Este 5 y 6 de marzo
de 2020 se lleva a cabo en Comitán, Chiapas, el XII Encuentro de la Red
Mesoamericana Mujer, Salud y Migración. Esta Red está integrada por 24
organizaciones y colectivos de base de los diferentes países involucrados en el
fenómeno migratorio en la región centro de América.
El objetivo de este
Encuentro es plantear una agenda conjunta para continuar su trabajo como Red a
favor de la defensa de los derechos de las mujeres en general, las migrantes en
particular y los territorios, en un contexto diverso y, cada vez, más complejo
para las personas migrantes.
La coordinadora
general de Formación y Capacitación A.C. (organización convocante) e integrante
de la Red, Diana Damián, explicó en entrevista para Cimacnoticias que la idea
de articularse surgió tras observar que la migración disminuía la fuerza
organizativa de las comunidades para la defensa de sus derechos.
Las impulsoras de
esta Red que se encuentran aquí reunidas coincidieron en la necesidad de
colocar a las mujeres como sujetas de decisión dentro de los procesos migratorios,
ya que hasta entonces han sido vistas como acompañantes de los varones
migrantes.
La Red se formó en
2008 en Honduras, junto con el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e
Indígenas (Copinh), entonces liderado por la defensora Berta Cáceres, quien fue
asesinada el 3 de marzo de 2016 por su actividad a favor de los derechos de los
pueblos.
Desde su formación,
la Red se dedica a la promoción de los derechos de las mujeres en las
migraciones: a luchar por la tierra, por la educación, la salud y crear
oportunidades para que las mujeres puedan quedarse en sus territorios; y, al
mismo tiempo, a promover su derecho a migrar libre de violencia, con acceso a
la salud y a la justicia durante su tránsito.
De acuerdo con
Damián, con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador el contexto es más
adverso, ya que se agudizó la vigilancia con el despliegue de la Guardia
Nacional en las fronteras bajo el pretexto de la seguridad y la soberanía
nacional y, en contraste, no se han instalado los albergues para mujeres
migrantes que la Red la ha solicitado reiteradamente.
En este nuevo
contexto, “la lucha de ellas (las migrantes) para poder pasar por un territorio
es doblemente peligroso. Mi índice no es un invento; 100 por ciento de las
mujeres que migran han sufrido algún tipo de violencia, ya sea sexual, acoso,
por extorsión, amenazas u otras. Al menos 70 por ciento de ellas han sufrido
violencia física sexual”. explicó la defensora.
A esto se suma que la
Guardia Nacional ha obligado a las mujeres a buscar nuevas rutas para transitar
y a que los llamados coyotes dupliquen sus cobros para pasarlas por México; si
antes les cobraban aproximadamente 50 mil pesos a 100 mil o 120 mil pesos,
según ha documentado la Red.
“El único beneficio
de la Guardia Nacional es para Estados Unidos. No representa ninguna garantía
de seguridad para las mujeres; al contrario, están enriqueciendo al crimen
organizado y al coyotaje”, expresó Damián.
Además de la
violencia durante el tránsito, las mujeres migrantes requieren atención
especializada por la violencia que enfrentan desde su lugar de origen, donde se
les obliga a cumplir con las tareas de sus parejas que ya emigraron, se les controla,
agrede o, cuando deciden migrar, se les responsabiliza de todo lo que les pase
a su familia en su ausencia.
Por ello, la Red
también acompaña procesos de mujeres que están en estaciones migratorias en su
solicitud de refugio en México. En 2019, de acuerdo con la coordinadora general
de FOCA A.C., acompañaron a más de mil mujeres con modelos de atención
integrales, como acompañamiento psicosocial, alternativas de empleo o información
sobre sus derechos.
Entre los nuevos
retos que este 2020 enfrenta la Red está que México se ha convertido en mayor
medida en un lugar de destino. Esto supone nuevas necesidades que el gobierno
federal tendría que garantizar, como la atención a las mujeres migrantes en
salud, oportunidades laborales, solicitud de refugio, educación (ya que muchas
de ellas vienen con la necesidad de seguir estudiando); y la tranquilidad, pues
las mujeres “buscan paz en un país violento”, explicó la defensora.
En estos 12 años,
esta Red también ha tenido aprendizajes y logros, entre ellos, dijo Damián, la
creación de una red de radios comunitarias, la Red de Defensoras, el primer
observatorio de mujeres que vive en la frontera, y “seguir juntas e incorporar
a más jóvenes”.
En el Encuentro
participan organizaciones como la Asociación de Desarrollo Económico Social,
ADES Santa Marta (El Salvador); la Organización Fraternal Negra Hondureña,
OFRANEH; Las Patronas, Veracruz (México); y Red de Gestoras en Defensa de
los Derechos Humanos de la Frontera Sur-occidental de Guatemala-México.
Las organizaciones
–agrupadas por países, por área de trabajo y por colectivo– coincidieron
en que los mayores retos en los países de origen es la defensa de sus
territorios frente al extractivismo y otros megaproyectos, el feminicidio, la
violencia sexual, el derecho a decidir sobre su propio cuerpo, y la violencia
comunitaria provocada por las pandillas y por las agresiones contra las
personas defensoras de derechos. A esto se suma que los recientes acuerdos
regionales que sus países han firmado con Estados Unidos no son transparentes.
En conjunto (mujeres indígenas, negras, migrantes y otras) acordaron
trabajar juntas en los próximos cinco años para contribuir a visibilizar
la violación sistemática y estructural de los Derechos Humanos de las
mujeres y sus familia.
A fin de hacer públicas estas conclusiones, las defensoras se
organizaron para realizar la coreografía “un violador en tu camino” en
el Palacio Municipal de Comitán, uno de los municipios fronterizos con
mayor flujo migratorio en el país.
Las integrantes de la Red adecuaron la letra de este popular
performance chileno de protesta contra el abuso policial al contexto
migratorio. Frente a militares y policías municipales que merodeaban el
Palacio, las mujeres leyeron un comunicado en el que exhortan a los
gobiernos de los cuatro países a garantizar la vida digna de las mujeres
para evitar las migraciones forzadas, a garantizar el tránsito seguro y
libre de violencia para las que deciden migrar, y propiciar políticas
migratorias que reconozcan el derecho a la movilidad de manera segura y
sin discriminación.
Las mujeres también denunciaron la violencia institucional de los
países de origen, tránsito y destino de las mujeres migrantes, y
rechazaron el uso de fuerza de la Guardia Nacional mexicana.
Al cierre, las defensoras bailaron en círculo y cantaron “la policía
no me cuida, me cuidan mis amigas”; y, sin planearlo, las hondureñas
gritaron y bailaron: “Bertha (Cáceres) no murió, se multiplicó”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario