MÉXICO,
D.F. (apro).- Marcado por el escándalo, el tercer año de gobierno de
Enrique Peña Nieto supeditó el sector educativo a los intereses
políticos de la Presidencia de la República.
Sin rastro alguno de autocrítica, el apartado México con educación de calidad,
que se desprende del tercer informe de gobierno de Peña Nieto, no da
cuenta del fracaso en la implementación de la “más trascendente de
todas las reformas”, como ha calificado el Ejecutivo federal a la
reforma educativa.
Ya en los días previos, en un avance que se publicó en el portal
informe.gob.mx, iniciaba la celebración del presidente: “La reforma
educativa avanza en todo el país para brindarle un mejor futuro a los
niños de México”;
“Hemos recuperado la rectoría de la educación, los maestros son
seleccionados y promovidos con base en evaluaciones que reconocen su
mérito”;
“Estamos comprometidos a poner en marcha la reforma más importante de todas, la reforma educativa”, se leía en frases sueltas.
Al final, acompañaba un video titulado Tablets, en el que
un supuesto alumno de 5° grado presume una tableta electrónica que le
habría dado el gobierno, según él, “para hacer videos, cortometrajes y
mapas conceptuales”. Y agradece a Peña Nieto: “Es bueno que el
presidente las haya agregado para no gastar un año de nuestros ahorros”.
Ese mismo fue uno de los puntos que celebraría el mandatario en su
mensaje a la nación. Omitiría recordar que el Programa de Inclusión y
Alfabetización Digital (PIAD), a través del cual se reparten los
dispositivos electrónicos, se ha implementado exclusivamente en seis
entidades federativas (Colima, Sonora, Tabasco, Distrito Federal,
Estado de México y Puebla) sólo entre alumnos de 5° y 6° grado de
primaria.
Así, con más promesas y cifras maquilladas que logros reales en
beneficio de la educación en el país, el diagnóstico oficial inicia
presumiendo los avances de la reforma educativa que hasta ahora sólo ha
confrontado al magisterio desde el terreno administrativo-laboral.
Entre otros, los puntos que destaca el documento son:
-Los concursos de oposición para el ingreso a la educación básica y
educación media superior, así como para la promoción a cargos con
funciones de dirección en educación media superior, en los que
participaron 183 mil 073 docentes;
-Un incremento de 13% de becas otorgadas desde que inició el sexenio a la fecha;
-Multiplicación de escuelas de tiempo completo en casi 3.5 veces durante esta administración, para sumar 23 mil 182 planteles;
-Cobertura de 34.1% en educación superior, más allá de que el
crecimiento se deba esencialmente a la modalidad a distancia y que el
gobierno perfile un recorte sustancial a las principales universidades
públicas del país;
-La aportación de 7.5 mil millones de pesos, a través del Programa
de la reforma educativa, destinados a la atención de 20 mil 154
escuelas con “carencias físicas”.
-Mediante el Programa Escuelas Dignas, la inversión de la Federación
y de los estados de 8.9 mil millones de pesos para 15 mil 812 centros
escolares;
-El inicio de operaciones del Fondo de Aportaciones para la Nómina
Educativa y Gasto Operativo (FONE), con un presupuesto de 330 mil 326
millones de pesos, de los cuales, según el documento, cerca de 90.5% se
destina al rubro de servicios personales para cubrir un millón 833 mil
508 plazas, y el restante a gastos de operación.
Del gasto en educación, se habla de un presupuesto que asciende a
los 1. 2 billones de pesos en 2015, cerca de 1.2% más respecto de 2014.
De ese total, 63.7% de los recursos fueron aportados por el gobierno
federal (772 mil 337.4 millones de pesos); 15.8% por estados y
municipios (191 mil 328.7 millones de pesos) y el 20.5% sería dinero
del sector privado (248 mil 934.9 millones de pesos).
Sin embargo, no hay información sobre la emisión de bonos de
inversión en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), del orden de 50 mil
millones de pesos, que Peña Nieto anunció para la renovación de
infraestructura educativa, siendo que para el ciclo 2014-2015 el
presupuesto fue apenas de 7 mil 543 millones de pesos.
También se destaca la prueba PLANEA, a través del cual se evaluó a
alumnos de los últimos grados de educación básica y media superior en
matemáticas, lenguaje y comunicación, con una cobertura de 98.9% de
escuelas y 90% en alumnos.
Hasta hoy sólo hay resultados del nivel medio superior: en lenguaje
y comprensión lectora el 23.8 y 12.2% de los alumnos se ubicaron en los
niveles de dominio más altos, respectivamente, mientras que en
matemáticas sólo 12.4 y 6.4% lo consiguieron.
Sobre planes y programas de estudio, el documento tiende una cortina
de humo: celebra la elaboración de modelos Alcances de la Reforma
Educativa en la revisión del modelo educativo, si bien reconoce que no
ha habido más que propuestas en todos los niveles.
De los concursos nacionales para el ingreso al servicio público,
sólo cuatro de cada 10 docentes consiguieron la calificación requerida.
Y el índice de la población mayor de 15 años sin primaria terminada se redujo apenas en 0.3 puntos porcentuales.
Violento el país, las medidas contra el acoso en las escuelas (bullying),
operadas a partir del Programa Escuela Segura, beneficiaron a 60 mil
392 personas, apenas 27 más que en el ciclo escolar anterior. Ése es,
por una diferencia abismal, el crecimiento más bajo desde que el
programa comenzó a funcionar, ocho años atrás.
Más allá de la retórica presidencial, los datos duros desnudan la
situación del país: en decenas de páginas, saturadas de cifras, el
gobierno propone “contribuir” a que la inversión nacional en
investigación científica y desarrollo tecnológico crezca anualmente y
alcance un nivel de 1% del PIB.
En tres años de gobierno de Peña Nieto, el gasto federal en la
materia ha sido: 2013, 0.42%; 2014, 0.49% y, en 2015, nuevamente el
0.49% del PIB.
En la fiesta del mandatario, “de manera especial” celebró la
“liberación” de la educación en Oaxaca y reconoció tanto al Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación como al Instituto Nacional
para la Evaluación de la Educación.
Omitió que apenas el 29 de mayo, por razones políticas, vulneró su
propia reforma constitucional y la autonomía del INEE al suspender los
procesos de evaluación que le dan vida.
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