Tras seis años de tortura, Lopes logró abordar un avión que la sacó
de Emiratos Árabes Unidos, donde residía con su marido, y llegó a Nueva
Delhi en 2012.
“¿El gobierno está
diciendo que es aceptable que los hombres violen a sus esposas o cree
que el matrimonio es una licencia para la violencia sexual con la excusa
de que eso constituye una defensa de la cultura y los valores de
Idia?".
“La vida es dura cuando debes comenzar de cero después de una
experiencia traumática y sin apoyo, ni siquiera de mis padres. Pero no
tenía otra opción”, contó a IPS.
Pero miles de mujeres indias no tienen su relativa suerte y siguen
sufriendo violaciones maritales sin posibilidad de escapatoria, lo que
las deja totalmente devastadas.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) estima
que más de 40 por ciento de las mujeres casadas en India de entre 15 y
49 años soportan golpes, violación o relaciones sexuales forzadas por
sus maridos.
Un estudio
del Centro Internacional de Investigación sobre Mujeres, con sede en
Washington, señaló en 2011 que uno de cada cinco hombres indios
reconoció obligar a su esposa a tener relaciones sexuales.
Además, solo una de cada cuatro mujeres que sufrieron abusos buscaron
ayuda, según la encuesta; las mujeres buscan mucha menos ayuda por
violencia sexual que física. Tras una violación, suelen recurrir a
familiares, más que a la policía.
Debido a esta realidad nefasta y arraigada, la renuencia del gobierno
a penalizar la violación marital, con el argumento de que el matrimonio
es “sagrado”, causó un acalorado debate en India.
El ministro de Estado de Asuntos Internos, Haribhai Parathibhai Chaudhary, declaró
ante la Rajya Sabha (cámara baja del parlamento) que el concepto de
violación marital, como se entiende a escala internacional, no podía
“aplicarse de manera adecuada en el contexto indio debido a varios
factores, como educación, analfabetismo, pobreza, creencias religiosas y
la mentalidad de la sociedad”.
“¿El gobierno está diciendo que es aceptable que los hombres violen a
sus esposas o cree que el matrimonio es una licencia para la violencia
sexual con la excusa de que eso constituye una defensa de los valores y
la cultura india?”, inquirió Amitabh Kumar, del Centro de Investigación
Social, con sede en Nueva Delhi.
“Una violación es una violación y atenta contra los derechos fundamentales de la víctima”, subrayó Kuma en diálogo con IPS.
La violación marital, definida como la relación sexual forzada por el
marido y sin el consentimiento de su esposa, lo que deriva en el abuso
físico y sexual de esta última, se rige por el artículo 375 del Código
Penal de India.
La norma expresa que la relación sexual forzada por un hombre con su
esposa, mientras esta no sea menor de 15 años, no constituye violación.
La Ley de Violencia Doméstica, aprobada en 2005, reconoce el abuso
sexual en el ámbito del matrimonio, pero los especialistas legales
sostienen que solo ofrece un recurso civil y que no permite encarcelar
al cónyuge abusador.
Tras la violación grupal de una estudiante de medicina
en Nueva Delhi en diciembre de 2012, el malestar de la población llegó a
la entonces gobernante Alianza Progresista Unida (APU) a crear una
comisión encargada de reformar la legislación sobre violación.
La Comisión Verma, de tres miembros, recomendó que la violencia sexual entre cónyuges se considerara violación y un delito penal.
Pero el gobierno, entonces en manos del Partido del Congreso,
desestimó la sugerencia arguyendo que la iniciativa destruiría a la
institución del matrimonio en India.
El gobierno terminó por aprobar una ley contra la agresión sexual, que no incluyó la violación marital.
Según especialistas, el actual gobierno, encabezado por Bharatiya
Janata Party (Partido Popular Indio), sigue una línea conservadora
similar a la de su predecesor.
En enero de este año, la Corte Suprema de Justicia rechazó la
petición de una víctima para declarar a la violación marital un delito
penal, con el argumento de que la legislación nacional no podía
acomodarse a una persona.
El experimentado abogado penal Ram Jethmalani y el exjuez de la Corte
Suprema de Justicia, K T Thomas apoyan la perspectiva del gobierno,
pero su posición no es unánime entre los especialistas.
“La institución matrimonial es una parte integral de la cultura
india. Pero eso no nos impidió sancionar la ley contra la dote ni la de
violencia doméstica”, precisó el abogado de derechos humanos Soumya
Bhaumik en diálogo con IPS.
“Si se puede procesar al marido por asesinar a su esposa, ¿por qué no
se puede hacer lo mismo en caso de violación? Todo el concepto de
consentimiento o la definición de violación no cambian con un
certificado de matrimonio”, subrayó.
Bhaumik también se refirió a los casos documentados de esposos que
fuerzan a sus cónyuges, lo que no solo genera un trauma físico, sino
también mental y emocional.
“La actual Ley de Violencia Doméstica trata esos episodios como casos
civiles. Es decir que el cónyuge en falta recibe una orden de
restricción o la parte perjudicada recibe una orden de protección. Pero
no hay una disposición que ponga al culpable tras las rejas”, explicó.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, de la Organización de las Naciones Unidas, recomendó que India penalice el hecho de que un hombre viole a su esposa.
La violación marital ya es delito en Estados Unidos, Gran Bretaña,
Sudáfrica, Canadá, la mayoría de los países europeos, Malasia, Turquía y
Bolivia.
Esta situación, sumada a la falta de independencia económica actúan
como barrera para que las mujeres denuncien un episodio de violencia
sexual marital.
“La mayoría de las mujeres no denuncian ese tipo de violación porque
temen que el encarcelamiento del sostén de la familia condene a los
hijos”, explicó Winnie Singh, directora ejecutiva de Maitri, una organización que trabaja rehabilitando a mujeres marginadas, en diálogo con IPS.
“Según nuestra investigación, las condenas son menos del uno por ciento de los casos denunciados”, remarcó.
Singh también criticó el engorroso proceso legal que coloca la
responsabilidad de probar que hubo violación en la mujer, algo que muy
pocas están dispuestas a asumir dada la baja proporción de condenas.
Solo se denuncian seis de cada 100 casos de violencia sexual perpetrados por varones que no son esposos de la víctima, según un informe de Aashish Gupta, del Instituto de Investigación de Economía Comprensiva.
En este contexto, subrayó Singh, la sensibilización y la educación
son vitales para generar consciencia y garantizar justicia para las
víctimas.
Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Verónica Firme
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