Diferentes especialistas refirieron las experiencias comparadas de los distintos procesos constituyentes latinoamericanos y su impacto en los derechos humanos de las mujeres
Santiago
de Chile, 01 sep. 15. AmecoPress/SEMlac.- Una de las promesas
presidenciales que fundamentó la campaña de la ahora presidenta
Michelle Bachellet fue una Constitución que reemplazará la actual, que
fuera elaborada entre cuatro paredes en la dictadura reciente
(1973-1990) y ratificada con un plebiscito que -a la luz de la
historia- se sabe fue un fraude.
Sin
embargo, hay poca claridad sobre la importancia que la carta
fundamental tiene para la vida cotidiana de quienes viven en Chile, por
lo que la Corporación Humanas realizó el pasado martes el Seminario
"Nueva Constitución y Derechos Humanos de las Mujeres".
En la
actividad, diferentes personalidades refirieron las experiencias
comparadas de los distintos procesos constituyentes latinoamericanos y
su impacto en los derechos humanos de las mujeres.
El evento se
dio en medio de un debate nacional, en el cual la derecha ha insistido
en que una nueva Constitución no sería relevante para solucionar los
problemas reales de las personas, mientras que la izquierda se ha
pronunciado por una Asamblea Constituyente y la Presidenta ha indicado
que se realizará un "proceso constituyente", sin dejar en claro cuál
será la estrategia a utilizar para convenir una carta fundamental
nacida en democracia.
Para Carolina
Carrera, presidenta de Humanas, el país requiere "una Constitución que
garantice el derecho a una vida libre de violencia, a la salud sexual y
reproductiva, que reconozca nuestro derecho a decidir, a estar en los
espacios de decisión, entre otros derechos humanos de las mujeres".
Agregó que una
nueva carta fundamental debe ser fruto de la democracia y un proceso de
participación ciudadana en el que las mujeres -que hoy tienen una baja
representación en el Congreso- sean escuchadas y tengan poder de
decisión.
En la reunión
participaron la ministra del Servicio de la Mujer, Claudia Pascual,
quien consideró relevante que las personas se apropien del debate sobre
una nueva Constitución; y la Coordinadora del Programa ONU Mujeres en
Chile, María Inés Salamanca, quien indicó que las constituciones, en el
mundo, tienen un tremendo impacto en la vida de las mujeres.
Una de las
invitadas que generó mayor interés fue Rosario Ricaldi, abogada e
integrante de la Coordinadora de la Mujer de Bolivia, quien relató
sobre la participación de las mujeres en el proceso constituyente de su
país y los logros obtenidos.
Entre ellos,
que la equidad de género sea comprendida como un valor de Estado y un
principio de gobierno en la carta fundamental, así como la paridad en
la representación de las mujeres en los puestos de gobierno y electos.
En tanto,
Lilian Celiberti, coordinadora de Cotidiano Mujer, de Uruguay, comentó
el debate en su país oriental respecto a realizar una Asamblea
Constituyente, puesto que los últimos gobiernos se han topado con que
la declaración de inconstitucional de proyectos de ley no ha permitido
consagrar nuevos derechos, y que en este proceso uno de los acuerdos es
que se incorporará la paridad para los mecanismos electorales y los
cargos de gobierno.
Line Bareiro,
politóloga y excomisionada de CEDAW, subrayó que es relevante que en
estos debates constitucionales se incluyan criterios de paridad y el
principio de la no discriminación. Por ahora, en Latinoamérica el
criterio de paridad solo se encuentra explicitado en las constituciones
de México, Ecuador y Bolivia.
El cientista
político chileno Claudio Fuentes indicó que uno de los nudos de nuestra
Constitución y cuestión fundamental a debatir es que en ella el bien de
la individualidad supera al de la igualdad, producto de un país que se
transformó al neoliberalismo en la dictadura de Augusto Pinochet.
Carlos
Margotta, secretario general de la Comisión Chilena de Derechos
Humanos, indicó que la discusión sobre la nueva constitución es
fundamental, en tanto debemos acordar cuál es el modelo de sociedad que
queremos para los próximos 40 años, y redefinir el rol del Estado
frente al papel del mercado, muy preponderante en la carta fundamental
actual.
Para Miriam
Henríquez, abogada y profesora de la Universidad Alberto Hurtado, el
problema de la Constitución actual no es solo su ilegitimidad de
origen, sino que "no expresa los derechos fundamentales que aseguran
una democracia".
Foto: Archivo AmcoPress.
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