Mariana Carbajal
Periodista de Página/12
Adital
Por Mariana Carbajal
Richard Poulin, investigador
de los procesos de
globalización de la industria del sexo
El canadiense Richard Poulin estudia la mundialización de la
prostitución y la pornografía, los efectos de la legalización de la
prostitución y su vínculo con las redes de trata. Aquí, traza un mapa del problema
y advierte sobre las responsabilidades de organismos como el BM y el FMI.
Las mujeres reclutadas para la explotación sexual son cada vez más
jóvenes: el 48 por ciento tiene menos de 18 años. "Se va hacia una
pedofilización” de la prostitución, advierte el canadiense profesor titular en
el Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Ottawa,
reconocido investigador de los procesos de globalización de la industria del
sexo. En una entrevista de Página/12, Poulin denunció la complicidad de
organismos multilaterales de crédito como el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional en el crecimiento de la trata de chicas para prostitución. Para
el especialista no se pueden hacer diferencias entre mujeres que deciden
ejercer la prostitución por su propia voluntad y aquellas que lo hacen
forzadas. "Hablar de una elección es como decir que hay países que tomaron la
decisión de ser colonizados. La comunidad internacional comprende que el
colonialismo es un sistema de dominación, no una cuestión de elección”, apuntó.
El tema lo apasiona y, a la vez, le genera repulsión. En su cabeza tiene
cantidad de estadísticas de distintos países que dan cuenta de la magnitud de
la industria del sexo: tira cifras tanto de Tailandia como de Suecia, Alemania,
Holanda y claro, también de Canadá, su país. Poulin estuvo en Buenos Aires para
participar del Congreso Internacional sobre Globalización, Género y Derechos
Humanos, organizado por la Asociación Argentina de Estudios Canadienses. Fue
uno de los expositores invitados. El auditorio que lo siguió en la Facultad de
Ciencias Económicas de la UBA quedó conmovido por los datos que fue desgranando
sobre los alcances del fenómeno.
–¿Está creciendo la trata de mujeres para explotación sexual a nivel
mundial?
–Ya es muy importante. Hablamos de millones de mujeres y de niñas que
son reclutadas para la prostitución, porque la trata de personas está muy
ligada a la industria de la prostitución. Alrededor del 90 por ciento de las
mujeres que caen en redes de trata tienen como fin la prostitución. Hay una
expansión de este fenómeno. Las políticas neoliberales la promueven. El Banco
Mundial, el Fondo Monetario Internacional, y los planes de ajuste estructural
proponen préstamos a los Estados para desarrollar empresas de turismo y
entretenimiento.
–¿Se refiere al turismo sexual?
–Al entretenimiento masculino.
–¿Los organismos multilaterales de crédito conocen el destino de esos
fondos?
–Sí, lo conocen bien. Es una de las razones por las cuales organizaciones
internacionales son partidarias de distinguir entre la prostitución forzada y
la prostitución voluntaria.
–¿A qué responde la expansión de la trata para prostitución?
–Los países del Tercer Mundo del Hemisferio Sur tienen que pagar su
deuda externa con divisa fuerte, como dólares, yenes o euros. Para tener esa
divisa, la Argentina, por ejemplo, tiene que exportar carne. Pero también se
exportan personas para que envíen dinero, remesas, desde el extranjero a su
país. Eso explica las políticas que promueven la migración en algunos países y
también la trata de mujeres. Otra forma de obtener esa moneda fuerte es a
través de los turistas. Y a esa fórmula apelan sobre todo los países asiáticos.
Lo dijo claramente un primer ministro tailandés cuando afirmó que hay que
sacrificar una generación de mujeres para lograr el desarrollo económico de ese
país. En Gabón un ministro declaró en la radio que hay que legalizar la
prostitución porque es el único medio para desarrollar el turismo en esa nación
del centro-oeste de Africa. Entonces, está muy claro por qué crece.
–¿Usted no hace ninguna diferencia entre la prostitución ejercida por
mujeres que son forzadas, esclavizadas, y aquellas que tomaron la decisión y lo
consideran un trabajo?
–No se puede hacer ninguna distinción. La edad promedio de reclutamiento
de mujeres para prostitución en Canadá es 14 años. No se puede hablar de libre
elección a esa edad. En los países del Cono Sur, la edad es inferior. Encuestas
en Canadá han demostrado igualmente que entre el 82 y el 95 por ciento de las
mujeres prostituidas fueron víctimas de abuso sexual durante su infancia. Esas
mujeres se van de sus casas y la mayor parte son reclutadas en esas
circunstancias. Es decir, la prostitución es consecuencia de un delito. Hablar de
una elección es como decir que hay países que tomaron la decisión de ser
colonizados. La comunidad internacional comprende que el colonialismo es un
sistema de dominación, no una cuestión de elección.
–¿También se reclutan chicas para redes de prostitución en un país con
el desarrollo de Canadá?
–Sí, claro. Al menos 70 mil mujeres en Canadá son prostituidas. Canadá
es un destino de turismo sexual para los Estados Unidos. La ciudad de Vancouver
es un destino de turismo pedófilo. Hay dos barrios que son muy conocidos por la
prostitución de niños. La mayoría de las chicas prostituidas son canadienses,
pero también hay víctimas de trata. Pero como en todo fenómeno de prostitución,
las minorías étnicas y nacionales están sobreexplotadas. Eso también pone en duda
la cuestión de la libre elección. En Vancouver, el 52 por ciento de las
prostitutas de la calle son aborígenes, cuando los aborígenes son entre el 2 y
el 3 por ciento de la población. En Estados Unidos, el 40 por ciento de las
prostitutas son afroamericanas y las afroamericanas son el 12 por ciento de la
población. En Rumania, las redes de trata reclutan a mujeres de la minoría
húngara y a gitanas. En Tailandia, las minorías étnicas y tribales del norte
del país son prostituidas en el sur. Por todos lados, es igual. La prostitución
afecta en mayor medida a las minorías étnicas y refuerza el racismo.
–¿Las mujeres reclutadas son cada vez más jóvenes, más niñas?
–En mi penúltimo libro, Pornographie et hipersexualisation. Enfances
devastées, que trata sobre la pornografía y su vínculo con la prostitución,
llegué a la conclusión de que se va hacia una pedofilización.
–¿A qué se debe el fenómeno?
–A partir de los años ochenta la sociedad empezó a hacer el elogio de la
juventud: una mujer tiene que usar cremas antiarrugas, a medida que va
cumpliendo años se va volviendo invisible, deja de ser bella. Eso se traduce
también en las industrias del sexo, y en la violencia sexual. El objetivo de
los violadores en Canadá son las adolescentes y son las adolescentes también el
grupo de mujeres que sufre la tasa más alta de asesinato por su compañero
sentimental. En pornografía, a partir de la década del ‘80, lo que vende más es
la explotación sexual de las jóvenes. Comprendemos también por qué el
reclutamiento es muy joven también. El 48 por ciento de las víctimas de trata
tienen menos de 18 años.
–Se dice que la prostitución es el trabajo más antiguo...
–Es falso (interrumpe con énfasis). Los cazadores, los recolectores de
frutos, las parteras estuvieron mucho antes sobre la faz de la Tierra. La
prostitución aparece tres o cuatro mil años antes de Cristo. Y está muy ligada
al surgimiento de las ciudades y los mercados, particularmente el de los
esclavos. El primer proxeneta conocido de la historia era un sacerdote de un
templo.
–¿Un sacerdote? ¿Cuál fue su historia?
–Estamos hablando de Medio Oriente, cuando la civilización comenzaba.
Los templos también servían como mercados, para la venta de cereales, y para la
prostitución. Las ganancias quedaban para el sacerdote. En la India todavía se
venden niñas a los templos para prostituirlas y cuando son más grandes los
padres la venden a burdeles.
–¿Se podría terminar con la prostitución?
–Pienso que sí, a menos que creamos que es una institución eterna. Hemos
tenido éxito en combatir la esclavitud. Y la esclavitud estuvo en el corazón de
la acumulación capitalista.
–En la Argentina, como en otros países, hay grupos de mujeres que
ejercen la prostitución y luchan por ser reconocidas como trabajadoras y que
sus organizaciones sean aceptadas como sindicatos.
–Los abolicionistas rechazan considerar a las prostitutas como
delincuentes. Los delincuentes son los proxenetas. Estamos de acuerdo con los
que piensan que es un trabajo, con la despenalización total de quienes lo
ejercen. Pero cuando se legaliza la prostitución se legaliza el proxenetismo.
Sobre este discurso se legalizó la prostitución en Holanda y en Alemania y ha
resultado un fracaso. En Amsterdam están tratando de cerrar la zona roja porque
se dieron cuenta de que hay una empresa de crimen organizado más fuerte. En
Alemania, sobre 400 mil personas prostituidas, apenas el uno por ciento firmó
un contrato y fue registrada. Ese registro supuestamente les da derechos, pero
no funciona. Es una de las razones por las cuales desapareció la reglamentación
de la prostitución, que era universal en Europa como en la Argentina en los
años ’30. Porque no funciona como sistema. No se tiene el control de las
personas prostituidas. La mayoría trabajan en la clandestinidad, prefieren la
calle al burdel. Entonces, no hay ningún control y sobre todo, ningún derecho.
–En la Argentina el proxenetismo es un delito. Sin embargo, no es
difícil encontrar prostíbulos donde son explotadas mujeres. Incluso, en muchas
localidades del interior del país, los propios municipios autorizan los
burdeles bajo el eufemismo de que son whisquerías, cuando todo el mundo sabe
que además de servir copas, se sirven cuerpos, literalmente.
–Es consecuencia de un régimen corrupto y autoritario. La Argentina
tiene una larga historia de crimen organizado, para el cual la prostitución es
una actividad tradicional. Además, es el mismo país donde nació el tango, un
baile que surgió para proteger a los delincuentes, proxenetas, que estaban en
bares y bailaban apoyando su pecho contra el de la mujer: si les disparaban, la
que moría era la mujer.
–Desconocía esa versión del origen del tango...
–Yo sé que ustedes no lo saben en la Argentina.
–Hay países como Suecia, que persiguen a los clientes de prostitución.
¿Qué particularidades tiene la legislación?
–También la aplican Noruega, Islandia y Corea del Sur. Las legislaciones
varían de acuerdo con el país, pero coinciden en la penalización de los
clientes. En Suecia la ley se llama "La paz de las mujeres”, y tiene la
particularidad de que es una ley contra la violencia hacia las mujeres. La
prostitución es considerada una forma de violencia. Entonces, todos los
servicios ofrecidos para víctimas de violencia alcanzan también a las mujeres
prostituidas y además tienen servicios exclusivos para ellas. La ley contempla
la realización de campañas publicitarias contra los clientes, y también incluye
un aspecto que tiene que ver con la educación en las escuelas para prevenir el
reclutamiento de adolescentes y para evitar que los varones se conviertan en
consumidores de prostitución. Las últimas encuestas muestran que casi el 80 por
ciento de la población apoya la normativa.
–¿Qué resultados se observan por la aplicación de esta ley?
–En Suecia, el reclutamiento de mujeres muy jóvenes y niñas se frenó.
Los tratantes y los proxenetas se dan cuenta de que ése no es el país más
adecuado para ellos. Para que tenga una idea, le comento que en Suecia hay 300
mujeres víctimas de trata por año, mientras que al lado, en Finlandia, de 15
mil a 17 mil en el mismo período. Vemos inmediatamente la diferencia.
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