El 17 de octubre, en el marco de la misión de observadoras y observadores de Derechos Humanos al Istmo de Tehuantepec,
la defensora por primera vez encontró el valor de visitar el lugar del
crimen, en pleno centro de la ciudad. Aquí, enfrente del bar “Jardín”,
María del Sol fue asesinada junto a la entonces candidata a segunda
concejal del ayuntamiento de Juchitán, Pamela Terán Pineda, y su primo y
chofer, Adelfo Guerra.
En la orilla de la calle, junto a un lote baldío, hay un pequeño
mausoleo con fotos de él y las difuntas, montado por familiares de Terán
Pineda. Jarquín Edgar y otras defensoras colocan flores y velas y luego
recuerdan a María del Sol en un abrazo colectivo.
La periodista, como muchas defensoras que buscan justicia para
víctimas de feminicidio, se ha hecho una experta en todos los detalles
de la investigación. Lejos del Bar Jardín, en un momento menos emotivo,
narra que en el lugar del mausoleo estaba estacionado el coche en el que
ellos viajaban y al cual estaban a punto de subirse en el momento del
ataque.
Sin embargo, el grupo alrededor de la excandidata a segunda concejala
era más grande que las tres personas asesinadas. Momentos antes, en el
bar, todavía eran cinco. También estuvo ahí Jehú “G.L.”, primo de
Francisco Montero López, Secretario de Asuntos Indígenas en Oaxaca, y
Hageo Montero López, candidato por la municipalidad de Juchitán por la
coalición PRI-PVEM-PANAL, ambos implicados en el caso. Jehú se fue del
bar minutos antes del ataque, alegando que le habían llamado, que su
mamá lo estaba buscando. Las sabanas de sus llamadas telefónicas
evidenciaron que fueron los Montero López quienes lo habían llamado.
Jehú fue detenido por su presunta participación en agosto 2018, sin
embargo, tuvo que ser liberado en septiembre del mismo año, por
inconsistencias en las pruebas. La quinta persona que integró el grupo
fue el fotógrafo José Eduardo “L.C.”. Aparece en las imágenes que
capturó una videocámara instalada enfrente de un restaurante chino,
adjunto al bar “Jardín”.
Soledad Jarquín narró que se observa al grupo pasando
por enfrente del restaurante chino, rumbo al coche. En las últimas imágenes, se
ve a José Eduardo caminando detrás de ellas, “y un segundo antes del ataque les
pone las manos encima.” Pudo haber sido la señal para atacar, presumió la
periodista.
José Eduardo salió ileso del ataque, y desapareció justo después, por
lo que se convirtió en sospechoso. Pero no fue detenido hasta mayo del
2019. Fue vinculado a proceso como co-partícipe en el homicidio el 2 de
junio, a un año del asesinato. Actualmente se encuentra en prisión
preventiva, y el proceso está en etapa inicial.
Pocos días después del crimen, la madre de Maria del Sol empezó a
recibir amenazas, por lo que fue incorporada al Mecanismo de Protección a
Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. La familia de
Pamela Terán pidió que la defensora “deje de politizar”. Sin embargo,
Jarquín Edgar sigue señalando falencias e irregularidades en la
investigación.
En entrevista con Cimacnoticias, se preguntó por qué las pruebas del
Ministerio Público (MP) contra Jehú fueron echadas abajo, por qué no se
han investigado las o los autores intelectuales del crimen, y por qué el
MP no investiga la muerte de su hija como un feminicidio. “Después de
la sentencia de la Suprema Corte en el caso Mariana Lima, deberían
investigar todas las muertes violentas de mujeres como feminicidio”,
insistió.
En el intento de ubicar las pertenencias de María del
Sol, el 2 de junio 2018 en la tarde, el personal del hotel declaró que un
hombre, empleado cercano del Secretario de Asuntos Indígenas según Jarquín,
llegó a las ocho de la mañana y se llevó la cámara y la computadora. Esta
persona, dijo la periodista, nunca fue entrevistada por la Fiscalía. A la
familia, sólo se entregó la mochila vacía y una maleta de María del Sol.
Cabe destacar que el hecho de que la fotoperiodista, una servidora
pública, se encontraba en Juchitán como parte del grupo de Pamela Terán
Pineda, candidata a Segunda Concejal del Ayuntamiento de Juchitán,
constituyó un delito electoral.
En diciembre de 2017, María del Sol Cruz Jarquín había obtenido un
puesto como Jefa de Comunicación Social de la Subsecretaría de
Desarrollo Indígena, adscrita a la Secretaría de Asuntos Indígenas
(SAI). Sin embargo, rumbo a las elecciones 2018, el entonces titular de
la dependencia, Francisco Montero López, la comisionó para cubrir las
actividades proselitistas de su hermano, Hageo Montero López, entonces
candidato a Primer Concejal del Ayuntamiento de Juchitán de Zaragoza.
La Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación estableció el 16 de marzo 2019, que fue una conducta grave
especial por parte del ex candidato Hageo Montero López, implicar a la
servidora pública María del Sol en actividades de diseño, eslóganes y
propaganda electoral, y determinó una multa de más de 90 mil pesos. A
pesar de los cargos en su contra, Hageo Montero López es el actual
regidor de energía renovable del ayuntamiento de Juchitán de Zaragoza.
El caso de María del Sol Cruz Jarquín y la impunidad que se siguió es
emblemático de la dramática situación de violencia feminicida en
Oaxaca. 40 municipios tienen una Alerta de Violencia de Género. La
organización GESMujer indicó, el 26 de julio, que entre enero y junio
del 2019 habían sido asesinadas 78 mujeres en la entidad, y que sólo 29
casos habían sido investigados como feminicidio.
Por su parte, Consorcio Oaxaca ha documentado cinco asesinatos de
personas defensoras de Derechos Humanos en lo que va del 2019, tres de
ellas en el Istmo de Tehuantepec.
Ciudad de México.
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