11/07/2012

Los periodistas pal cafe.....



Marcelo Ebrard Casaubon tiene marcada su ruta a mediano plazo. Quiere ser presidente del PRD y cogobernador del Distrito Federal. Manejando a conveniencia esas dos piezas considera que conseguirá la candidatura presidencial de la izquierda en 2018 e incluso podría contar con la venia del calderonismo aliancista que de seguir controlando el PAN negociaría el apoyo a esa opción moderna.
Para hacerse de la dirigencia del sol azteca, el discípulo de Manuel Camacho Solís debe adquirir la aprobación del grupo que domina la estructura perredista, el de Los Chuchos, que entre sus virtudes tiene la de conocer sus propios límites, de tal manera que tensarán la liga de las negociaciones con Ebrard al máximo, pero sabiendo que entre sus cuadros no tienen a nadie con tamaños para aspirar con realismo a la Presidencia de la República. Ebrard no podrá ser presidente del PRD si no lo apoyan los Chuchos, pero estos no tendrán esperanza de llegar a ligas mayores (secretarías en un gabinete federal, algo que no han conseguido hasta ahora) si no terminan apoyando a Marcelo.
Pero ni siquiera resultaría suficiente que Los Chuchos cedieran el paso a MEC, pues la potenciación de la candidatura de éste dependerá del grado de éxito que tenga en la depuración del PRD, su reunificación y relanzamiento. Ebrard necesita mostrarse como un líder sin carisma pero con eficacia, capaz de imponer cirugías plásticas en un cuerpo aparentemente desahuciado, cocinero que lleve a la mesa electoral un platillo novedoso, bien presentado y mejor publicitado, aunque en la trastienda hubiera tenido que comprometer premios de gabinete a los corruptos y oscuros dueños de los fogones y la alacena que le permitieron darse un lucimiento táctico.
Manejando el PRD, Marcelo podrá incidir en la gobernabilidad de la joya de la corona de negro y amarillo, la ciudad de México. Pero, en una dialéctica cruda que ha sido clave en el éxito electoral y la conservación del poder progresista en el Distrito Federal, el aparato capitalino también debe converger en el futurismo marcelista y aportar los haberes correspondientes. Por ello es que revolotea con fuerza la amenaza de un caciquismo disfrazado de continuidad, con un Miguel Ángel Mancera presionado para que acepte la imposición de funcionarios de primer orden.
Sin fuerza política propia y teniendo como telón de fondo el proyecto político mayor, el de Ebrard como candidato presidencial, Mancera demostrará su carácter y destino a finales del presente mes, cuando dé a conocer los nombres de quienes le acompañarán en la jefatura del gobierno capitalino. Ha anticipado que habrá gran efervescencia en ese momento. Podrá serlo si es que en un golpe de libertad se atreve a hacer a un lado las pretensiones de que varios de los marcelistas actuales repitan en los cargos o sean movidos a otros de similar importancia. O los hervores y burbujeos provendrán del significativo acatamiento de las instrucciones de quien no desea quedarse sin plataforma para 2018: ni la administrativa, pues desea ser cogobernador a la sombra, con la aquiescencia de un dócil Mancera, ni la partidista, pues pretende ser renovador perredista con cartas marcadas por Los Chuchos.
Pasando a otro tema, ha de decirse que Enrique Peña Nieto pudo dar por cumplido el riesgo de reunirse a dialogar con intelectuales. No hay reportes de estropicios graves: nadie le preguntó por tres libros que le hayan marcado ni parece haberse cometido algún otro disparate. Todo transcurrió más o menos en concertada calma e incluso el anfitrión pudo asentar que tomará en cuenta las opiniones de los pensadores para diseñar la política cultural del sexenio. Entre los pocos comensales que aceptaron sentarse a la mesa con el mexiquense hubo tres o cuatro personajes reconocidos. En el boletín de prensa del peñismo se insistió en la relevancia de quienes cenaron con el priísta, aunque las fotografías mostraron la pequeñez de la convocatoria, contrastante el número y perfil de los asistentes frente a la subrayada necesidad del ex gobernador del estado de México de remontar su conocido déficit en asuntos de arte, cultura y anexas. Es de suponerse que alguno de ellos habrá de ser incorporado a las listas de apuestas relacionadas con la integración del próximo gabinete federal.
Astillas
El drama de México entero puede ser visto a pequeña escala en Olinalá, municipio de La Montaña del estado de Guerrero. Absolutamente desprotegidos frente al ataque de bandas criminales, los ciudadanos decidieron establecer retenes propios, habilitándose como sustitutos armados de las autoridades, las policías y las instituciones absolutamente ineficaces. Para restablecer el presunto orden público, el gobierno federal envió marinos que obviamente consideran necesario desarmar a retenes y ciudadanos, lo que estos rechazan, pues temen volver a estar dentro de poco nuevamente sujetos a agresiones y venganzas. El desvaído gobernador, Ángel Aguirre, ofrece cambalache tecnológico: computadoras, por ejemplo, a quienes entreguen las armas. Lo peor sería que los marinos y otras fuerzas federales arremetieran contra los vigilantes cívicos y les abrieran procesos por defenderse de lo que las autoridades no pudieron frenar ni castigar conforme a derecho. También ha de analizarse lo que sucederá cuando los federales se retiren de Olinalá para atender el siguiente punto del mapa rojo nacional... Los perredistas que en el Senado estaban a punto de declarar día de fiesta nacional la noche en que votaron una reforma laboral con el PAN y a pesar del PRI, ahora ven con supuesta decepción que panistas y priístas están a punto de arreglarse en San Lázaro, como casi siempre, para dar negociado retroceso a la efímera victoria senatorial... El PAN, por cierto, planea eliminar de sus estatutos la figura de los militantes adherentes, truco engordador de padrones del partido de blanco y azul mientras tuvo la cartera abierta de dos administraciones federales... Y, mientras la elección presidencial estadunidense acaparaba ayer la atención mundial, ¡hasta mañana!
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En forma simultánea a la elección presidencial estadunidense, tres estados –Washington, Colorado y Oregon– someterían ayer a referendo la legalización de la mariguana, ya no para uso médico, sino para pasar un good time (buen tiempo), como suelen decir. En Washington –estado al norte de California– las encuestas mostraban empate. Según los promotores, al venderse legalmente la mariguana aportaría impuestos que podrían destinarse a educación, salud y a investigaciones científicas para combatir las adicciones. Si triunfa la propuesta habría repercusiones en México, porque hoy día nuestro país es el principal proveedor de Estados Unidos. En otras mercancías de exportación es simplemente un maquilador, pero en el caso de la mariguana es productor y exportador neto. Representa un importante capítulo de la economía, aunque se oculta en las cuentas del Inegi. Influye en los empleos que crea en las rancherías; incluso da ocupación bien pagada a ingenieros y arquitectos que construyen los túneles por los que cruzan los cargamentos al otro lado de la frontera. Si en el estado de Washington comienza a producirse en forma legal, surgiría un competidor formidable para los mexicanos. Tal vez las mafias ya otearon el peligro, porque se están diversificando: el carbón, el petróleo, el secuestro, la protección de negocios.
Werner en el FMI
Alejandro Werner es un economista con larga trayectoria en los sectores público y privado. Hasta fecha reciente se desempeñaba como director general de Negocios Globales de BBVA. Antes fungió como subsecretario de Hacienda y director del Departamento de Investigación del Banco de México. En el plano académico fue profesor del ITAM. La directora general del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, lo ha designado economista en jefe para el hemisferio occidental.
Suzuki en quiebra
¿Tiene un Suzuki o piensa comprar uno? Le conviene preguntar a su distribuidor en qué forma le podría afectar lo que sucede en Estados Unidos. American Suzuki Motor Corp., el único distribuidor de la marca, anunció el lunes que solicitó la protección del capítulo 11 de la ley de quiebras y suspenderá la venta de vehículos. La decisión de salir del mercado refleja los desafíos que enfrenta, incluyendo caída de ventas, un número limitado de modelos, altos costos de producción y estrictas regulaciones estatales y federales. Suzuki entró al mercado en 1985.



Se había tardado el inquilino de Los Pinos: mientras más cercana está su salida de la residencia oficial, mayores logros virtuales presume, amén de lo bien que, según él, hizo las cosas a lo largo de su sexenio. Pero en su fatua kermés de autoelogios y autoapapachos faltaban las fanfarrias y el confeti para celebrar el alcance, igualmente virtual, de las cifras históricas del presidente del empleo, quien en realidad a la administración peñanietista hereda un espeluznante déficit de puestos formales de trabajo, sin considerar el que a su vez dejó Vicente Fox al propio Felipe Calderón.
A escasos días de que termine la docena trágica panista, no podía faltar su autoaclamación en materia laboral: “vale la pena destacar que están por salir las cifras de empleo correspondientes a octubre. No las quiero anticipar ahora pero, por lo que se ve, estamos hablando de la cifra, si referimos al periodo de enero a octubre 2012, de enero a octubre, probablemente estamos hablando de la cifra de mayor generación de empleo formal que se tenga registro en México, la mayor de la historia. Eso significa que, a pesar de las dificultades económicas que se registran en el mundo, México está saliendo adelante, con una economía que crece y que genera empleos formales…”
Si existiera un premio a la cara dura sin duda alguna Felipe Calderón se lo llevaría de calle, en un país en el que la competencia en este renglón es por demás abundante. Entonces, claro que puede presumir cifras históricas, pero no en creación sino en voluminoso déficit de empleo: más de 4 millones de plazas formales en seis años de estancia en Los Pinos. Lo anterior quiere decir que 66 por ciento de los mexicanos que, en edad y condición productiva, intentaron incorporarse al mercado laboral formal a lo largo del sexenio calderonista no tuvieron cupo, por la sencilla razón de que las plazas no fueron creadas. Esas son las verdaderas cifras históricas del autodenominado presidente del empleo.
Más allá del cinismo con el que Calderón presume que la economía crece (recuérdese: 1.84 por ciento de crecimiento anual promedio en su sexenio, el menor en cinco lustros), las propias cifras oficiales revelan que con él en Los Pinos sólo uno de cada tres mexicanos que se incorporaron a la población económicamente activa logró emplearse en el sector formal de la economía, sin considerar la creciente precariedad en las condiciones laborales. El resto, a la informalidad, la desocupación abierta, la emigración o el crimen organizado. Entonces, uno de cada tres sí es para presumir cifras históricas, pero en el sentido inverso al cacareado por el susodicho.
Cómo olvidar que en plena campaña electoral (marzo de 2006), el entonces candidato presidencial panista presumía su nuevo eslogan propagandístico: para que vivamos mejor, Felipe Calderón, presidente del empleo, y él mismo detallaba que para que vivamos mejor los mexicanos necesitamos empleo y no deudas, necesitamos empleo y no crisis económicas, necesitamos un presidente que sepa conducir a México al futuro, y yo voy a conducir a México al futuro. En los hechos, ya sentado en Los Pinos, concretó exactamente lo contrario de lo que ofreció: muy poco empleo, mucha deuda crisis económica y una conducción por demás fallida que a México le canceló el futuro.
Entre diciembre de 2006, cuando por la puerta de atrás se instaló en Los Pinos, al tercer trimestre de 2012, la población económicamente activa (PEA) en el país se incrementó en 6 millones 458 mil 892 personas, de acuerdo con las cifras del Inegi. En ese lapso oficialmente se generaron 2 millones 172 mil 486 de empleos en el sector formal de la economía (eventuales una tercera parte de ellos), de tal suerte que 4 millones 286 mil 406 mexicanos que se incorporaron a la PEA quedaron totalmente fuera de la jugada, sin considerar el rezago histórico en este renglón.
Las citadas son las cifras históricas que Felipe Calderón no se atreve a presentar en público; de allí la necesidad de armar la kermés del autoelogio. Sin considerar el rezago histórico, más de un millón de empleos formales por año demandaron los mexicanos durante su sexenio; sólo se generaron, en promedio e incluyendo los eventuales, 362 mil anuales en números cerrados. Cada año el déficit de empleo formal aumentó en alrededor de 700 mil plazas, algo por demás espeluznante, por mucho que el aún inquilino de Los Pinos presuma como logro y como elemento para afirmar que el presidente del empleo cumplió.
De diciembre de 2006 a septiembre de 2012 la estadística oficial documenta la generación de un millón 447 mil 387 plazas permanentes en el sector formal de la economía, a las que se suman 725 mil 99 eventuales. Nada más. En el desempleo, la informalidad, el exilio económico y/o el crimen organizado todos los demás. Ese es el logro real. El resto, sólo propaganda barata.
En síntesis, muy poca generación de empleo y creciente precarización del mismo. Como bien ha documentado el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, la marginación que enfrentan millones de trabajadores mexicanos va a todo galope. En el balance, con tendencia a empeorar, se cuenta la incorporación de 15 millones de mexicanos al ejército de pobres; más de 31 millones de mexicanos no cuentan con seguridad social (ni para su familia); 15 millones no tienen un contrato legal que los vincule con sus patrones; 14.2 millones sobreviven en la informalidad y carecen de prestaciones; 11 millones laboran en micronegocios sin establecimiento; 6.7 millones cuando mucho obtienen un salario mínimo; 3.1 millones no reciben remuneración; 11.3 millones de trabajadores tienen un ingreso de entre uno y dos salarios mínimos, algo insuficiente para mantener a una familia fuera de la pobreza.
Y la cereza es cortesía del Banco Mundial, organismo decisivo en la imposición del fallido cuan aferrado modelo económico que se aplica en México desde hace 30 años: la pobreza y el desempleo se han incrementado en México en años recientes, mientras los salarios, medidos a través de su poder de compra, se mantienen estancados. Una de las causas de esta combinación radica en que dos terceras partes de la fuerza de trabajo del país se emplean en el sector informal.
He allí las terroríficas cifras históricas.
Las rebanadas del pastel
¿Obama o Romney? Para el caso da lo mismo, porque para ambos candidatos México se mantiene como patio trasero de Estados Unidos.


Acaba de pasar el Día de Muertos y poco antes me tomaron por sorpresa dos decesos, el de María López, hermana de mi madre, y el de Laura Abitia, compositora a quien conocí en Televisa y en cuyo departamento por un tiempo continuamos un taller comenzado en San Ángel –a invitación de Amparo Rubín–. Por razones que pretextaré espaciales, a ambas las había dejado de frecuentar, y ahora me quedo con la difícil certeza de que tales razones nunca lo fueron. Para acabar, fuera de tono como me experimento, me veo en la incordial necesidad de recurrir al discutible expediente de los versos, no nuevos y sin conexión formal –¿ni fontal?– entre sí, para cubrir mi obligación con esta columna. Al menos tienen la muerte como pretexto común. Espero que les sirva de permiso.



Rechazan a consejeros del IFE como observadores en EU
Los que suscribimos este mensaje, representantes de organizaciones mexicanas de migrantes en el norte de California, que participamos como observadores independientes durante la jornada electoral del 2 de julio del presente año en México, nos indigna y rechazamos la participación de representantes del Insituto Federal Electoral (IFE) como observadores del proceso electoral el 6 de noviembre en Estados Unidos.


Escribir sobre el triunfo político, económico y hasta cultural de las derechas en el mundo ha llegado a ser, francamente, lugar común. Y lo es por la abrumadora evidencia empírica que nos muestra esa aplastante realidad. Bien puede decirse que tal forma de pensamiento y accionar penetra más allá de las concepciones sociales de la actualidad para situarse como imperativo dominante y global: no hay alternativa, afirmaba desde hace ya casi medio siglo Margaret Thatcher. Los valores del individualismo, la libertad corporativa sin límites y cortapisas, desgravaciones fiscales al capital o el papel determinante del mercado sobre cualquier otra consideración (la solidaridad entre grupos o la prevalencia del bien colectivo, por ejemplo) desembocan en la reducida visión que tomó por asalto al mundo entero.

Similares, heterogéneas, con imaginación, coraje y audacia, las luchas emancipadoras de América Latina empiezan a recorrer caminos inusitados, y con más coherencia y claridad que las de otras latitudes del mundo.

Un análisis prediciendo la victoria de Obama señalaba que la tormenta Sandy desempeñaría un papel clave en el resultado electoral. Cuando el huracán golpeó en Nueva Jersey el 29 de octubre las encuestas daban a Obama una probabilidad de victoria de 73 por ciento. En los días que siguieron al desastre, sus probabilidades de éxito aumentaron hasta alcanzar 86 por ciento.

 

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