Antonio Gershenson
En
los días recientes se ha discutido la posibilidad de fusiones o de
alianzas entre partidos. Antes de entrar a lo que sucede en México,
quiero aprovechar algo de la reciente experiencia en España.
En España se celebraron el 24 de mayo pasado elecciones locales y
regionales. Tienen un interés especial en España porque habrá
elecciones de gobierno nacional alrededor del próximo noviembre.
El Partido Popular, en el poder, creado en buena parte por herederos
del dictador Franco y muy muy derechista, sufrió un fracaso que, además
de los poderes que le quitó, puede ser un precedente de la elección
nacional. Ese partido obtuvo 22 por ciento de la votación, y perdió el
gobierno de la capital, Madrid, y de ciudades muy importantes como
Barcelona, además de otras ciudades y regiones.
Los partidos que han estado en el gobierno nacional, el mencionado y
el Partido Socialista Obrero Español, no suman los votos para tener
mayoría, tampoco.
La oposición está muy dividida, pero a la hora de formar gobiernos
de provincias o de ciudades, se pusieron de acuerdo en cada caso, para
tener mayoría, y lograron así gobernar.
Esto, además, causó una polémica entre los grupos y partidos
opositores españoles. Unos plantean, para la elección nacional, que se
logre una planilla única y tener seguridad así de tirar y sustituir al
gobierno actual. Otros dicen que su partido va a llegar con su programa
y sus candidatos, y luego vemos.
Tomando en cuenta esta experiencia, pasamos a analizar la situación
que tenemos en México. En la izquierda tenemos más tiempo hasta la
elección nacional, pero también un panorama tal vez más complicado que
resolver, y creo que deberíamos empezar a verlo ya.
La discusión pública reciente empezó cuando, para evitar la
liquidación del Partido del Trabajo, se podría unir éste con el PRD.
Pero parece que esta liquidación desapareció por la anulación de cuatro
casillas de voto, que hacía que los votos del PT quedaran un poco
arriba de 3 por ciento. Pero lo de la unidad de partidos siguió en
discusión.
Creo que el camino de fusiones de agrupaciones es hoy poco viable, y
que más bien se requiere un frente, una asociación de partidos y
organizaciones en general, para presentar un frente único, sobre todo
en las próximas elecciones presidenciales. Creo que eso sería un avance
importante, pero habría que considerar otros problemas, incluso el
fraude electoral, que hasta la fecha sólo se ha discutido cuando ya
sucedió, o cuando está en curso.
Dentro
del PRD se notaron discusiones pero también declaraciones. Una, muy
grave, es que además de acercamientos con organizaciones de izquierda y
otras,
el PRD buscará una amplia alianza electoral con el Partido Acción Nacional. Eso sí es grave. Se dicen de izquierda y buscan
una amplia alianzacon la derecha. Ya la hicieron al principio de este sexenio con el gobierno súper reaccionario, y ahora con el PAN. La primera alianza mencionada les costó las elecciones pasadas y otros desastres. ¿Acaso creen que la gente ya olvidó las atrocidades de los dos gobiernos inmediatos anteriores del PAN, los de Vicente Fox y Felipe Calderón?
Deben decidirse: o tienen alianza con la derecha o con los
organismos de izquierda, pues éstos no van a aceptar aliarse con la
derecha, ni con el actual gobierno.
Está bien que el PRD esté en proceso de cambio. Pero no todavía más a la derecha.
El partido Morena también debe cambiar para este proceso. No se debe
insultar a dirigentes de izquierda, sino discutir políticamente los
problemas. No se debe presumir que son mayoría en la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, porque son una tercera parte, son la
minoría más grande. Si no se ponen de acuerdo con otros diputados, no
van a sacar nada, se necesita juntar mayoría absoluta para sacar un
acuerdo, y eso implica dos o más partidos en la situación actual. En la
cámara no se puede actuar como secta.
Las elecciones pasadas de presidente, pese a que la izquierda
presentó un candidato único, hubo fraude electoral, pero en mi opinión
eso era previsible. Pero si la izquierda se presenta dividida, como en
la elección pasada, la de junio, pues va a ser elección entre el PRI y
el PAN, como lo fueron las tres elecciones presidenciales pasadas.
Otro elemento muy importante es el acercamiento de la izquierda con
organizaciones sociales, apoyando sus demandas: sindicales, campesinas,
indígenas y demás.
Una de mis intenciones con este artículo es la de iniciar, o
continuar, una discusión con vistas a tener una organización amplia de
toda la izquierda.
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