LA OTRA RUTA MIGRATORIA
Así sus compañeros pueden seguir hacia EU
Especial | Diana Castillo
Por: Danilo Valladares, corresponsal
Cimacnoticias | Guatemala.-
La
desaparición de mujeres migrantes en territorio mexicano es un fenómeno
incesante. Un total de 22 guatemaltecas permanecen desaparecidas tras
haber emprendido su viaje hacia Estados Unidos, según la Procuraduría
de Derechos Humanos (PDH) de Guatemala.
“Tenemos una base de datos de 22 mujeres migrantes no localizadas”, dijo Flora Reynosa, defensora de la Población Migrante y Desarraigada de la PDH.
“El listado actualizado de mujeres migrantes no localizadas sumaba 25, pero una de ellas fue localizada con vida como víctima de trata de personas y dos aparecieron muertas, ambos casos en México”, agregó.
Según Reynosa, las mujeres al igual que las niñas, niños y adolescentes “son muy vulnerables para ser captados como víctimas de trata de personas y para ser utilizados como esclavos en fincas donde los tienen secuestrados los grupos criminales en territorio mexicano”.
En el caso de las mujeres, en particular, su vulnerabilidad estriba en que desconocen sus derechos y son buscadas por el crimen organizado para ser explotadas sexualmente, apuntó la defensora.
Incluso son utilizadas como “moneda de cambio sexual” por sus compañeros de grupo y traficantes de personas ante los agentes de seguridad en México como condición para poder continuar su recorrido, según Reynosa.
En el peor de los casos son asesinadas en crímenes múltiples. Uno de ellos fue la matanza de San Fernando, Tamaulipas, el 23 de agosto de 2010. En ese lugar fueron encontrados los cuerpos de 72 inmigrantes, 14 de ellos mujeres, en un crimen atribuido al cártel de Los Zetas.
Otro ejemplo fue el caso de 49 cuerpos mutilados encontrados en mayo pasado en Cadereyta, Nuevo León, de los cuales seis corresponden a mujeres, según las autoridades mexicanas.
La identificación de estas personas es compleja, dijo Reynosa. Esto se explica en parte porque las familias de las y los migrantes desaparecidos no denuncian la desaparición. “No quieren denunciar porque algunas de estas personas están amenazadas y han pagado extorsiones”, explicó.
Mientras tanto, los crímenes, los secuestros y las extorsiones continúan, según Amílcar Vásquez, de la Pastoral de Movilidad Humana. Y la labor de búsqueda se complica aún más por la existencia de fosas clandestinas que “aún no han sido localizadas”, señaló.
A pesar de lo complicado de esta labor, la cooperación internacional apoya en la identificación y localización de víctimas.
Elizabel Enríquez, de la Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala, dijo que entre julio y agosto pasados el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) visitó el país para tomar muestras de ADN a las y los familiares de desaparecidos y cotejarlas con los cuerpos encontrados en territorio mexicano aún sin identificar. “Se hicieron muestra de 80 casos, de los cuales 15 pertenecen a mujeres guatemaltecas”, precisó.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, hasta el primer semestre de 2011 había en ese país 15 mil 921 cuerpos sin identificar, aunque los medios locales hablan de muchos más.
La activista cree que en la estrategia anticrimen del gobierno mexicano contra los cárteles de la droga, “lamentablemente las personas migrantes que van en situación irregular quedan en medio”.
Pero las violaciones a Derechos Humanos contra las y los migrantes no sólo ocurren en México. “Estamos en el proceso de documentar casos de migrantes desaparecidos en Guatemala y también hay denuncias en El Salvador y Honduras”, señaló Enríquez sin precisar datos.
“Tenemos una base de datos de 22 mujeres migrantes no localizadas”, dijo Flora Reynosa, defensora de la Población Migrante y Desarraigada de la PDH.
“El listado actualizado de mujeres migrantes no localizadas sumaba 25, pero una de ellas fue localizada con vida como víctima de trata de personas y dos aparecieron muertas, ambos casos en México”, agregó.
Según Reynosa, las mujeres al igual que las niñas, niños y adolescentes “son muy vulnerables para ser captados como víctimas de trata de personas y para ser utilizados como esclavos en fincas donde los tienen secuestrados los grupos criminales en territorio mexicano”.
En el caso de las mujeres, en particular, su vulnerabilidad estriba en que desconocen sus derechos y son buscadas por el crimen organizado para ser explotadas sexualmente, apuntó la defensora.
Incluso son utilizadas como “moneda de cambio sexual” por sus compañeros de grupo y traficantes de personas ante los agentes de seguridad en México como condición para poder continuar su recorrido, según Reynosa.
En el peor de los casos son asesinadas en crímenes múltiples. Uno de ellos fue la matanza de San Fernando, Tamaulipas, el 23 de agosto de 2010. En ese lugar fueron encontrados los cuerpos de 72 inmigrantes, 14 de ellos mujeres, en un crimen atribuido al cártel de Los Zetas.
Otro ejemplo fue el caso de 49 cuerpos mutilados encontrados en mayo pasado en Cadereyta, Nuevo León, de los cuales seis corresponden a mujeres, según las autoridades mexicanas.
La identificación de estas personas es compleja, dijo Reynosa. Esto se explica en parte porque las familias de las y los migrantes desaparecidos no denuncian la desaparición. “No quieren denunciar porque algunas de estas personas están amenazadas y han pagado extorsiones”, explicó.
Mientras tanto, los crímenes, los secuestros y las extorsiones continúan, según Amílcar Vásquez, de la Pastoral de Movilidad Humana. Y la labor de búsqueda se complica aún más por la existencia de fosas clandestinas que “aún no han sido localizadas”, señaló.
A pesar de lo complicado de esta labor, la cooperación internacional apoya en la identificación y localización de víctimas.
Elizabel Enríquez, de la Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala, dijo que entre julio y agosto pasados el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) visitó el país para tomar muestras de ADN a las y los familiares de desaparecidos y cotejarlas con los cuerpos encontrados en territorio mexicano aún sin identificar. “Se hicieron muestra de 80 casos, de los cuales 15 pertenecen a mujeres guatemaltecas”, precisó.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, hasta el primer semestre de 2011 había en ese país 15 mil 921 cuerpos sin identificar, aunque los medios locales hablan de muchos más.
La activista cree que en la estrategia anticrimen del gobierno mexicano contra los cárteles de la droga, “lamentablemente las personas migrantes que van en situación irregular quedan en medio”.
Pero las violaciones a Derechos Humanos contra las y los migrantes no sólo ocurren en México. “Estamos en el proceso de documentar casos de migrantes desaparecidos en Guatemala y también hay denuncias en El Salvador y Honduras”, señaló Enríquez sin precisar datos.
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