Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Durante tres semanas, el titular del Ejecutivo federal intercambió discursos sobre el vital tema de la seguridad pública y nacional con empresarios --incluidos los periodísticos--, organizaciones civiles aliadas –las que son críticas no fueron requeridas--, especialistas y amigos como Héctor Aguilar Camín, dirigentes partidistas, integrantes del Judicial que no estaban “preparados para asumir compromisos”, gobernadores y coordinadores parlamentarios, entre los que se coló como pavorreal José Guadalupe Acosta Naranjo. Todo el costoso montaje escénico para concluir lo obvio, que el Ejército permanecerá en las calles, en tareas ilegales, hasta el 30 de noviembre de 2012.
Para que nadie dude de su vocación política, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa habló sobre sí mismo: “he sido un presidente abierto porque creo en la tolerancia y en la democracia; creo que a ningún presidente le han dicho las cosas que le han dicho a éste”. Aparte de que elogio en boca propia es vituperio, olvidó que más de la tercera parte de la ciudadanía tiene dudas sobre quién ganó la Presidencia en las urnas, no en los hechos construidos por los dueños de México que ahora cobran espléndidamente facturas, y que por ello se vio precisado a lanzar la Guerra contra el narcotráfico el 11 de diciembre de 2006, sin que mediaran consultas ni preparativos consistentes.
Casi cuatro años después, fracaso es la palabra que más usan las fuerzas políticas –incluidas voces acreditadas de Acción Nacional--, los agentes económicos –algunos de los que lo encumbraron en Los Pinos-- y las agrupaciones sociales para referirse a la máxima obra de gobierno del economista, abogado y administrador público.
Tarea de tareas de Calderón que subestima los factores socioeconómicos que apuntalan al crimen organizado, y en un reforzamiento de los enfoques militaristas exige al Congreso revisar los programas con “menos rentabilidad social y eficiencia” para canalizarlos a la guerra. Son estos recortes en el gasto social la constante desde 1982 y ahora las partidas presupuestales para los sistemas de seguridad y comprar armamento se multiplicaron en mil por ciento, en tanto el presupuesto educativo apenas creció 10 por ciento, al decir del jefe de gobierno capitalino.
Por fin se decidió el michoacano de Morelia a denunciar con energía al poderoso complejo militar industrial de Estados Unidos que, como bien dijo, provoca lo mismo un conflicto en un país pobre de África, que lucra con la situación que padece México, “porque para ellos es negocio venderles armas a los criminales”.
El desbordado tráfico de armas que se realiza a la luz del día y por los puentes internacionales, a través de contrabando tipo hormiga, requiere más que denuncias, negociaciones con la Casa Blanca y el Congreso.
Además, el agobiado, más aún desesperado primer panista del país, criticó con sobrada razón que Estados Unidos no ha hecho “un esfuerzo significativo” para reducir las adicciones” que aprisionan a 22 millones de adictos, aunque la oficina de Carlos Alberto Pascual reiteró que para el próximo quinquenio el gobierno que representa se propone reducir en 15 por ciento el consumo de drogas entre los jóvenes y en 10 por ciento entre los adultos. Mientras que los objetivos de Calderón con los 600 mil adictos aztecas se desconocen.
¿Y los 29 mil millones de dólares que se lavan en México y Estados Unidos? Muy bien, gracias. Entre los dos gobiernos apenas decomisan mil millones, la mayoría por las autoridades estadunidenses, mientras la Procuraduría General de la República informó la detención de dos operadores financieros que entre 2006 y 2008 movieron ¡88 millones de pesos!
Acuse de recibo
Fernando Carmona Bolaños, solidario lector, agrega a El mal y sus autores (18-VIII-10): “No olvidemos que el arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez es un sacerdote identificado con la derecha mexicana. En particular con los directivos de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) y con los miembros del llamado Consejo Supremo conocido como Los tecos. Por cierto, vale la pena recordar que el cardenal Sandoval Íñiguez presidió la ceremonia en la cual bendijo la estatua del beato cristero Anacleto González Flores que fue instalada en la explanada de la rectoría de esa universidad. Esto ocurrió el 2 de marzo de 2007 estando presente, nada más y nada menos, que la plana mayor de la UAG: Antonio Leaño Álvarez del Castillo, rector vitalicio de la UAG, y su hijo el actual rector Antonio Leaño Reyes. Es por ello que no nos extraña la expresión del arzobispo de Guadalajara, respecto a la unión entre personas del mismo sexo y la posibilidad de que adopten hijos”... La agencia RIA Novosti contradice el discurso presidencial: “Casi dos tercios de los rusos (71%) afirman que la crisis global afectó el estilo de su vida, los adelantaron tan sólo los mexicanos (80%) y los siguieron los españoles (60%), según encuesta realizada por la empresa consultora Boston Consulting Group entre habitantes de diferentes países del mundo”.
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