Entrevista a Marichuy, portavoz del Congreso Nacional Indígena de México (CNI)
Vocesenlucha / Rebelión
Caminamos rápido.
Llegamos con diez minutos de retraso a la entrevista con Marichuy, es
imperdonable. Entramos en el Centro Social Autogestionado Tres Peces
Tres, en el barrio madrileño de Lavapiés. Sentada debajo de los carteles
del Congreso Nacional Indígena de México su rostro serio nos regala una
sonrisa, y empezamos a tejer con los hilos coloreados de Chiapas de la
camisa que lleva puesta.
María
de Jesús Patricio Martínez, conocida como Marichuy es una luchadora por
la vida digna del pueblo nahua, actualmente vocera del Congreso
Nacional Indígena de México (CNI). En las elecciones de 2018, fue la
primera candidata indígena a la presidencia de México.
“Fue muy
atinado participar en este proceso electoral, aunque al principio fuera
un balde de agua. Fue propuesta de nuestros hermanos zapatistas que lo
lanzan en la asamblea del CNI. Tuvimos que discutirlo dos días porque
muchos decían “¿cómo pues? Si habíamos dicho que estábamos en contra de
los partidos, que nosotros llevamos otro caminar”.
¿Quién es Marichuy?
Marichuy
es una mujer indígena del pueblo Nahua del sur de Jalisco que ha venido
participando en el Congreso Nacional Indígena (CNI) como espacio de los
pueblos indígenas del México. También soy médica tradicional en mi
comunidad. Tengo más de 25 años trabajando lo que son las formas
tradicionales de curar. Tenemos una Casa de Salud donde atendemos
enfermos, pero más que atender enfermos la establecimos para ser un
medio y llegar más allá.
¿Tiene relación la Casa de Salud, la medicina tradicional con la memoria de los pueblos?
Claro
que sí. Desde que están los pueblos originarios tienen su propia forma
de curarse, que se ha venido desplazando por otras medicinas,
consecuencia de un proceso capitalista que viene robando, despojando
todas las riquezas de los pueblos. Consideramos parte del despojo que le
quieran quitar la propia medicina a los pueblos e imponer otro modelo
de fuera, costoso, dañino y lejano. Las comunidades tienen que ir a
conseguirlo lejos. Por eso, nuestra lucha también es cómo ir manteniendo
la propia forma de curarse con aquello que tenemos a nuestro alrededor.
Es una lucha conjunta, pelear por la tierra es pelear también por lo
que está en la tierra, las plantas, las aguas,… Todo eso es fuente de
curación para nuestras comunidades. Si se enferma lo que está a nuestro
alrededor, enfermamos. Y si cuidamos que no se enferme pues también va a
beneficiar porque menos nos vamos a enfermar. Por eso, no solo luchamos
por nuestro pueblo sino por todo lo que está alrededor, nuestro
entorno, donde va incluida la medicina.
Es interesante esto
que dices de cuidar nuestro entorno, la vida que nos rodea para a la vez
cuidarnos. Si enferma lo que tenemos al lado enfermamos nosotros. Tiene
mucho que ver con capitalismo, lo mencionabas ¿cuál es el propósito de
la lucha anticapitalista que proponen?
La lucha
anticapitalista que se propone desde los pueblos es ir
reconstruyéndonos, ir organizándonos desde abajo. Creemos que sí es
importante la lucha de alzar la voz, de decir que no estamos de acuerdo
con la destrucción del capitalismo, pero le apostamos más a lo que vamos
construyendo desde abajo, desde nuestras comunidades, y creo que una
manera de resistencia es esta: retomar nuestra medicina, retomar nuestra
lengua que es por donde más nos han golpeado, retomar nuestras formas
de cultivar la tierra, no depender tanto de lo que nos venden, que viene
envasado, empaquetado, con un costo. Eso nos va a afectar
económicamente y en la salud. Formas propias que tenían nuestros
antepasados y que generalmente son sustituidas por lo que está trayendo
el capitalismo. Lo que decíamos en relación a la medicina, por ejemplo, a
finales de 1999 surge un decreto de prohibición de plantas medicinales
en México y éste es firmado por el secretario de salud a nivel federal.
En un análisis que tuvimos tras convocar un Foro en defensa de la
medicina tradicional donde asistieron más de 700 médicos indígenas de
todo el país, vimos que si nos prohíban una planta medicinal es que la
conocen. Se llevaron un pedazo de planta la analizaron y vieron que
efectivamente servía para lo que decíamos pero que tenía otras
propiedades. ¿Qué quiere decir? Pues que nos quieren prohibir el uso de
las plantas amarrando las manos a los médicos tradicionales para que
dependamos de las botánicas de ellos. La misma planta se la llevan y la
regresan en forma de pastilla, con un precio y un valor. Si eso se
convertía en ley –que logramos parar un rato- era como si estuviéramos
traficando. Es lo que viene haciendo el capitalismo y entonces lo que
estamos haciendo nosotros es fortalecer, retomar lo que es propio
nuestro. Consideramos muy importante ir tejiendo desde abajo, ir
reconstituyendo nuestros pueblos indígenas, porque de esa manera es como
vamos a ir venciendo al capitalismo. Y al ir tejiendo abajo y a la
izquierda, un tejido donde están incluidas las mujeres, de participación
y anticapitalista se da una lucha contra quien está diseñando este
sistema, que tiene el dinero y el poder. La única manera que vemos es
esa, desde abajo y poco a poco.
Has dicho una palabra:
patriarcado. Estamos ante la primera mujer de su comunidad que bailó el
Baile de los Sonajeros donde solo lo bailaban hombres. Cuéntanos cómo
fue, ¿qué pensaste para animarte a hacer eso?
Tal vez pensaba
por qué a la mujer le dejan cosas que tiene que hacer como mujer y al
hombre como hombre. Desde la familia se va haciendo muy natural y ese
baile, que es muy bonito y que es una fiesta para pedir que haya buen
temporal, que llueva bien para que se de bien la cosecha y poder comer
bien, pues yo sentía la necesidad de participar. ¡Me gustaba! lo veía
así y empezaba a tocar los instrumentos de baile y yo decía “¿y por qué
yo no puedo bailar? quiero bailar”. Entonces, fui buscando formas,
tampoco fue así que les dije ‘quiero entrar’ y ‘ándale, sí pásate’,
noooo. Algo que era exclusivo para hombres. Fui pensando: “voy a ensayar
yo, mientras ellos andan bailando, voy a ensayar yo por aparte y me
pongo a preparar mis pasos para ver cuando ya entre que bailo bien”,
porque eran tan estrictos que tenía que ser uno igual, o sea no podían
dejar que se equivocaran. Y le dije a mi papa y me juzgó. Ya después le
dije “ándale déjeme bailar, yo quiero participar” y me dijo “ya, bueno,
vas a entrar, pero si estas de patarata te vas a salir”. Patarata es un
término así de que no pisas bien. Cuando entré tuve que hacerlo bien y
no hubo problema, no me decían nada, pero sí me sentía rara al interior
pues eran puros hombres. Y de ahí me dejaron participar cada año. Tiene
poco que dejé de danzar, pero me da gusto porque ya hay muchas mujeres
que danzan. Hay varias cuadrillas de puras mujeres. De esa manera, vamos
demostrando que sí podemos lograr las cosas que nos proponemos como
mujeres. Y que no es para nosotros sino para todos.
Se dice
que la lucha de la mujer tiene que sumarse a la lucha anticapitalista,
que no habrá anticapitalismo sin las luchas feministas. ¿Cómo entiendes
el antipatriarcado? ¿Cómo se puede tejer en lugares donde es tan marcado
el papel del hombre? ¿Cuáles son las dificultades?
Se tiene
que ir tejiendo poco a poco. No tenemos que desesperarnos, porque hay
veces que las mujeres, mismas compañeras que tienen tan arraigada la
manera de pensar del patriarcado -nos lo han sabido meter en la cabeza-
que hasta cuando nos hablan de eso pensamos que es ponernos contra el
hombre. Y una, si se va por ese extremo, y le declara la guerra al
hombre, se pierde el sentido. Nosotros pensamos que no es eso, que una
nueva construcción antipatriarcal se tiene que ir tejiendo, hombres y
mujeres, de manera respetuosa. Vale el hombre y vale la mujer, es la
idea que tenemos que ir construyendo para demostrarles a los demás cuál
es ese patriarcado que nos han metido. Las mujeres color rosa, hombres
color azul. Mujeres muñecas, hombres carritos. Hombres sentarse a
esperar que les den de comer, mujeres preparar la comida. Decía mi
abuelita a mi abuelito: “tú también tienes manos y puedes ayudar, no
solo una hacerlo”. Ahora lo entiendo. Tal vez no tenía ella el concepto
de lo que era el capitalismo, pero creo que es eso, ir haciendo
conciencia en corto con más mujeres; no ir reproduciendo entre mujeres
eso que nos ha venido lesionando porque a veces nos vamos al otro
extremo y consideramos que las que sabemos tenemos la vara mágica para
cambiar y no. Creo que entre todas podemos ir quitando esa venda y ver
quién nos está oprimiendo y quién ha tomado fuerza, que es el mismo
capitalismo teniéndonos a todos con los ojos cerrados y solo obedeciendo
órdenes de quien las impone, que es un sistema opresor, un sistema de
muerte. Entonces sí confiamos en tejer poco a poco, poniendo en práctica
y no reproduciendo los golpes que te dan desde arriba. Trabajo de
hormiga, es como vamos a ir creciendo, escuchándonos, platicando,
reflexionando juntas. A veces las que menos hablan son las que tienen
más qué decirnos. Se ha visto que hay muchas que hablan y hablamos, y no
escuchamos a la otra. Construir algo diferente, es escucharnos, tener
esa paciencia porque lo que vamos construyendo tiene que quedar bien
cimentado, no tiene que ser algo que de aquí a un ratito venga un aire
fuerte y nos lo desbarate. Si queremos ir destruyendo este capitalismo
pues se tienen que ir haciendo fuertes esos cimientos, para que de ahí
en adelante se siga construyendo lo demás. Y va a ser solamente así:
escuchándonos, reflexionando juntas, pensando si lo que vamos
construyendo es justamente para eso o estamos equivocando el camino o
nos estamos lesionando entre nosotras, o si estamos solamente peleando
contra nuestro marido, nuestro hermano, nuestro papa. Yo creo que ir
reflexionando entre todas aclara más esta lucha, porque a veces lo que
yo vea la otra lo puede ver de otra manera y la otra puede verlo
distinto también. Esa construcción se tiene que ir haciendo fuerte de
esa forma: escuchando y caminando juntas. También dándonos golpes, que
es lo que nos va a ir haciendo crecer, y dejar de golpearnos entre
nosotras. Porque si caemos juntas nos duele menos, nos levantamos y
seguimos caminando.
México, ¿hay un México o muchos México?
Hay
un México diverso. Muchos pueblos indígenas, cada uno con su
diversidad. Además de los pueblos, otros grupos que en este caminar que
dimos en el 2018 fuimos viendo que ahí están, y que han caminado. Se
puede decir que son muchos Méxicos. Los pueblos indígenas están desde
mucho antes que fueran colonizados, ya estaban, no es cierto que fueron y
los descubrieron. Dicen los pueblos: “nosotros ya estábamos, no es
cierto que vinieron, nos descubrieron y aparecimos, aquí hemos estado,
somos los dueños primeros de estas tierras y cuando vino eso, vino el
despojo, el racismo, todo se vino”. Recuerdo que mis abuelitos decían
que a ellos les decían “es que los indígenas éramos muy… que no nos
tapábamos nada”, pues no hacía falta, nosotros estábamos bien, es lo que
a ellos les fueron platicando. Son otras formas lo que vinieron
trayendo con todo este despojo que se dio a partir del colonialismo.
Pero ahí están los pueblos, más de 500 años después, y siguen
conservando su lengua y siguen conservando sus vestidos, unos más
golpeados actualmente, otros menos, pero ahí están, siguen existiendo
con su organización propia, sus fiestas, su comida, su manera de
cultivar y eso es lo que le da sentido a seguir luchando juntos. Lo que
ha venido destruyendo el capitalismo nosotros lo vamos a ir
reconstruyendo poco a poco, pero como pueblos que somos, como los
originarios de esta tierra. Todo eso que nos han robado e impuesto lo
vamos a hacer a un lado y vamos a ir caminando como nos enseñaron
nuestros abuelos y abuelas si queremos seguir existiendo. Por eso,
cuando estamos juntos se ve toda una diversidad de colores, lenguas y
fiestas, pero al final somos lo mismo, somos hermanos que habitamos esas
tierras y seguimos al acecho.
En ese recorrido que haces a través de la diversidad de los pueblos de México ¿hay un propósito de unidad?
Sí.
Desde antes del 94 como que se decía que no había pueblos indígenas,
que había campesinos, les daban otro nombre a las comunidades. Gracias
al levantamiento de nuestros hermanos zapatistas fue un sacudir de
conciencias aquí y en otros países también. ¿Cómo que hay grupos
guerrilleros? ¿Cómo se atreven a desafiar? Pero eso ayudó mucho a que se
voltearan y vieran que al lado tenían a un pueblo indígena. Eso ayudó
mucho a nuestros pueblos de México. Porque gracias a eso, volteamos y
vimos que teníamos otros hermanos indígenas cerca. Hablaría por ejemplo
de Jalisco, yo creí que éramos solo los que estamos al sur, los Nahua, y
resulta que estaban los Wixáritari que están hacia el norte y son otro
pueblo. Encontrarnos en 1995 en Chiapas a un llamado de nuestros
hermanos zapatistas que convoca a los pueblos de México hace que nos
encontremos y que veamos que allí estamos, los de Sonora, Baja
California, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Estado de México,
Morelos,… En la mayoría de los estados había pueblos indígenas y no
sabíamos, a lo menos yo. Y estar todos juntos nos hizo ver que somos
bastantes y no nos habíamos encontrado. Entonces vimos necesario tener
un espacio propio para caminar juntos, que no era bueno que estuviéramos
cada quién en nuestros lugares. Que, si nos estaban golpeando, pues tal
vez, si formábamos algo donde llegáramos todos podíamos ponernos de
acuerdo para que no nos siguieran golpeando tan fuerte. Entonces se le
dio importancia a instalar el Congreso Nacional Indígena (CNI), un
espacio de los pueblos que no fuera una organización más, sino que fuera
así como la casa de todos. Donde llegáramos y nos sintiéramos en casa,
que podíamos hablar, decir, pensar. Un lugar donde juntos fuéramos una
asamblea y separados una red y ya no aislarnos más. Por eso se le ha
dado mucha fuerza a este espacio, porque es la casa de todos para ir
caminando juntos y hacernos fuertes ante quien nos quiere acabar.
Ese
levantamiento del 1994 fue increíble. Fue un sacudir conciencias y
sacudirnos a nosotros mismos. Sobre todo, ver que la lucha de ellos, no
era para ellos, sino para todos y todas. Los pueblos indígenas nos
sentimos identificados y los consideramos nuestros hermanos mayores. Y
es lo que seguimos diciendo, porque siempre un hermano mayor en la casa
es el que ha vivido más y tiene algunas ideas que pueden servirles a los
más chicos y nosotros así los hemos tomado. Ellos no solo están
pensando por todos, sino que la forma organizativa que van fortaleciendo
desde abajo es un ejemplo para todos. Hay veces, que a los pueblos nos
tienen divididos, golpeados y peleados entre nosotros, por los partidos,
las iglesias, las dádivas del gobierno… Nuestros hermanos mayores han
sabido superarlo, han sabido ir caminando y fortaleciendo y cada vez
integrando a más. ¿Si ellos lo han logrado por qué no nosotros los otros
pueblos si también somos golpeados y divididos y también han llegado
los partidos y nos han partido? ¡claro que podemos hacerlo!
Estamos en un momento en que se refortalecen, se amplían los caracoles, las autonomías ¿cómo vivís eso desde allá?
Hay
veces que la gente de México piensa que cuando ya no hay ruido y no
hablan pues ya no hay nada, que ya se acabó, y no. Como ellos dicen, no
todo el tiempo hay que estar hablando, no todo el tiempo hay que estar
diciendo “oye aquí estoy voltea a verme”. Ese comunicado donde dicen lo
que han crecido es el trabajo que han estado construyendo. Ese callar es
que han seguido caminando, reconstruyendo. Para los demás pueblos y
para el Congreso Nacional Indígena, ellos han hecho realidad lo que se
ha dicho, los de abajo irnos tejiendo, fortaleciendo que es la manera
como vamos a resistir. Es un ejemplo, un animar a que no debemos de
quedarnos solamente en decir las cosas sino en ir construyendo abajo.
Tal
como hablas uno puede olvidar esa otra parte contra la que se resiste:
fosas comunes, narcotráfico, esa violencia con la que habitan. ¿Cómo
construir enfrentándose a la muerte?
A raíz de la gira
fuimos encontrando mucho rechazo, fuimos muy criticados. Más mi persona.
¿Cómo que una mujer indígena, sin estudios, quiere ahora gobernar? ¿Por
qué si son repoquitos quieren que los tomemos en cuenta? ¿Por qué no?,
decíamos nosotros. Si el capital que son pocos son los que han manejado
¿por qué no dejar que los de abajo, que son más y dueños de las tierras
originarias, decidan? Sabíamos a qué nos enfrentábamos. Lo que nos daba
fuerza, fue la necesidad de voltear los reflectores hacia nuestro
pueblo. El 94 fue un sacudir, ¡aquí están los pueblos!, se decía que ya
todo estaba bien, que los pueblos no tenían problemas y eran tomados en
cuenta. La situación que se estaba viviendo de despojo, desprecio,
muertes, encarcelados, pues ya no figuraba en los medios. La gira fue
una propuesta para que otra vez la problemática de nuestros pueblos se
pusiera a nivel nacional, y a la vez, permitirnos dar un recorrido por
los territorios asediados por el crimen organizado y esta era la manera
de poder llegar, era necesario escuchar la palabra de esas comunidades.
Se dio para eso, para recorrer, decir, invitar a que la única forma que
podemos crear nuestro gobierno propio es la organización de abajo donde
el pueblo sea quien mande y el gobierno sea quien obedezca. Pero sin
organización no podemos crear eso, siempre vamos a esperar que quien
está arriba nos diga, y que es el que tiene que decirnos y crear el
cambio y cambiar todo, y no es cierto, porque él está respondiendo a
unos intereses mucho más allá de México. Es lo que decíamos y es lo que
escuchamos. Después del recorrido vimos que la situación estaba peor de
lo que nos habían platicado. Escuchar directamente a las comunidades,
hombres y mujeres, escuchar cómo tenían años resistiendo ante algún
megaproyecto y cómo les habían matado gente, o cómo interfieren en sus
asambleas para desde ahí modificar la toma de decisión…nos fue aclarando
cuál es la forma que usan los poderosos para venirse apropiando de las
riquezas de los pueblos. Y a los que menos quieren ahí es a los
indígenas, quieren quitárselos de ahí para que les sea facilito ese robo
del agua, bosque, minerales. La gente no quiere eso porque nos trae
enfermedad, división, la tierra ya no quiere dar, los bosques se están
acabando, los ríos se están contaminando. Después de este recorrido
vimos que la situación empeoró más. Fue muy atinado participar en este
proceso electoral, aunque al principio fuera un balde de agua. Fue
propuesta de nuestros hermanos zapatistas que lo lanzan en la asamblea
del CNI. Tuvimos que discutirlo dos días porque muchos decían “¿cómo
pues? Si habíamos dicho que estábamos en contra de los partidos, que
nosotros llevamos otro caminar”. Nos propusieron analizar la propuesta
en colectivo, después de dos días de discusión se aclaró y se dijo sí,
tienen razón. Porque cada vez la gente lee menos los comunicados y
declaraciones y pronunciamientos y lo que está pasando en los pueblos
ahora también está pasando en las ciudades y menos caso nos hacen. Y
también con los trabajadores del campo y la ciudad y con las mujeres y
en todos lados, entonces por eso la propuesta 2018 fue un pretexto para
poder visibilizar la problemática real que pasa en los pueblos y también
en este caminar fue visibilizándose la problemática de trabajadores,
mujeres, maestros, los que fuimos encontrando en nuestro caminar y que
ellos mismos fueron dando la palabra porque de eso se trataba. Poner el
reflector y que ellos lo dijeran de su propia voz. Cuando celebraban de
que habíamos fracasado, que no estábamos actos para ocupar un cargo,
nosotros analizábamos que se habían cumplido los objetivos que nos
habíamos planteado, que nos había mandatado la asamblea, que habíamos
conseguido llegar a los pueblos que jamás hubiéramos podido llegar si no
se da esto. Logramos recorrer 29 estados y escuchamos sus problemas de
cerca y escucharon nuestra forma de que hay otra manera de organizarse
para lograr ese cambio. El objetivo no era la presidencia, como dijeron
en una asamblea: “se trata de meterse en la fiesta del otro, de los
ricos, del poder, de los que deciden y arruinarles su fiesta”. Por ese
lado logramos el objetivo y si no ahora este otro gobierno del cambio
por los pueblos indígenas se hubiera quedado como que ya no existían. Si
se ha acelerado más el despojo después de este gobierno de cambio, como
que se viene más la guerra recontra los pueblos, se declara
directamente y por eso hay tanto asesinato, desaparecidos, encarcelados,
represión contra quien se opone a estas megaempresas. El cambio para
los pueblos se dio, pero de manera contraria. No vimos cambio más bien
un retroceso, se ha agravado la situación, se ha militarizado la zona,
hay paramilitares y más encarcelados. La guardia nacional se pone al
servicio de las megaempresas, justamente donde se meten los
megaproyectos hay más fuerza policial, más fuerza militar, más marina, y
crimen organizado. Lo que quieren hacer es atemorizar a los habitantes
de la comunidad para que no se opongan, no digan nada, no se organicen,
no luchen y con facilidad abran su puerta y den entrada. Por eso digo
que se ha incrementado más la guerra contra los pobres.
Con
este gobierno de cambio parecía que la cosa iba a favorecer a los
pueblos ¿Qué ha pasado? ¿hay fuerza en las comunidades para resistir
estas circunstancias?
En cada pueblo, en cada comunidad las
fuerzas son diferentes, pero en todas hay ganas de seguir manteniendo
las tierras, los bosques, las aguas para las comunidades. El cómo
hacerlo, eso ya cada comunidad se organiza como puede de acuerdo a las
condiciones que tienen y la forma como ellos acuerdan que lo van a
hacer. En algunos lugares crean su propia policía comunitaria para irse
defendiendo y parar el narco y los grupos delictivos. Pondría el ejemplo
de Ostula que queda más cerca de donde vivo. Ahí, antes de que tuvieran
su policía comunitaria, a diario había muertos y desaparecidos. Para
traer víveres tenían que regresar por un lugar donde no los querían y ya
la gente no quería salir y tenían mucho temor, ellos mismos
implementaron su propia policía y el día que se pusieron a cuidar dejó
de haber muertos y desaparecidos. Cada comunidad busca formas propias
para irse defendiendo. Pero el gobierno no quita el dedo, para él allí
hay unas playas bonitas que debe tener pensado ya a quién se las va a
vender. No quiere decir que, por el hecho de que tienen un grupo que los
protege todo el tiempo vaya a estar bien. Yo creo que el gobierno
intensifica la militarización. A la comunidad que mencioné, llegó la
marina, según ellos a custodiar y cuidar a la propia comunidad, pero
empieza otra vez la desaparición de dirigentes, pues la marina da la
información de a qué hora salen y a dónde van. Está difícil. Pero lo que
sí hemos dicho al interior del CNI es que tenemos que ir denunciando lo
que está pasando en cada pueblo, no podemos quedarnos callados y
rápidamente difundir, que se sepa que llegan grupos a hostigarnos.
Esta
actividad que hoy se celebra, 12 de octubre, fue un acuerdo de la
asamblea para que a una sola voz denunciar la introducción de las
megaempresas que están afectando a todos por igual. Y que viene
acompañada no solo de llegar pacíficamente sino de imposición. Eso ya
nos agrede, y que traigan de la mano de un lado los grupos delictivos
del crimen organizado y por otro la policía o la guardia nacional es
toda una estrategia de despojo y eso es lo que se va a denunciar en
México y en otros países porque solamente así estaremos dándonos la mano
y cada quien en la región no descuidar la organización que se va
tejiendo desde abajo que es lo que va a quedar para que nuestros hijos
vayan teniendo sus bosques, sus tierras, sus aguas y que son ellos, que
viene atrás, quienes van a continuar esta lucha que emprendamos. En eso
estamos, y en eso vamos a seguir y por eso la resistencia de mantenernos
vivos y que haya vida para los que vienen atrás.
¿Qué es para ustedes la dignidad?
La
dignidad es la vida, es la forma como ha estado presente el pueblo con
su lengua, con su vestido, con su forma propia de organizarse, con sus
tierras, sus bosques, y lo que ha pasado es que nos han querido pisotear
y acabar. Lo único que no se nos ha acabado ni se nos va a acabar es la
dignidad. Que debe ser más fuerte a cada rato porque eso es lo que nos
va a hacer luchar para que no nos acaben ni nos exterminen porque el día
que se nos acabe eso entonces ya seríamos parte de este proceso
represor y capitalista, y no. Nuestros abuelos nos dejaron bien claro el
mensaje: siempre hay que pensar por los demás, que siempre hay que
luchar por cuidar nuestra madre tierra, nuestros bosques, y hay que
seguir resistiendo, manteniendo esa dignidad como indígenas, que dicen
ellos que no valemos porque no tenemos estudios, porque somos de un
color. Yo creo que somos los originarios de México, los que hemos estado
y los que vamos a seguir estando en la medida en que luchemos juntos y
no nos sigan pisoteando y dañando porque somos iguales a pesar de que
nos ven de otro color.
12 de octubre en Madrid ¿qué sientes
estando por acá un día como hoy, sabiendo que no solo no se ha hecho
memoria de todo aquello, sino que se sigue celebrando “el
descubrimiento” mediante un desfile militar? ¿Qué sientes?
Coraje.
Mientras celebran unos un día de fiesta, para otros es un día, como
dicen en México, de lucha y de protesta porque es el día en que muchos
hermanos murieron y fueron masacrados. Recuerdo que por ahí escuchaba
que en una mano llevaban la espada y en otra la cruz e iban
sometiéndolos y no solo eso sino cómo los iban masacrando. Fue un
desangramiento de América. Cómo unos celebran eso te llena de coraje e
impotencia. Quienes tienen el dinero siguen disfrutando de esas muertes y
todavía lo siguen haciendo y siguen privando a otros sectores con tal
de seguir masacrando pueblos y llevar a cabo sus negocios. Nunca me
había tocado estar acá donde celebran un 12 de octubre. Nosotros siempre
en México, como dicen allá, es de lucha y protesta, es el día en que
los pueblos deben levantar la voz y decir que seguimos de pie y queremos
seguir existiendo y vamos a luchar por esa existencia. Es el día que
tenemos que dignificarnos como pueblo y decimos estamos aquí, vamos a
seguir y vamos a luchar por todos. Nuestra lucha va a ser colectiva,
desde abajo. Escuchar acá como se celebra este día me llena de coraje
pero un coraje que se convierte en rebeldía en ir echándole más ganas a
lo que se va construyendo desde los pueblos y otros que han asumido la
lucha de los pueblos como suya, hemos logrado tal vez descubrir que si
tenemos los mismos dolores podemos construir un espacio grande donde
vayamos pensando juntos cómo vamos a ir acabando con este monstruo y que
de eso se trata, de eso se trató el camino en el recorrer de ir
invitando a que si no nos juntamos y nos ponemos de acuerdo para acabar
el capitalismo éste nos va acabando de manera separada. Juntemos para
ser más fuertes y que les cueste más trabajo que no tan fácil nos
acaben. Da trabajo, pero es el llamado y el reto. Que juntos
construyamos algo diferente y de muchos lados para que juntos vayamos
tejiendo y haciendo una red grande.
Vocesenlucha. Espacio de comunicación popular sobre los pueblos de América Latina y el Estado español.
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