11/02/2019

Escoltadas por policías, estudiantes y profesora de UACM toman clase



Ciudad de México. Al salir del metro Hospital 20 de noviembre, sobre la Avenida Félix Cuevas, una patrulla de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) ya esperaba a las estudiantes y profesora del posgrado en promoción y defensa de los Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) para escoltarlas hasta la entrada del plantel del Valle, ubicado en la calle San Lorenzo, de la alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México.

Las mujeres policías encargadas de resguardar su integridad esperan a que se reúnan en el punto acordado de la salida de la Avenida Félix Cuevas casi esquina con la calle Roberto Gayol de esta misma alcaldía, a partir de las 5:15 de la tarde hasta las 5:25 para llegar a tiempo a clase .
Miriam*, al ver que la hora de iniciar la clase está cercana, comenzó a mandar mensajes a sus compañeras para preguntar si alguien más va a llegar. “La verdad es que muchas de nosotras ya estamos hartas, cansadas. Yo ya lo que quiero es terminar y dejar de venir, no me siento cómoda” dijo Miriam* haciendo referencia a las policías. “Pero no podemos dejar de hacerlo, somos feministas y si dejamos de venir sería darles la razón, tenemos que seguir resistiendo”. 
Mujeres policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, escoltan a la profesora y su alumna a la entrada de la UACM del Valle 
CIMACFoto: Carolina Huerta

Cinco minutos después, la profesora Claudia Domínguez se acercó a Miriam* y al personal de la SSC para dar inicio a la caminata rumbo a la universidad. “Creo que no va a venir nadie más. Ya somos todas” indicó Domínguez a las policías, mismas que antes de empezar el recorrido les tomaron una fotografía como evidencia para las autoridades de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) de la Ciudad de México quién dictó estas medidas de protección desde el 4 de septiembre. 
Al llegar a la entrada del plantel en la calle San Lorenzo, se hizo el relevo con el personal de seguridad de la universidad, “una foto por favor” dijo uno de los elementos de la policía, para tomar la evidencia de la custodia antes de realizar el cambio. 
Entrando al plantel, la seguridad interna de la UACM las acompañó hasta el aula 104, ubicada en el primer piso del plantel Del Valle que es donde toman su clase. “Parece que limpiaron el salón” dijo Miriam que junto con la profesora comenzó a acomodar las mesas y sillas cerca del pizarrón para comenzar con la sesión de ese día.
Mientras tanto, dos mujeres de la policía auxiliar que apoyan en la seguridad de la escuela permanecieron en el pasillo resguardando el salón en todo momento y si alguna alumna necesitaba ir al baño, ellas la escoltaban “Tenemos que avisar todo” señaló la profesora Claudia Domínguez quien después de haber organizado el espacio junto con Miriam* comenzó la clase con la puerta abierta. 
En el pasillo las polícias auxiliares cuidan que la clase se lleve a cabo sin algún tipo de agresión
CIMACFoto: Carolina Huerta

Conforme fue pasando el tiempo de clase, se incorporó Elisa*, otra alumna que toma la materia para hablar del tema del día: El derecho humano a la identidad visto desde la antropología feminista pues los trabajos de investigación de las seis alumnas inscritas en la asignatura tocan esa problemática.
“Recuerden que con esta metodología de género y feminista lo que están haciendo es descubrir e innovar en el campo de los Derechos Humanos” dice Claudia Domínguez en una parte de la sesión que se lleva a cabo a unos metros de los salones donde profesores de la maestría como Eduardo Correa Senior y Carlos Fazio, dan sus clases al resto del posgrado en ese mismo horario.
Cerca de las 7:30 de la noche se hace una pausa en la sesión para que las alumnas puedan despejarse y retomar el tema de mejor manera. La profesora da cinco minutos de receso pero les recuerda a sus alumnas que deben notificar a las policías de todo lo que quieran hacer, como en el caso de Elisa* que tiene que ir al baño y de Miriam* “muero de hambre, yo creo que voy a salir por algo de comer” dijo, y por turnos, las dos oficiales que vigilan el lugar las acompañan. 
Después de esa breve pausa se incorporó María José* para revisar los avances de su tesis en conjunto con sus compañeras hasta que llegó el momento de finalizar la clase. No llegó nadie más y con solo tres alumnas – de seis inscritas- terminó la sesión de ese día. 
Aunque a muchas de ellas les mueve el deseo de obtener su título de maestría, el desgaste físico y emocional que les provoca acudir a clases en esas condiciones ha derivado en que se sientan cansadas, desganadas y sin libertad como en el caso de Mariana* quién decidió tomar distancia para cuidar de su salud emocional y regresar cuando se sintiera mejor. 
“La profesora fue muy comprensiva al igual que mis compañeras y me brindaron su apoyo” dijo Mariana* añadiendo que actualmente tiene acompañamiento psicoterapéutico y psiquiátrico por la situación que vive y se reincoporará a sus estudios cuando lo considere prudente aunque “los violentadores siguen ahí dando clase” puntualizó.
En la clase se tocan temas que afectan a las mujeres y sus derechos humanos para enriquecer las investigaciones de las alumnas
CIMACFoto: Carolina Huerta

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) muestra que a lo largo de su vida 25.3 por ciento de las mujeres mexicanas han sufrido algún tipo de agresión sexual, emocional o física en el ámbito escolar. Los estados de Querétaro, Jalisco y la Ciudad de México, son los que registran mayor número de índices de violencia escolar contra las mujeres. 
*Los nombres de las alumnas fueron cambiados para proteger su integridad ante los hechos de violencia registrados en la UACM del Valle

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