Ciudad de México.- Cuando el presidente Andrés
Manuel López Obrador presentó, el 16 de enero, su Plan Nacional para la
Salud, que comprende la creación del Instituto Nacional de Salud y
Bienestar, “Mariana”* no sabía lo que le esperaba. Al parecer, los
planes no estaban bien coordinados con las asociaciones privadas que
brindan servicios de salud, como la Fundación Mexicana de Fomento para
la Prevención Oportuna del Cáncer de Mama (Fucam). Cientas de pacientes
como Mariana quedaron temporalmente en el aire, en medio de sus
terapias.
La madre de 46 años, a pesar de la angustia que vive desde
que se encontró un tumor de más de 2 centímetros en su seno, habla con voz
firme y analiza con elocuencia. Cuando fue diagnosticada en noviembre del 2019,
como otras 671 mujeres en este año, buscó el apoyo de la Fucam, fundación que
en 2000 inició con folletos de información y desde 2008 tuvo un convenio con el
Seguro Popular para el tratamiento especializado de cáncer de mama.
Recibió su carnet, le hicieron sus estudios médicos y el
estudio socio económico. Al mismo tiempo, el personal le aseguró que la mayor
parte de los costos seria cubierto por el Seguro Popular, y que “no iba a pagar
ni un quinto del tratamiento.” En una junta con varias oncólogas y oncólogas,
el 30 de diciembre, se determinó que tenía una variante muy agresiva de cáncer,
“Her2”.
Cuando Mariana fue a su primera cita en la Fucam para
recibir una quimioterapia, apenas siete días después de que AMLO presentara su
Plan Nacional de Salud, la oncóloga le reveló que el Seguro Popular ya no
existía, y que no había quien pagara su tratamiento. “Nada más recibir la
noticia, la angustia es terrible”, explica Mariana, frotandose los brazos como
si tuviera frío. “Tengo una hija de seis años, la quiero ver crecer, ella me
necesita. O sea, te quedas en shock.
De repente, a las tres semanas te dicen, ya no hay quien pague tu
tratamiento. Entonces ahí sí viene lo peor. Es, no solamente mi
enfermedad, y no he podido iniciar y que esto está avanzando, sino
aparte, ¿qué voy a hacer? ¿de dónde voy a sacar el dinero? Porque ni
siquiera, ningún tipo de medicamento entraba a mi cuerpo. Y esto está
propagandose de manera rápida. Es un miedo terrible, de estar impotente
porque dices, Si no cuento con los recursos, ¿qué voy a hacer? Literal,
es como un asalto, ¡Es el dinero o la vida!”
Cambiar a una institución pública, no es fácil
Muy pronto, ella y su familia tomaron la decisión de intentar y
juntar el dinero y empezar con el tratamiento. Juntaron todos sus
ahorros, pidieron ayuda a la familia, amigas y amigos, la comunidad de
padres de la escuela a la que acude su hija y demás, y sí, consiguieron
el dinero para la primera quimioterapia. Actualmente, está en proceso de
transferir al Instituto Nacional de Cancerología (Incan). Pero no es
fácil, explica: “Hay que tocar puertas, sacar citas de preconsulta,
iniciar estudios, que corroboren que realmente se diagnosticó tu cáncer
real. Tienen que volver a hacer los estudios. Es todo un proceso que
lleva tiempo, por lo menos dos meses. Y el cancer no te espera, no? Y
más el mío, que es súper agresivo y se está propagando rápidamente.”
Aún con esta preocupación encima, Mariana sintió pesar por las
mujeres de bajos recursos, que recibieron la noticia que la Fucam ya no
seguiría con sus terapias, el pasado 20 de febrero. Mariana estaba en la
Fucam en estos momentos, y “se vio mucha angustia, las pacientes
llorando”, cuenta. La protesta fue inmediata. El Insabi afirmó en un comunicado que “ninguna mujer con cáncer se quedará sin atención”.
Más tarde, precisó que bajo el convenio con el Seguro Popular, la Fucam recibió 191 millones 613 mil 383
para atender a 2 mil 811 casos de continuidad y 672 casos de nuevo
ingreso con cáncer de mama en 2019. Por ello, la Fucam tendría “la
obligación ética, moral y jurídica de continuar la atención de las
pacientes” que ingresaron en 2019.
El viernes, 22 de febrero, un grupo de pacientes protestó en frente del Palacio Nacional. Ese mismo día, la Fucam publicó un comunicado,
diciendo que “como resultado del acercamiento con el Insabi y gracias a
su compromiso de reembolsar a la brevedad a Fucam los gastos pendientes
por cubrir, podremos continuar brindando servicio gratuito a las
personas que habían iniciado su tratamiento antes del 31 de diciembre.”
La Fucam atiende diariamente a 150 mujeres, dijo el presidente
ejecutivo, Fernando Guisa Hohenstein, en entrevista con Radio Fórmula.
Cimacnoticias buscó una entrevista con él para conocer más de la
situación, pero a la fecha no ha respondido. Se espera que la fundación
siga el tratamiento de las mujeres, con ciclos de quimioterapias que
pueden durar un año y más.
En México, el cáncer de mama es la primera causa de muerte en
mujeres mayores de 25 años. De acuerdo con el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía, la tasa de mortalidad ha crecido en los
últimos años. En 2013, 13.92 por cada 100 mil mujeres mayores de 20
años murieron a causa de esta enfermedad. En 2016, fueron 16.12; sin
embargo, no hay estadísticas actualizadas sobre la evolución de la
enfermedad a 2020.
Desde el primero de enero, la Fucam ya no brinda el servicio gratuito
a pacientes como Mariana, porque a pesar de que se hicieron sus
estudios en 2019, no recibió su primera quimioterapia hasta en 2020. El
tiempo para descansar, no lo ha tenido: “Tienes una hija, tiene que ir a
la escuela, tienes que alistarla, todas las cosas, la rutina normal de
la vida, súmale todo esto. Correr al estudio, correr al trámite, correr
aquí, haz esto. Después de la quimio, aún con las pocas molestias que
pudo haber tenido, tenía que estar moviéndome. Sin parar, y es lo que he
estado haciendo todo este tiempo.”
*nombre ficticio para resguardar su identidad
No hay comentarios.:
Publicar un comentario