Silvia Ribeiro *
El avance de la digitalización,
robótica y otras nuevas tecnologías en la cadena agroalimentaria
conlleva profundas transformaciones. Nuevos actores corporativos se
apropian de eslabones de la cadena, empresas que nunca habíamos
relacionado con agricultura o alimentación, como Amazon, Microsoft o
Huawei, disputan ahora este mercado. Son más que inversiones: se trata
de cambios radicales en la estructura y control de la cadena, con
impactos en muchos aspectos de la alimentación, la salud y la soberanía
alimentaria.
En el nuevo informe La insostenible agricultura 4.0, de Pat
Mooney y Grupo ETC, elaborado con apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo,
analizamos esta situación y sus impactos desde sus aplicaciones en tres
bloques complementarios: hardware (maquinaria agrícola, robots, drones,
sistemas de inteligencia artificial y nubes de Big Data), software
(datos genómicos, biología sintética, nuevas biotecnologías) y sistema
financiero digital ( blockchain, criptomonedas) (http://www.etcgroup.org/node/6341)
Como explico en un artículo anterior (Internet de las vacas, https://tinyurl.com/yy3c9wn5), la idea es que por medio de sistemas instalados en la maquinaria agrícola (GPS y sensores), uso de drones
y chips en animales de cría y fincas se obtengan continuamente datos de
cada propiedad, que son almacenados en nubes de datos masivos (Big
Data), donde sistemas de inteligencia artificial informan después a cada
agricultor sobre lo que debe hacer, qué, cuándo y dónde sembrar,
aplicar riego, agrotóxicos, fertilizantes, etcétera. Para superar la
falta de Internet en medios rurales se prevé el uso teléfonos celulares,
pero sobre todo, como plantea Microsoft, usar
espacios blancosde frecuencias de televisión, conectadas a módems con alcance de algunos kilómetros a instalar en cada propiedad. La enorme cantidad de datos generados hace que sean solamente grandes trasnacionales que venden servicios de nubes electrónicas –como Microsoft y Amazon– las que pueden competir en el sector.
Todas las trasnacionales conocidas que dominan el sector de semillas
industriales y agroquímicos (Bayer-Monsanto, Syngenta, Basf, Corteva)
han hecho acuerdos con las grandes de maquinaria, como John Deere, Agco
(Massey Ferguson) y CNH para acumular datos en nubes compartidas. Datos
que viene de las fincas, sobre suelos, agua, biodiversidad, clima,
vientos, etcétera, pero que una vez organizados se venden como
paquetesde servicio a los agricultores y empresas.
Los datos recogidos son muchos más que los que devuelven a los
agricultores, por lo que empresas como Microsoft o Bayer-Monsanto
acumulan un enorme volumen sobre territorios enteros, que se convierten
en mercancías estratégicas a ofrecer a empresas mineras, forestales o
gobiernos.
Yara, la segunda mayor compañía de fertilizantes a escala global, lanzó un programa, que presenta como el
Estos son algunos de los eslabones de la cadena de
Agricultura 4.0, como la llama la industria, parafraseando lo que el Foro de Davos bautizó cuarta revolución industrial. Otros eslabones son el uso de datos genómicos de cultivos, plantas, insectos, microbios, para hacer nuevos cultivos con ingeniería genética, y el secuenciamiento y digitalización masiva de los elementos de la biodiversidad y su puesta en venta en línea.
El sistema continúa con transacciones de comercio nacional e
internacional, por medio de plataformas de comercio electrónico y
criptomonedas, llegando hasta los supermercados o los propios hogares.
Paradójicamente la industria afirma que los consumidores conocerán más
del origen de los productos, pero en realidad es un sistema que aleja
aún más a los agricultores de los consumidores, y hasta de sus propias
decisiones en el campo.
En las áreas de agricultura y pecuaria industrial de México, Brasil,
Argentina, Uruguay y Costa Rica ya están usando parte de estos sistemas,
principalmente maquinaria agrícola con funciones digitales, drones,
acumulación de datos en nubes, etcétera. El Instituto Interamericano de
Cooperación para la Agricultura (IICA), con sede en Costa Rica, ha sido
instrumental en la promoción de ese tipo de agricultura, que responde a
los intereses de las trasnacionales de agronegocios y más allá. Víctor
Villalobos, actual secretario de Agricultura, fue director general del
IICA de 2010 a 2018, y desde ahí estableció para ello convenios con
Monsanto, Microsoft y John Deere, entre otros.
Para conocer y discutir los impactos de la agricultura 4.0
presentaremos este informe el martes 29 de octubre, a las 18 horas, en
la Casa de las Humanidades de la UNAM. Presidente Carranza 162,
Coyoacán. Más información en https://tinyurl.com/yxqpsoc2
* Investigadora del Grupo ETC
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