4/05/2018

Las elecciones y López Obrador: el sectarismo y el oportunismo


Pedro Echeverría V.

1, A partir de la Revolución de 1910-17, en México desde 1911 venimos realizando elecciones y al perecer la de 2018, será la número 20 presidencial. Si esos comicios hubiesen educado a la población tendríamos a un pueblo culto políticamente y sabio por luchar en la defensa de sus intereses. Pero las 19 elecciones nacionales en vez de educar siempre han buscado hacer más tonto al pueblo con el fin de que la clase política y empresarial continúe dominando y acumulando más riquezas y poder. Ningún presidente de la República o secretario del gabinete ha gobernado para beneficiar a la población mayoritaria, porque cada gobernante (del partido que sea) no ha ocupado cargos para servir –como debería ser- sino a servirse en lo personal o como grupo.

2. Han sido 19 elecciones, 19 presidentes y su gabinete, pero sólo han servido para hacer más miserable al pueblo. Alguien me diría que el progreso es innegable, evidente y que basta con mirar el progreso material de ciudades y pueblos: hay más edificios, más carreteras, más coches, más escuelas y hospitales; pero también más trabajadores, más producción y gigantescas riquezas que han hecho más grande al país. ¿Para qué ha servido esa inmensidad de días, semanas, años de trabajo sino esencialmente para beneficio de una minoría? No sólo se sufre directamente el desempleo y los salarios insuficientes para vivir, sino que hasta los mismos servicios en hospitales y escuelas son terriblemente deficientes. A más de 107 años, la pobreza y la miseria siguen presentes.

3. Después de más de un siglo de procesos electorales -aunque el 50 por ciento de los electores no participa con su voto por diversos motivos- esos comicios se han impuesto como las luchas más importantes. Aunque mis amigos los izquierdistas se opongan a los procesos electorales porque sólo sirven a los intereses de la burguesía, la realidad es que en México nunca en la historia hemos triunfado los izquierdistas en una batalla anticapitalista. Aunque no existe una garantía de organización y continuidad, a partir de la llamada “reforma política” de 1977 organizada por el gobierno, la parte más numerosa de la izquierda se hizo socialdemócrata electoralista. Varios de mis camaradas del espartaquismo se hicieron poetas, muchos se retiraron, los demás envejecen.

4. ¿Pero de dónde salió esa enorme conciencia, ese gran compromiso político de López Obrador? Jamás fue hombre de izquierda, pero desde joven -cuando aún militaba en el PRI e ignoraba el significado de la izquierda- su pragmatismo en Tabasco (su tierra natal) era muy evidente. En aquellos años comenzó a chocar con su partido (PRI) y en 1988 ingresó a la corriente encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Muñoz Ledo. Así comenzó su militancia en la socialdemocracia y la confrontación contra el PRI/gobierno se hizo definitiva. Soy más viejo que AMLO (por 30 años) en la militancia política, pero lo que ha hecho es mil veces superior a lo que la mayoría de los viejos izquierdistas hicimos. Por ello le guardo un gran respeto, pero no puedo asegurar que así será siempre.

5. Cuando se registraron las grandes luchas y huelgas ferrocarrileras de 1958/59, así como el triunfo de la revolución cubana en 1959, López Obrador apenas tenía seis años; cuando alrededor de la UNAM se analizaban y discutían la teoría del foco guerrillero de Guevara, así como las batallas guerrillera de Jenaro y Lucio, apenas contaba con 15 años; en los sesenta la interesantísima polémica chino/soviética, la resurrección del Trotskismo, el surgimiento de la Teología de la Liberación, las luchas de los negros en EEUU contra la discriminación racial; pero sobre todo la resistencia a la invasión yanqui a Vietnam (1960-75), fueron acontecimientos que AMLO no vivió para transformarse en un izquierdista.

6. Quizá si hubiese sido un izquierdista López Obrador, no hubiese hecho ese enorme trabajo que está a punto de convertirlo en presidente de la República después de organizar –casi en solitario- un partido con muchos miles de afiliados. Con excepción de Elías Calles, que después de ser presidente de la República (1924-28) creó al partido oficial (PNR-PRM-PRI), no hay otra personalidad política que haya realizado esa enorme hazaña. Mi amigo Sergio del grupo canadiense le parece que lo electoral en México es un juego de la burguesía; pero el problema es que la izquierda es casi inexistente y sólo le queda la fundamentación teórica que en vez de avanzar retrocede o se estanca. Hoy parece que lo electoral es predominante.

7. Recuerdo bien cuando se decía que el comité central bolchevique “cabía en un sofá”, pero también cuando Rosa Luxemburgo en 1902 criticaba acremente a su camarada Lenin por ser un centralizador y un vigilante, mientras ella defendía la lucha de masas radicalizada en Alemania, donde fue asesinada. Así que desde siempre ha estado presente lo que se conoció como la vía oportunista y la sectaria, de las que hay que cuidarse porque con la primera desgraciamos todo y con la segunda nos aislamos. Por ello en el caso de AMLO ni todo el apoyo ni todo el rechazo; mantener una posición de repudio al PRI, PAN, PRD por ser los partidos de la clase dominante; pero una posición crítica clara frente a AMLO y Morena que, a pesar de sus limitaciones y contradicciones, algo puede cambiar. (5/IV/18)


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