Por: Emma Martínez
(03 de septiembre, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Cuerpos
decapitados colgantes en puentes peatonales, trozos de órganos en
bolsas de plástico, detenciones arbitrarias, tortura, extorciones,
levantones y desapariciones forzadas, son las principales imágenes de
la guerra contra el narcotráfico que representan a México.
La cual ha sido calificada por periodistas, investigadores,
académicos nacionales e internacionales, como un rotundo fracaso y se
asegura que la violencia y los embates perpetrados por fuerzas armadas,
sólo han servido para incrementar las ganancias de Estados Unidos, ya
que este país vende por igual tanto a narcotraficantes como al Ejército
mexicano.
“La mal llamada ‘guerra’ contra el narcotráfico es un show caro, por
donde se busca enaltecer a un ejército asesino que aplica el control
por medio del terrorismo para amansar a las masas, mientras genera
ingresos a Estados Unidos, por medio de las multimillonarias
inversiones en todo tipo de equipo que necesite para su simulación de
su combate…
Esta guerra unilateral (gobierno contra pueblo), tiene su base
estructural en la encomienda de invertir todo el presupuesto posible en
armamento al costo que sea, ya que a mayores adquisiciones mayores
ganancias, porque existe una mayor producción de armamento y vehículos
de guerra por parte de los grandes consorcios norteamericanos
El mercado negro también se beneficia, tiene de cliente al
narcotráfico y gobierno estadounidense a las fuerzas armadas, las
ganancias son seguras mientras el amedrentamiento a la sociedad
continúe, basado en el ruin pretexto de la seguridad, año tras año el
costo de cada arma se duplica e incluso triplica, y la compra masiva no
se detiene, ni se limita a herramientas de agresión, la inversión llega
hasta helicópteros a los que no se les da un uso productivo, pero que
sí se cambian en menos de cinco o seis años, con un valor exorbitante,
porque es mejor invertir en éstos, que en educación, vivienda, salud,
alimentación, porque se trata de exterminar al pobre, no que tenga una
vida decente”, asegura la abogada, especialista en conflictos bélicos
Magdalena Rojo.
Según documentos probatorios, en el sexenio de Felipe Calderón, el
secretario de Seguridad Pública, Género García Luna, compró tres
helicópteros BlackHawk en 42 millones de dólares (14 millones cada
uno), un par de años más tarde la Marina adquirió el mismo modelo de
nave en 28 millones cada uno.
Durante el mandato de Enrique Peña Nieto, la Secretaría de la
Defensa Nacional (SEDENA) adquirió otros 18 helicópteros BlackHawk,
ahora con un valor de 37.5 millones cada uno, siendo el mismo diseño y
modelo.
“Haber militarizado la lucha contra el narco podría ser una posible
explicación para el dinero invertido en armamento, porque la industria
mundial requiere de este tipo de conflictos declarados o no declarados
para vender armas, así podemos ver a un Estados Unidos como el
principal beneficiario de la guerra, eso es el gran negocio…
Porque ningún vehículo cambia de precio de forma exorbitante de un
año a otro, es real, los costos de los helicópteros BlackHawk fue
información de Estados Unidos, así es como se conoce que el ejército
compró armas por casi 2 mil millones, entonces es una burla cuando se
anuncia que el país del norte ‘contribuye’ con México aportando 500
millones para el combate del narcotráfico por medio de la iniciativa
Mérida, pero te hacen gastar 2 mil”, comenta a Revolución TRESPUNTOCERO el periodista José Reveles.
A su vez documentos dados a conocer por el Departamento de Defensa
norteamericano da cuenta que la empresa aeronáutica Sikorsky obtuvo un
contrato por 203.4 millones de dólares para la construcción de
helicópteros UH-60M Blackhawk para la Fuerza Aérea Mexicana, a
principios del año pasado.
Aunque los helicópteros tienen un valor unitario de 11.3 millones de
dólares, el contrato total es por 680 millones ya que a éstas aeronaves
se le incluyeron accesorios, entrenamiento y apoyo logístico, más un
gasto extra porque la construcción de motores estaría a cargo de otra
empresa (General Electric).
El propósito de esta adquisición era que “las naves serían usadas
por México para modernizar sus fuerzas armadas, y empleadas en el
combate a organizaciones del tráfico de drogas”, un argumento que se ha
repetido en distintas ocasiones, durante los gobiernos de Peña Nieto y
Calderón, a manera de justificación por la cantidad de dinero que es
autorizado para las compras, las cuales rebasan cualquier presupuesto
de cualquier dependencia que no tenga que ver con asuntos de Seguridad
Nacional.
A decir por Rojo, México se ha convertido en un Estado de sitio bajo
las ordenes y vigilancia militar, con infinidad de propósitos que
corresponden a intereses de políticos de gran peso, así como a
empresarios y gobierno norteamericanos, pero sin duda alguna la compra
de armamento es parte fundamental de los acuerdos entre México y
Estados Unidos, ya que éste último debe sacar provecho del tráfico de
drogas, el control de comunidades para dejar paso libre a las
transnacionales y por supuesto con la industria armamentista.
“Una característica más de la brutal y sanguinaria administración de
Enrique Peña Nieto son los miles de millones de pesos y/o dólares
invertidos en billones de balas, decenas de BlackHawk y Humvees.
Derroche tras derroche que es imposible mil veces de imaginar, nadie
puede visualizar las cantidades en físico, todo lo que se podría
adquirir, bancos de alimentos, salud, educación, cero recortes al
ningún presupuesto, pero entonces se les acaba las ganancias y los
favores para con Estados Unidos…
Peña Nieto es quien mayor cantidad de dinero ha gastado por la mayor
cantidad de armamento, es un hecho sin precedentes, en dos años se
ascendió a más de 3 mil 500 millones de dólares, no se duda que en los
siguientes años de su mandato adquiera el doble o el triple, porque se
está viendo que en cuanto a herramientas bélicas no se puede escatimar,
que se muera de desnutrición un menor o de hemofilia otro porque la
salud pública no tiene ni los médicos capacitados, mucho menos los
medicamentos, son situaciones irrelevantes, pero balas y muerte en
México no puede faltar, eso Peña sí lo está cumpliendo”, advierte Rojo.
A su vez asegura que la exposición de James Petras sobre que los
beneficios de Estados Unidos no solamente son por la venta de drogas,
se puede ejemplificar con el caso de México, considerado ‘la mina de
oro’ del país del norte, ya que han invertido en la supuesta asistencia
y certificación en conflictos bélicos, “la peor falacia jamás contada,
para poder presionar al aumento de presupuesto en una guerra contra el
narco donde siguen aumentando los civiles muertos, los sembradíos de
droga, los narcolaboratorios y la exportación de droga. Peña Nieto ha
superado el servilismo de cualquier otro mexicano en el poder, éste ha
obtenido finalmente la investidura de rastrero de la hegemonía asesina”.
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