11/22/2012

Los periodistas pal cafe.....



No parece encaminarse Enrique Peña Nieto a un día de campo en San Lázaro el primero de diciembre venidero. A pesar de que sus propagandistas insisten en bocetar un México de tranquilidad política e incluso de júbilo por el retorno del PRI al poder, y de que en la Cámara de Diputados la mayoría de las bancadas están gustosamente arregladas con los nuevos jefes, la ceremonia formal de asunción del mexiquense será significativamente breve y políticamente sordomuda.
Rapidez para desahogar el protocolo, pensando tanto en las protestas que podría generar Felipe Calderón al poner pie en ese salón legislativo, para cerrar el ciclo administrativo que comenzó allí mismo en 2006 en medio de una rijosidad insólita, como en las correspondientes al propio Peña Nieto y su manera mercantil de hacerse de la silla presidencial. El PRD amenaza con realizar algún simulacro de enojo político en las calles, afuera de la Cámara de Diputados, mientras adentro la mayoría de sus representantes protesta aplaudiendo con violencia al nuevo sol de Los Pinos. Morena, partido en gestación, también hará saber su oposición al arribo de Peña Nieto al poder, en un ejercicio meramente testimonial, casi de compromiso, pues de nada servirá lo que se haga en el último minuto cuando se dejaron pasar largos meses vitales para que se asentara el peñanietismo finalmente aceptado así sea como adversario frontal inevitable.
Habrá, es cierto, minoritarias expresiones intramuros de rechazo a EPN. La mayoría priísta estará de plácemes y su aliado sustancial, el PAN, no dirá ni pío, pero algunos diputados y senadores del PT, del Movimiento Ciudadano y del perredismo en proceso de traslación hacia Morena podrán realizar acciones que la mayoría legislativa calificará de improcedentes, rupestres y desesperadas. Ya el precoz aspirante a presidir el PRD, Marcelo Ebrard, luego de un homenaje a Carlos Fuentes que en este caso pareció más bien a Cantinflas, opinó que no es conveniente una toma de tribuna: No creo que sea lo más sensato, ahí te pierdes en la efeméride, que se basa en el anecdotario, qué es lo que te van a decir, toma la tribuna alta, y qué dijiste, nadie se va acordar al día siguiente, lo importante es qué dices, qué propones. Sólo por ello, por ese amago menor, es que se ha preferido para la toma de protesta encopetada un formato restrictivo y defensivo, apto para dar cuanto antes por desahogado el ritual básico y poner a QuePeNi a salvo de cualquier imprevisto. Rindes protesta y te vas. Protocolo en fuga. Ceremonia exprés.
La búsqueda de un escenario cómodo, y la confesión de que el Legislativo no lo será, llevó al peñanietismo a diseñar un formato de autismo camaral y grandilocuencia palaciega. Representantes de los partidos tendrán 10 minutos disponibles para decir cuanto quieran, pero boxearán en falso, pues ni siquiera estará presente el entrante Peña Nieto cuando los oradores pronuncien sus sentidos discursos. El mexiquense llegará al recinto legislativo después de los inocuos desahogos partidistas, ya con Felipe Calderón esperándolo en el salón plenario. A partir de la entrada de EPN todo transcurrirá a velocidad marca Mónex y Soriana: rendirá protesta como si fuera una compra con tarjeta prepagada, recibirá honores de ordenanza y saldrá del salón como si hubiera adquirido algún producto con monedero electrónico.
No pronunciará ni una palabra en tal escenario riesgoso, a pesar de que según los estrategas del viejo-nuevo poder hay la pretensión enriquista de restaurar formas republicanas. A sus anfitriones, que constituyen uno de los tres poderes soberanos, ni les oirá ni les hablará, porque ha preferido trasladar esa oportunidad oratoria a Palacio Nacional, ya sin los pocos diputados y senadores que hubieran llegado a incomodarle, a sus anchas, entre puros invitados especiales y con el blindaje militar absoluto que en San Lázaro habría tenido que respetar algunas formas. Discurso inaugural no ante las cámaras legislativas pero sí ante las televisivas que también tomarán posesión, en cadena nacional.
Astillas
Durante 12 años, el panismo convirtió la nómina federal en descarado refugio faccioso, entegando disímbolos cargos a su inexperto padrón de militantes y amigos, habilitados de lo que fuera para ocupar la jugosa función que estuviera disponible. Ahora que vuelven a escena los creadores de tan descarnada manera laboral de pagar favores políticos y electorales, y comprometer los venideros, es menester desplazar a quienes habiendo bailado los dos sexenios anteriores deben pasar a sentarse. Por ello, comisiones del Senado han aprobado modificaciones a la ley del servicio profesional de carrera para desplazar a cuatro mil directores y directores generales adjuntos y que el nuevo bando en el poder acomode a sus militantes y amigos.
Cada vez más místico, AMLO dijo ayer que busca la bondad y la justicia como en el Antiguo Testamento (exégesis sobre el caso, enviarlas a República del Amor, domicilio en receso).
Calderón dijo, por su parte, en su natal Michoacán, que yo asumo que a uno le toca vivir el momento que le toca vivir por alguna razón, que Dios sabe por qué pone a determinadas personas frente a determinadas circunstancias.
La portada de la revista ¡Hola! lleva una amplia fotografía con este título: Margarita Zavala. La Primera Dama que supo ganarse el corazón de México. En la edición mexicana de esa publicación rosa se analizan las claves de su popularidad. En Twitter, el esposo difundió esa portada relacionada con un reportaje sobre mi personaje favorito. Ella contestó: Graaaacias Presidente!.
Adiós definitivo a la Secretaría de Seguridad Pública, que fue el sueño policiaco de Calderón y de Genaro García Luna. Las reformas deseadas por Peña Nieto en materia de administración pública llevan a la Policía Federal a la reconstituida Secretaría de Gobernación.
Y, mientras la PGR deja ir vivo a Humberto Moreira en asuntos delictivos relacionados con la deuda pública que mantiene tan indignados a muchos coahuilenses, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero



Con el apoyo de algunos perredistas, los senadores del PRI se aprestan a modificar la legislación vigente a fin de despedir a casi 4 mil funcionarios federales –de las categorías de director general y director general adjunto. ¿Con cuál motivo? ¿Hay algún plan para mejorar la calidad de la administración pública? Nop. Simplemente quieren meter a sus cuates y necesitan que esas plazas estén vacantes. Son las bien pagadas, de alrededor de 150 mil pesos mensuales, más prestaciones. Aunque muchos fueron contratados en algún momento de los 12 años de Vicente Calderón, no todos son panistas. También hay quienes obtuvieron su cargo gracias a que pasaron los exámenes de la Ley Federal de Servicio Profesional de Carrera. El PRI está buscando quedarse con los espacios que hoy ocupan mil 914 directores generales y 2 mil 495 adjuntos. Solo salvarían el pescuezo, supuestamente, 472 funcionarios que aprobaron el examen del servicio profesional. Eso dice la teoría, cuando se llevan a la práctica los resultados suelen ser distintos. La intención difícilmente puede ocultarse: el nuevo gobierno desea colocar a amigos, tíos, hermanas, cuñados, y los que se ganaron una buena chamba en la campaña. Tampoco deberían sentirse seguros más de 60 mil directores de área, subdirectores y jefes de departamento, porque una vez que los priístas tengan el control del aparato administrativo van a ir por los pisos de abajo. El desmoche fue aprobado ayer en comisiones del Senado y contó con el apoyo de la izquierda salinista: Manuel Camacho Solís, Armando Ríos Piter y Raúl Morón.
A las carreras
De visita en Bogotá, con motivo de un encuentro de alcaldes, Marcelo Ebrard dijo a la agencia de noticias Apro que nueve días después de que deje su cargo, el próximo 5 de diciembre, se presentará en el congreso nacional del PRD para buscar la presidencia de ese partido, su trampolín para las elecciones de 2018. Agregó que quiere ser candidato presidencial de un frente amplio de izquierda del cual incluso forme parte Morena, el movimiento de Andrés Manuel López Obrador. ¡Ternurita!
Espejismos
Durante los seis años del calderonismo, el gobierno federal captó ingresos provenientes de la actividad petrolera por 5 billones 753 mil millones de pesos. Bien administrados hubieran lanzado a México a la posición de un país de clase media. Sin embargo, sólo dejaron 50 millones de pobres.
Prisión
El banquero de raza negra Kweku Adoboli soltó el llanto cuando escuchó la sentencia: pasará siete años en la cárcel. Esto sucedió en Londres. Trabajaba para el banco UBS y fue hallado culpable de cometer el mayor fraude de la historia británica: 2 mil 300 millones de dólares. Otro caso de especulación con valores, como los muchos que se han cometido. Adoboli nació en Ghana, pero su carrera en las finanzas la hizo en Inglaterra. Tal vez le faltó asesoría jurídica oportuna. Si hubiera viajado a tiempo a México, aquí estaría bien colocado en alguna de las instituciones oficiales o privadas con un buen cargo; tal vez hubiera pasado como veracruzano o guerrerense. Ninguno de nuestros financieros involucrados en el Fobaproa pisó la cárcel.



El inquilino de Los Pinos sigue de fiesta (aunque obligadamente deberá bajar la cortina en ocho días más), por mucho que el país se encuentre en condiciones críticas y que entre sus negras herencias se cuenten precariedad social y desaceleración económica, con todo lo que ello implica. El resultado de seis años de festejo es más que obvio, y el paquete político, económico y social que deja para la siguiente administración es explosivo.
Como bien lo advierte el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, el más reciente reporte del Inegi (con cifras a septiembre de 2012) es una marca clara del comportamiento económico del sexenio que está por terminar: un crecimiento decepcionante. En el noveno mes del año la actividad productiva apenas aumentó 1.3 por ciento, lo que pone fin al discurso voluntarista de quienes niegan la cada vez más palpable desaceleración económica de México. Con una tendencia que se modera, la carga que se hereda al próximo gobierno no será menor: reactivar la economía y hacerlo de manera sostenible.
La herencia de bajo crecimiento va de la mano con la precarización social. Los argumentos para justificar lo descrito son abundantes, y los favoritos del régimen son la crisis económica de Estados Unidos y el aumento de los precios en alimentos. Sin embargo, apunta el CIEN, “parece olvidarse que se dijo que estábamos ‘blindados’ en el primer caso, y que en el segundo no se aplicó un programa de apoyo al campo que diera resultados palpables en términos de una mayor producción agrícola y ganadera”. Además, el retroceso social tiene otro aspecto que el gobierno calderonista se niega a reconocer, y que el Coneval no enfatizó de manera oportuna en los reportes de 2009 y 2011: la precarización del trabajo. La caída en el ingreso salarial y la precarización de empleo representan un gigante contra el cual las políticas sociales no pueden triunfar; son apenas una aspirina contra un cáncer que se ramifica hacia la informalidad y la ilegalidad.
Lo anterior toma a la próxima administración con la premura de aprobar un presupuesto que trate de evitar un mayor deterioro de la economía y el bienestar social. Hasta ahora no se tiene en claro el perfil de funcionarios y programas que se harán cargo de enfrentar la coyuntura. Mucho tiempo y esfuerzo se emplearon en la aprobación de una reforma laboral que en poco contribuirá a elevar salarios y prestaciones, y que en el corto plazo solamente reducirá los costos laborales de las empresas. Habrá que ver si eso se traduce en mejoras de mediano y largo plazos, porque de no hacerlo la deuda social y económica seguirá en aumento. El legado calderonista ni de lejos es positivo: la pobreza y violencia eliminan algunos avances, pero no se puede ver el vaso medio lleno cuando existen personas sumidas en la precariedad. Veremos si el gobierno entrante es más sensible y eficaz para atender estos pendientes, de no hacerlo los riesgos de una mayor inestabilidad crecerán aún más.
Frente al escenario de inestabilidad e incertidumbre macroeconómica internacional, la economía mexicana mantiene tasas de crecimiento positivas, sostiene el CIEN. En este sentido, las cifras del producto interno bruto correspondientes al tercer trimestre de 2012 exhiben un crecimiento de 3.3 por ciento. Dicho desempeño si bien es favorable, es menor al percibido en anteriores años, reflejo de la dependencia del país sobre el desempeño estadunidense. Lo anterior se aprecia en el modesto comportamiento de los sectores productivos de la economía, los cuales reflejan una reducción considerable de su dinamismo. Dicha situación afecta principalmente el sector terciario, el cual muestra una moderación significativa en su tasa de crecimiento. Por su parte, las actividades secundarias también presentan una reducción en su expansión, aunque en menor medida. Caso contrario ocurre con las actividades primarias sobre las cuales se observa una mejor dinámica, aunque su peso sobre la economía en general es reducido.
La imposibilidad de mantener elevadas tasas de crecimiento condiciona de manera considerable la evolución económica del país, aspecto que se ve reflejado en la moderación percibida sobre las tendencias y ciclos en el tercer trimestre de 2012. En consecuencia, el menor vigor económico limita de manera importante el desempeño futuro de México, propiciando que las agudas problemáticas sociales difícilmente puedan ser atendidas mediante la generación de empleo y riqueza, afectando con ello la posibilidad de propiciar un mayor desarrollo económico.
Fuertemente vinculado con la imposibilidad de generar crecimiento económico continuo, subraya el CIEN, se encuentra el deterioro en variables sociales registrado en el sexenio calderonista. Entre 2008 y 2010 la medición de la pobreza por ingresos refleja un incremento de 10 por ciento, que se traduce en 5.4 millones de mexicanos adicionales en esta situación. Es muy delicado el aspecto de la alimentación debido a que es una necesidad básica insustituible, a diferencia, por ejemplo, de la educación donde las consecuencias por interrumpir la preparación académica durante algún tiempo no resultan tan graves como el dejar de comer.
El incremento de precios de los bienes de la canasta básica y las bajas percepciones salariales trajeron como consecuencia 21.2 millones de pobres en 2010, quienes no cuentan con la capacidad de alimentarse adecuadamente (bajo la medición de pobreza por ingresos); lo anterior tomando en cuenta que los requerimientos de consumo planteados por Coneval son bastante cuestionables. Por ejemplo, la canasta alimentaria urbana que se considera para dicha medición contempla, entre otros alimentos, únicamente el consumo de 47.8 kilogramos por persona al mes; de los cuales, menos de 200 gramos corresponde a pasta para sopa, 12.3 litros de agua embotellada, 6.1 litros de leche, un kilogramo de huevos, uno de carne de res y ternera, 1.5 kilogramos de frijol, 4.7 kilogramos de tortilla de maíz y menos de 300 gramos de arroz.
En referencia a la pobreza por patrimonio, 57.7 millones de mexicanos (12.7 millones más que en 2006) presentan esta condición, lo que se traduce en que 51.3 por ciento de la población no tiene lo suficiente para obtener alimentos, educación, salud, transporte y una vivienda digna; población que, de constituir un país, ocuparía el lugar 24 a nivel mundial por tamaño demográfico, concluye el CIEN.
Las rebanadas del pastel
No tenía por qué reiterarlo, pero el aferrado Felipe Calderón ayer confirmó que canta como gobierna, o viceversa.



Tendría 16 o 17 años y después de unos meses como simpatizante de una organización marxista, me disponía a solicitar mi incorporación en calidad de militante pleno. Los integrantes de la célula se reunieron para examinar el caso y para poner a prueba mi formación teórica y el grado de desarrollo de mi conciencia.
–¿Por qué quieres ser militante? –me disparó a bocajarro un responsable de la directiva enviado a la reunión.
–Porque no me gustan la miseria ni la desigualdad ni las injusticias –le repliqué con toda inocencia.
–No, no –respondió con un gesto de decepción profunda–. La respuesta correcta es: Porque creo en el advenimiento histórico del proletariado.



Protesta por clausura de modesto café en la Condesa
En la calle de Pachuca 115, colonia condesa, existe el Santamaría, modesto café que elabora su propio pan de dulce desde hace más de 15 años, con precios accesibles para pensionados y jubilados de la zona.

Larga y complicada ha sido la relación de los sindicatos mexicanos con las empresas que operan en nuestro país, tanto las de capital nacional como las extranjeras. Desde los albores del industrialismo en México, en el siglo 19, se dio una relación entre trabajadores y empresarios que, como en todo el mundo, ha sido siempre difícil y hasta muy conflictiva. Independientemente de que la parte patronal haya estado representada por hombres de empresa privados o por el propio Estado, esta relación es el reflejo natural de la universal lucha de clases, que siempre ha sido implacable.

El jueves 15 de noviembre se constituyó el Tribunal Electoral Popular (TEP), integrado por ciudadanos que asumieron la tarea de recibir y considerar alegatos sobre la elección presidencial mexicana de 2012. En los ámbitos de la libre actuación ciudadana y de la conservación y depuración de la memoria pública, el TEP ha construido un expediente sobre las características de esa elección; ha examinado la actuación de las autoridades electorales y emitirá un fallo alternativo. Es claro que éste no tendrá fuerza jurídica. Tendrá, en cambio, un claro valor cívico, testimonial e histórico. Con base en textos que elaboré entre julio y agosto últimos, resumo mi alegato ante el TEP.

Cuando Porfirio Muñoz Ledo increpó al presidente De la Madrid el primero de septiembre de 1988, durante la lectura del informe presidencial, nos sorprendió a todos. La sorpresa fue la clave del efecto de su protesta. Además, si lo que buscaba el entonces senador era moverle el piso al orador, lo logró, aunque no tanto como para exhibirlo en sus debilidades porque la verdad es que De la Madrid no perdió la compostura, por desconcertado que estuviera. No creo que el objetivo de Muñoz Ledo fuera restar solemnidad a una ocasión solemne por definición, que lo es en todas partes donde el jefe del Ejecutivo pronuncia un discurso similar. La inopinada interrupción buscaba más bien restablecer la paridad entre los poderes del Estado; fue como arrebatarle al presidente el micrófono –y mucho más– que se había llevado sin permiso. Además, la exigencia de Muñoz Ledo se apoyaba en la autoridad que derivaba de su condición de legislador, pero también en su calidad de político avezado que había sido secretario de Estado y presidente del PRI. Muchos repudiaron su gesto. Lo acusaron de escandaloso, descortés, mal educado, provocador y muchas cosas más; pero lo cierto es que llamó la atención sobre el novedoso significado de la presencia en el Congreso de oposiciones legislativas renovadas por el voto, y ya no por el simple cálculo porcentual de distribución de curules.

El lunes 19 de noviembre cientos de delegados de todo el país resolvieron que Morena sea un partido político. Ahí, en el gimnasio del deportivo Plan Sexenal de la ciudad de México, López Obrador señaló que Morena quiere ser un partido diferente, sin grupos, sin corrientes, sin sectas, con ciudadanos honestos, responsables y sinceros que, por encima de sus legítimos intereses personales, antepongan los del partido y los del país. No será, dijo, un partido de multitudes sino de hombres y mujeres excepcionales, conscientes, con ideales y de buen corazón. Mujeres y hombres libres y democráticos que no acepten ser súbditos, incondicionales ni achichincles de nadie, que actúen según sus convicciones y su conciencia tanto en favor de la organización como de una república más justa, más humana y más igualitaria como demandan las mayorías del país. Señaló, enfáticamente, que el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás. Esta frase, debe decirse, fue muy aplaudida, tal vez porque mucha gente ya está harta de que el poder se use para beneficio de quienes lo detentan y de sus amigos y familiares (amiguismo, nepotismo, clientelismo y corrupción). Quizá por esto es que, alzando la voz, dijo que no había línea a favor de nadie, que cada quien propusiera y votara a quienes formaron el Consejo Nacional del nuevo partido, con absoluta libertad y pensando no en grupos o corrientes sino en la capacidad para dirigir los destinos de la organización en la mística de que ésta debe ser diferente. AMLO fue elegido presidente del Consejo Nacional.

Las opiniones son dispares, pero hay algo incuestionable: estamos ante el fin de un ciclo que se inauguró formalmente con la alternancia en la Presidencia y termina con el fracaso de la derecha histórica para llevar a la práctica su proyecto de reorganización de la sociedad. Lejos de reformarse a cabalidad para dar paso a un nuevo régimen político, la victoria del panismo acentuó la decadencia de las instituciones sin transformarlas a plenitud. Una vez alcanzado el objetivo secular de vencer al PRI, desapareció el impulso reformador (¿había algo más?) o éste se concentró en atender las necesidades prácticas de los grupos de presión, las urgencias derivadas de la crisis o las turbulencias políticas de la coyuntura. Al darse por concluida la transición se echó por la borda la reforma política del Estado y se perdió de vista la visión de conjunto para reordenar las prioridades nacionales. La crisis de 2006 puso de manifiesto hasta qué punto la derecha había agotado el miserable potencial reformista que lo condujo a ganar las elecciones del año 2000. Para entonces –recordemos el desafuero–, Fox y los suyos estaban dispuestos a tensar las cuerdas del más burdo autoritarismo con el fin inmediato de liquidar en la cuna a la naciente oposición, que sólo en parte podía identificarse con la izquierda organizada. Todos sabemos lo que pasó: Fox no pudo evitar la aparición de una fuerza capaz de disputarle el gobierno a los partidos del sistema, pero la gran alianza de intereses que entonces le declararon la guerra a la oposición pasó a la ofensiva y consiguió, al fin, imponerse, echando por la borda todo sentido de Estado. Sin embargo, el enorme vacío oculto bajo la normalidad democrática pronto hizo agua en la muy frágil singladura del nuevo gobierno que, como el rey del cuento, apareció desnudo tan pronto saltó a la escena. El país estaba destrozado por la desigualdad y la violencia criminal, por la impunidad y la corrupción, pero la ilegitimidad amenazaba la propia gobernabilidad. Ante eso, sin dudarlo, el nuevo presidente dejó atrás las propuestas de campaña, se vistió de verde olivo y desde la superioridad lanzó la guerra contra el narcotráfico como razón de ser de su administración, sin admitir la naturaleza de la crisis de fondo que subyace al deterioro de las instituciones, a la que cabe añadir, hoy, la hipertrofia de las funciones de seguridad.

La conducta cotidiana de los ocupantes israelíes contra los palestinos es tan bárbara y la resistencia de estos tan digna, heroica, irreductible, que se me hace difícil narrar nuevos hechos pues la impresión que percibo es la de estar viendo una misma película que se repitiera indefinidamente. ¿Qué importa si la artera operación de castigo contra Gaza de 2008-2009 se llamó Plomo Fundido y la de noviembre de 2012 se denomina Columna de Nubes/Pilar Defensivo? La sola cifra de bajas de ambas partes en los dos casos es muy ilustrativa sobre la gigantesca desproporción de medios bélicos en este conflicto, que en rigor no es de dos fuerzas armadas, sino del Estado más militarizado del planeta contra un pueblo al que Estados Unidos y sus aliados le han negado hasta el sagrado derecho a la resistencia, armada o pacífica, contra la ocupación. En Plomo Fundido (tres semanas de bombardeos e invasión terrestre) mil 400 palestinos muertos y más de 5 mil heridos; 14 israelíes muertos y unas decenas heridos. En Pilar Defensivo (una semana de bombardeos hasta el 21/11) 140 palestinos muertos y mil 100 heridos; cinco israelíes muertos y 40 heridos.

La dinámica económica de los últimos años ha cambiado el rol de muchos países. Algunos de los llamados emergentes se han convertido en paradigmas globales. Los más destacados son los BRICS. Brasil tiene connotaciones particulares para nosotros. No solamente porque se trata de una economía latinoamericana, sino porque su democracia les permitió elegir en 2002 a un obrero de izquierda para que dirigiera a la nación. Luego de concluir su primer periodo presidencial de cuatro años, quedó claro que esa decisión de los electores ayudó a que el país sudamericano despegara hasta convertirse en la quinta economía del mundo. Lo que, entre otras cosas, permitió su relección.

Apoyada por Efiteatro, (la instancia de ayuda al teatro que permite a las empresas dejar de contribuir al fisco por un monto igual al aportado en una escenificación), la productora Escarabajo estrenó Paisaje marino con tiburones y bailarina del prolífico dramaturgo estadunidense Don Nigro, dirigida –en su segunda incursión en este ramo de la creación escénica– por Bruno Bichir, quien también actúa junto a la actriz Tato Alexander. Se trata de una historia llena de trucos que ocultan la falsedad de una supuesta mirada distinta con la que se encara la relación de pareja, empezando por un título sugerente que invita a presenciar una magia que no existe. Como tampoco existe verosimilitud en la consabida historia real de amores y desamores que plantea.

Del 18 al 25 de noviembre se realiza en esta ciudad el Tercer Encuentro Hispanomexicano de Música contemporánea, organizado por las compositoras Marcela Rodríguez y Georgina Derbez en diversas sedes: la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, la Escuela Superior de Música, el Centro Nacional de las Artes, la Fonoteca Nacional y el Laboratorio Arte Alameda. El pasado día 18 se inauguró con la participación del grupo Tambuco, dirigido por Ricardo Gallardo, e integrado por Alfredo Bringas, Raúl Tudón y Miguel González, quienes interpretaron primero una obra colectiva –una improvisación– de Mario Lavista, Carmen Thierry y el propio grupo, y luego obras de Micki Campins, Luis de Pablo, Inés Thiebaut y Francisco Guerrero.




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