5/23/2015

Una sola nota: ¡paridad!

   CRISTAL DE ROCA


Especial
Por: Cecilia Lavalle*

“Si tuviéramos que meter en una cápsula un mensaje para que sea leído por nuestras nietas, nietos, bisnietas, tataranietos, ¿qué escribiríamos?”, se preguntaba Celina Izquierdo en el prólogo de mi libro “Votar y ser electas. Historia de un derecho a medias”, publicado en 2013.
Y Celina reflexionaba en lo que pudiera contener el mensaje: “Que dejamos que otros decidieran sobre los cuerpos de las mujeres; que aceptamos que se modificaran las constituciones para regresar a condiciones de la Edad Media; que le dejamos el lugar a las excusas a la hora de excluir; y que así fue como se perdieron uno a uno los derechos de las mujeres. O dejamos una sola nota: ¡Logramos la paridad!”
A dos años de esa reflexión, con enorme alegría informo que hoy podríamos dejar una sola nota: ¡Logramos la paridad!
El pasado miércoles 6 de mayo la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) emitió una jurisprudencia que obliga legalmente a todos los partidos políticos a postular en paridad a los congresos estatales y a los ayuntamientos.
Y en los ayuntamientos las postulaciones deberán observar paridad horizontal y vertical; es decir, tendrán que postular mujeres en la mitad de cada planilla, y la mitad de las planillas deberán comenzar con mujeres.
Esto representará un salto cuántico en lo que respecta a la presencia de mujeres en los cargos de elección popular en nuestro país.
Actualmente, y a duras penas he de agregar, el promedio de diputadas en los congresos estatales es de 28 por ciento.
Y en los ayuntamientos, ese ámbito en el que pudimos votar y ser electas por primera vez, las mujeres ocupan 7 por ciento de las más de 2 mil 400 presidencias municipales que hay en nuestro país.
Hasta hoy, ese es el recuento de los logros en el interior del país. Porque en esta nación de tantos colores, tantos paisajes y tantos contrastes, los logros que se conseguían a nivel federal a veces impactaban en algunas entidades. A veces no. Y lo que se lograba en una entidad a veces influía en los avances de otra. A veces no.
Pero, en esfuerzos casi individuales o en pequeños grupos, muchas mujeres y no pocos hombres seguimos trabajando. Argumentamos, cabildeamos, escribimos, documentamos, informamos, sensibilizamos.
Además, un buen día, un extraordinario día, mujeres diversas unimos esfuerzos y nos organizamos con el fin de trabajar por la paridad y la igualdad sustantiva y efectiva. Y nos nombramos Mujeres en Plural.
Así, y a partir de caminos abiertos previamente por otras o por las mismas en otro momento, pudimos abrir la puerta de par en par. Primero con la sentencia del TEPJF 12624. Y luego, gracias a juicios interpuestos en distintos estados del país.
De hecho, a las mujeres que interpusieron juicios en Sonora, Estado de México y Nuevo León en buena medida les debemos el enorme paso que dimos.
Porque en el TEPJF la mayoría resolvió en su contra. Pero dijeron que no les faltaba razón, sólo que el proceso electoral ya estaba avanzado, que no era el momento, que seguro para la próxima (desde luego no lo expresaron así, pero eso quisieron decir).
Entonces, la magistrada María del Carmen Alanís les tomó la palabra, y les pidió que quedara por escrito. Que se hiciera legal, pues.
¡Y el 6 de mayo se emitió jurisprudencia! ¡Y se aprobó por unanimidad! ¡Y tendrá efecto en las próximas elecciones!
Las entidades que no han reformado sus leyes electorales tendrán que hacerlo con el criterio de paridad en los congresos, y paridad vertical y horizontal en las candidaturas a los ayuntamientos.
De manera que estamos en el umbral de ver más mujeres que nunca en todos los cargos de elección popular. Es decir, estamos a punto de escribir una sola nota para la cápsula del tiempo: ¡Logramos la paridad!
Y aunque ya comenzaron las simulaciones y los obstáculos, emocionada cual sufragista del siglo XIX, ¡brindo con todas las mujeres y los hombres que han hecho posible este día! Y lo hago con las palabras de Marcela Lagarde y de los Ríos:
“¿Paridad? Sí. Paridad numérica, para lograr igualdad simbólica y política. Para tener presencia. O lo que es lo mismo, agencia, incidencia. Para que no cuente más el menor número que nos hace perder, y sólo cuenten la palabra, las capacidades, los afectos vitales y la razón política solidaria, la ética. Por la vida y la libertad de las mujeres… paridad”.
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com.
*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, e integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.
 Cimacnoticias | México, DF.- 


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