3/02/2020

Negligencia oficial y medio ambiente



Es un clamor a escala mundial. No más asesinatos, maltratos, violación de mujeres, dentro y fuera del hogar. A esa justa protesta las instancias oficiales no han respondido adecuadamente, cuando el año pasado mataron en México a 976 mujeres. Del movimiento quieren apoderarse los que menos se han interesado por ellas. Como el PAN y la nueva agrupación política bajo la cual desean seguir medrando Felipe Calderón y su esposa Margarita. Es necesario destacar la enorme contribución de las mujeres en pro del medio ambiente y la conservación de la biodiversidad. Muchas han perdido la vida en varios países a causa de los intereses de la minería, las agroindustrias, la tala ilegal y las mafias que comercian con especies protegidas. Me referiré a ellas el lunes próximo.
Mientras, quiero recordar a los lectores que el 15 de mayo de 2007 el joven campesino Aldo Zamora fue asesinado por los talamontes que devastan los bosques del Parque Nacional Lagunas de Zempoala y áreas circunvecinas. Su hermano Misael fue herido. La familia Zamora llevaba años denunciando ante las autoridades del estado de México a las bandas criminales que destruyen un ecosistema fundamental para la producción de agua de las poblaciones y los cultivos de la región. Luego en los medios se publicaron las amenazas de muerte de los talamontes contra el padre de Aldo, don Ildefonso, militante ecologista. Felipe Calderón, entonces presidente de la República, prometió no descansar hasta detener a los asesinos del joven.Nada hizo. En Zempoala y en otras partes del país reinan quienes destruyen selvas y bosques, y en algunos casos, están mejor armados que la fuerza pública.
Otros dos dirigentes sociales fueron asesinados ese año: don Armando Villarreal, líder agrario de Chihuahua. Durante lustros encabezó numerosas luchas en pro del uso racional y justo de los recursos naturales, en especial el agua. Don Armando estuvo dos años preso en el sexenio de Vicente Fox por encabezar a los campesinos que exigían revisar las tarifas eléctricas en el sector agropecuario. El segundo fue don Fernando Mayén Sánchez, abogado que defendía los intereses de la comunidad de San Luis Ayucan, estado de México. Entre sus luchas destaca impedir que en terrenos de esa comunidad se erigiera un tiradero de desechos a cargo de la empresa Confinam, pues violaba la normativa vigente entonces sobre el confinamiento de desechos.
Este siglo, han matado a más de 20 ciudadanos cuyo único delito fue defender los recursos naturales de sus comunidades y luchar contra megaproyectos que, a juicio de las poblaciones que resultarían afectadas, dañan su ambiente y su salud. En todos los casos, las autoridades prometen hacer justicia y llevar a la cárcel a los autores materiales e intelectuales de los crímenes. Eso anunciaron hace un año cuando fue asesinado Samir Flores, activista que encabezó la oposición al cuestionado Proyecto Integral Morelos, que incluye una termoeléctrica (Huexca) y un gasoducto que pasa a un lado del pueblo de Amilcingo. Sus habitantes rechazaron mayoritariamente dichas obras. El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió aclarar el crimen, a fin de que, entre otras cosas, no se lo carguen a su ­administración.
También por negligencia oficial se atenta contra el medio ambiente. Como en Michoacán, y destacadamente en la región de Uruapan y poblaciones vecinas. Allí cada año se eliminan entre mil 200 y mil 500 hectáreas boscosas para establecer huertas de aguacate. En esa entidad el cultivo del ahora llamado oro verde por la gran demanda que tiene en el mercado internacional, ocupa cerca de 170 mil hectáreas. Y, al menos, 30 mil corresponden a siembras ilegales. El gobierno estatal y el federal reconocen que la reducción de áreas boscosas afecta severamente la producción de agua que requieren centros urbanos y rurales y la agricultura. Además, ocasiona efectos negativos en el clima, pues las temperaturas aumentaron notablemente y hay menos humedad. Pero no basta reconocer, sino solucionar lo que está mal.
Cuando se anuncian problemas por la falta de agua y la tala de bosques y selvas, siguen los atentados, algunos mortales, contra quienes defienden la naturaleza. ¿Hasta cuándo?

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