalde un instituto, nada, aquí la ley es: el que paga, manda.

“Es un devenir histórico que nos ha marcado desde que se inició esa verbena a la que yo llamaría el salinismo, cuando todos los valores existentes son oscurecidos por el poder del dinero. Si tú tienes dinero, ganaste el juego.

“La policía no va a cambiar nunca porque, de entrada, no existe una vocación de servicio y la gente que podría tener el ánimo no va a estar dispuesta a perder la vida por mil y tantos pesos a la quincena. Entonces, esos dos factores van a ser una constante en la ineficiencia policiaca, y los narcos les pagan 10 veces más. Ahora existe una deserción alta de policías.”

Y remata:

“Felipe Calderón elevó los sueldos de los mandos militares, desde lo más bajo a lo más alto, hizo toda una configuración de lo que eran pensiones, etcétera, y un poco quisieron hacer eso con la policía, pero absurdamente no tiene sindicato. Todas las policías del mundo tienen un sindicato. Eso también es importante, porque nadie vela por sus derechos.”

El miércoles 2, Felipe Calderón envió al Congreso una iniciativa de Ley Federal de Anticorrupción.

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