John M. Ackerman
La misma Asamblea
Popular de Tixtla, Guerrero que boicoteó las elecciones el pasado 7 de
junio ahora se ha aliado con Morena para la elección extraordinaria del
próximo domingo, 29 de noviembre. Esta emergente alianza ciudadana ha
postulada como candidata para la presidencia municipal a la maestra
Miguelina Ramos Hernández, mujer con amplio reconocimiento por los
tixtlecos por su impecable trayectoria de honestidad y compromiso
social. La maestra Ramos ha explicado el cambio de parecer de la
Asamblea Popular de la siguiente manera:
Nos motivó el dolor de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, la lucha de los maestros contra la reforma educativa, pero sobre todo, el saqueo que ha sufrido el municipio de Tixtla, la corrupción y los problemas de agua y drenaje, servicios por los que pagamos y sin embargo no existen.
Nos encontramos, sin duda, frente a una coyuntura histórica que abona
a la esperanza con respecto a la futura transformación del país por la
vía electoral. Todas las personas que buscan cargos de elección popular
no son iguales. Si bien muchos son motivados por ambiciones personales e
intereses oscuros, otros simplemente quieren servir a su pueblo.
No nos lleva la ambición del poder, no nos lleva el dinero, sino poder ofrecer un pueblo diferente para que niños y jóvenes vivamos de manera distinta, ha aclarado la maestra Ramos.
Hoy despacha en la presidencia municipal de Tixtla, territorio donde
se encuentra la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa,
el señor Raúl Vega Astudillo, primo del nuevo gobernador represor Héctor
Astudillo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Después del
boicot del 7 de junio, el Congreso del estado de Guerrero nombró a Vega
Astudillo presidente interino para que el gobernador pudiera tener
control directo sobre este consciente y participativo municipio que ha
visto nacer a grandes luchadores sociales, como Vicente Guerrero y Pablo
Sandoval Ramírez. Vega Astudillo ahora se apresta a pasar la estafeta
al señor Saúl Nava Astudillo, candidato del PRI a la presidencia
municipal y también primo del gobernador en turno.
Para garantizar una transición tersa entre los dos primos, el primo gobernador de ambos ha recurrido a la típica estrategia de
plata o plomo, tan común tanto entre políticos priístas como entre narcotraficantes. El pasado miércoles 11 de noviembre, en Tixtla, policías estatales y federales con acompañamiento militar atacaron violentamente a una caravana de autobuses en que viajaban estudiantes de la normal de Ayotzinapa. Ocho normalistas fueron heridos y 13 detenidos arbitrariamente por las fuerzas de
seguridad. El mensaje de intimidación fue perfectamente claro.
Inmediatamente después de este ataque cobarde a activistas sociales
desarmados, el gobierno del estado inició un programa de reparto masivo
de despensas, tinacos y otros materiales en el municipio de Tixtla. La
entrega de los materiales ha corrido a cargo de líderes y promotores del
voto del PRI, de acuerdo con las pruebas presentadas por el nuevo
presidente de Morena en Guerrero, Pablo Amílcar Sandoval. Esta acción
viola tanto la Constitución como la normatividad electoral que prohíben
tajantemente el uso de programas y recursos gubernamentales para
proselitismo electoral.
Más de 40 por ciento de la población de Tixtla se encuentra en
situación de pobreza extrema y 20 por ciento habla náhuatl además de
español. El próximo 29 de noviembre esta digna comunidad tendrá la
oportunidad para enviar un claro mensaje de
ya bastaa la corrupción, la pobreza y el saqueo. La dignidad no tiene precio y las balas jamás podrán matar la esperanza.
El PRI siente pasos en la azotea y actúa con desesperación. No
solamente busca comprar elecciones locales y reprimir a estudiantes
críticos, sino que también quiere terminar de censurar al líder
indiscutible de la izquierda política en el país: Andrés Manuel López
Obrador. En días recientes, Manlio Fabio Beltrones ha anunciado que
promoverá una reforma electoral para prohibir que el nuevo presidente de
Morena aparezca en los promocionales de su propio partido.
No satisfechos con la total servidumbre de Televisa, Tv Azteca y
otros medios al régimen priísta ni con la eliminación de comunicadores
críticos como Carmen Aristegui, el nuevo presidente del PRI quiere
borrar totalmente de la televisión y la radio a su principal
contrincante hacia 2018. Se repite el escenario del desafuero del ex
jefe de Gobierno impulsado en su momento por Vicente Fox.
Al parecer, el sistema autoritario está dispuesto a absolutamente
todo con tal de frenar la llegada a Los Pinos de alguien honesto y
comprometido con su pueblo. Solamente corruptos y cínicos tendrían
derecho de paso a la Presidencia de la República.
El sistema jamás aceptará su derrota. Pero, a pesar de todo, las
victorias ciudadanas sí son posibles. En la UNAM, por ejemplo, la
comunidad universitaria recientemente logró frenar el intento de Peña
Nieto de imponer uno de sus alfiles en la rectoría. La histórica alianza
entre la sociedad organizada y el nuevo partido ciudadano en Tixtla
tendría que fungir como ejemplo para la nación entera. Urge remplazar
las viejas prácticas de
plata o plomocon una nueva lógica de honestidad republicana y de confluencia entre las luchas sociales y la batalla en las urnas.
Twitter: @JohnMAckerman
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