Bernardo Barranco
El Papa pisó suelo panameño.
Su avión aterrizó justo a las 16:15 en una tarde luminosa con viento
fresco que atenúa el intenso calor del verano. Francisco llega a suelo
centroamericano para una visita de cinco días con la finalidad de
presidir una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Durante el vuelo y en conferencia de prensa, Francisco lamentó la
política migratoria de Estados Unidos y de nuevo rechazó la construcción
del muro fronterizo, ante la insistencia de Donald Trump por construir
su muro:
el miedo nos vuelve locos, e invitó a leer un editorial publicado en L’Osservatore Romano titulado
Los muros del miedo, en el que se cita al secretario general de las Naciones Unidas, António Manuel de Oliveira Guterres, que en el primer encuentro del año con los periodistas definió el miedo como “la marca más vendida en el mundo de hoy. Produce audiencia, hace ganar votos y genera click”. Y se comprometió a abordar de nuevo el tema a su regreso a Roma. Así Francisco. En repetidas ocasiones ha reiterado que los cristianos deben construir puentes y aquellos que construyen muros, por tanto, no son cristianos, como lo dijo al final de su viaje a México en 2016. Mensaje directo a Trump, entonces candidato republicano a la presidencia.
El Papa, serio durante el protocolo de bienvenida, tuvo un masivo
recibimiento en el trayecto del aeropuerto Internacional de Tocumen a la
nunciatura. Las cámaras captaron cómo Francisco cambió su actitud
frente a las miles de personas que le saludaban. Sonreía, agitaba su
mano para saludar, su postura fue erguida. Queda claro que Bergoglio se
revitaliza en el encuentro con las multitudes que se le entregan.
La población panameña ha esperado con entusiasmo la visita del Papa
Francisco. Desde hace dos años tanto la Iglesia como el gobierno han
preparado estas jornadas con esmero, bajo un presupuesto de casi 60
millones de dólares. Las generaciones mayores recuerdan aún la fugaz
visita de Juan Pablo II en 1983. Pero ahora, gracias la Jornada Mundial
de la Juventud, las calles están ocupadas por visitantes no sólo de
América Latina sino del mundo entero. Católicos de diferentes
nacionalidades se hacen presentes de manera notoria en los senderos de
la ciudad. Los jóvenes con alegría cantan y festejan en las avenidas,
los centros comerciales y restaurantes de esta sede canalera. Los
jóvenes mexicanos y argentinos se distinguen como los más ruidosos. Las
actividades laborales se han suspendido y los cortes a la circulación
vehicular del centro de la ciudad dan un tono muy especial a la ciudad,
una atmósfera feriada y relajada. Sin duda la visita de Francisco y los
actos de la JMJ monopolizan la atención del país y marcan la agenda no
sólo religiosa sino política. Las televisoras no dejan de orientar a la
ciudadanía sobre las rutas despejadas y la distribución de los boletos
para los diferentes eventos. En algunas rutas como la avenida Balboa se
han instalado pantallas gigantes para poder seguir los actos y las
ceremonias del pontífice argentino. Hay cerca de 50 mil jóvenes
inscritos en la jornadas y se esperan más de 100 mil peregrinos venidos
de diferentes partes del mundo.
El gobierno del presidente Juan Carlos Varela, del Partido
Pañameñista, a través de los medios de comunicación quiere mostrar al
mundo los avances en materia de seguridad, creación de empleos y
estabilidad política. La realidad es otra; en mayo se realizarán
elecciones presidenciales. Se le reprocha la poca disposición para
enfrentar la corrupción y profundizar la desigualdad económica. También
se desaprueba el haber protegido al ex presidente Ricardo Alberto
Martinelli, acusado de corrupción y sobornos. Los niveles de pobreza han
crecido lastimosamente a 23 por ciento de una población de casi 4
millones de habitantes.
Las oposiciones concentradas en los movimientos populares panameños
esperan que Francisco hable de los derechos a la tierra, al trabajo y al
techo. Ante la injerencia y crisis diplomática en Venezuela, se espera
una mención o posicionamiento de pontífice romano. También se guardan
expectativas sobre alguna alusión a la situación de Nicaragua. ¿Por qué
serían importantes dichos pronunciamientos? Porque éstos orientan la
actitud política que deben asumir los obispos en coyunturas
políticamente delicadas.
El pontífice se reunirá con los obispos de Centroamérica para abordar
puntillosos temas en la región: Pobreza, exclusión, corrupción y, sobre
todo, la dramática temática de migración de países como Honduras, El
Salvador y Guatemala. En el avión rumbo a Panamá, Francisco fijó su
postura en franca oposición al muro de Donald Trump, justo en el momento
en que se gesta un forcejeo y chantajes en Washington. Dicho de otra,
manera el Papa se dirige a los demócratas para no ceder frente a la
postura atemorizante y de miedo que despliega el presidente
estadunidense; no es casual que tal posicionamiento se dé justo en el
momento de negociación. Sin embargo, también hay muchas expectativas
sobre el notable desplome del catolicismo en toda la región
centroamericana. Entre 1995 y 2013 el número de católicos pasó de 77 por
ciento a 47 en Nicaragua, de acuerdo con el estudio del Instituto
Español de Estudios Estratégicos; de 76 a 47 por ciento en Honduras; de
67 a 54 por ciento en El salvador y de 54 a 47 porciento en Guatemala.
Hoy jueves 24, el Papa se presenta ante los poderes institucionales
de Panamá. Se reunirá con los obispos centroamericanos e inaugurará
formalmente la XXIV Jornada Mundial de la Juventud.
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