Iván Restrepo
Hace 25 años mil 300 hectáreas comunales de Tuxpan fueron invadidas
por un influyente personaje residente en Puente de Camotlán, Nayarit.
Pero la justicia esta vez no fue ciega y el invasor tuvo finalmente que
regresar las tierras a sus legítimos dueños. Se espera que esta
devolución no desate represalias en la zona.
El pasado 24 de julio una tormenta afectó severamente a una tercera
parte de las viviendas del poblado. Quedaron sin sus techos de lámina
las que habitaban 178 familias, que también perdieron parte de sus
haberes. Además hubo daños a la infraestructura pública, como la caída
de varios postes de luz sobre las casas de adobe. A una semana de la
tormenta, cada familia afectada ha recibido por medio del DIF una
cobija y una despensa, que contiene una dotación de productos básicos,
como sal, frijol, harina, azúcar, aceite, arroz, masa para elaborar
tortillas, bolsitas de café y pasta para elaborar sopas. Pero brilla
por su ausencia la entrega de los materiales para techar nuevamente sus
viviendas. La tormenta estuvo acompañada de granizo, el cual afectó las
siembras de los cultivos básicos, lo que se reflejará en disminución de
las cosechas.
A
esta tragedia se agrega otra que con frecuencia escapa a la idea que de
la marginación tienen las autoridades: el burro es el animal por
excelencia para muchas labores cotidianas de las comunidades rurales.
En Tuxpan llegó a haber más burros que personas. Pero en los últimos
meses hubo compra masiva de estos animales por comerciantes procedentes
de Zacatecas. La venta se realizó fundamentalmente en Puente de
Camotlán, el mercado tradicional de ganado en la región. Se desconoce
el destino final de estas compras masivas de burros, vendidos a muy
bajo precio. No falta quien sostenga que son sacrificados para vender
su carne o para procesarla industrialmente sin control sanitario. En el
mejor de los casos se destinarían a las tareas agrícolas y de
transporte en Zacatecas. Estas ventas masivas de animales que cumplen
un papel clave en la vida diaria de las poblaciones rurales, muestran
cómo los problemas se agudizan en la sierra huichol.
Recientemente las instancias federales responsables de combatir la
pobreza y la marginación trataron de explicar los datos divulgados por
el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(Coneval), según los cuales durante la actual administración aumentó en
2 millones el número de pobres. Y cómo disminuyó muy levemente la
extrema pobreza. En resumen: sigue el reinado de la desigualdad, la
injusticia social, económica y política. La discriminación. También
esas instancias oficiales aseguraron trabajar especialmente en las
áreas más críticas del país con buenos resultados. De ser así, a la
sierra huichol, y especialmente ahora a Tuxpan, debe llegar el auxilio
oportuno y suficiente. Y que en el futuro tengan los apoyos efectivos
que permitan eliminar la pobreza en tan importante comunidad indígena.
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