Fabiola Méndez
“Todas las mujeres vivimos una situación de peligro en el país y en
el mundo, pero aquí en México por raíces culturales de machismo
enfrentamos una situación terrible que no es nueva, pero sí más
visibilizada”
Desde hace algunos años con los movimientos #Niunamenos y #Metoo se
ha logrado dar un paso en contra de la violencia de género: que el
silencio sea cosa del pasado, a las mujeres no se les acosa, no se les
viola, no se les pega, no se les mata por ser mujeres.
Hace apenas unos días el país se estremeció por el feminicidio de
Ingrid Escamilla y Fátima, lo que da cuenta que la problemática, lejos
de retroceder, aumenta. El clamor de ¡Ya Basta! viene de todos
los sectores sociales, “todas las mujeres vivimos una situación de
peligro en el país y en el mundo, pero aquí en México por raíces
culturales de machismo enfrentamos una situación terrible que no es
nueva, pero sí más visibilizada”, refirió Anahí Caldú, investigadora del
Instituto de Astronomía de la UNAM.
De acuerdo con la astrónoma, la violencia de género no sólo es una
violación o muerte como tristemente sucede, se vive día a día y tenemos
que reconocerla para evitarla. El tema debe estar sobre la mesa sin que
se polarice, encontrar mecanismos para hablar y escuchar al otro, mirar a
nuestro alrededor y formar una sociedad más igualitaria y justa para
todos.
Hay que alzar la voz, reiteró Erika Villavicencio Ayub, investigadora
de Psicología Social en la UNAM, “estamos hasta el hartazgo de la
violencia de este sistema exageradamente corrupto, lleno de lucha de
poder, pero a su vez escaso en salud mental, tanta impunidad, tanto
crimen organizado, tanto machismo, por dónde empezar para lograr salir
de este estado de indefensión, donde predomina la casi extinción de los
valores en la sociedad”.
Saiph Savage, del instituto de Ingeniería de la UNAM, coincidió en
que las mujeres deben hacerse escuchar, “decir que no queremos
normalizar esto. Tenemos ciertos estereotipos arraigados, todavía muchas
personas creen y es común escuchar que las mujeres les pasa algo porque
han hecho algo malo, porque andaban en malos pasos, pero ellas no
tienen la culpa”.
Es muy fuerte ver a diario en las redes sociales un impacto en contra
de las mujeres, toda esa violencia, dolor y miedo que viven
diariamente, refirió Estefanya Márquez, estudiante de la Facultad de
Música de la UNAM. Para la mezzosoprano, las personas viven con terror
de salir a la calle, sobre todo aquellas que ya vivieron una experiencia
de violencia, también quien se expone todos los días, pero han surgido
cosas buenas, “hemos encontrado redes de mujeres para cuidarnos entre
nosotras, nos acompañamos, estamos creando comunidad”.
Para lograr un verdadero cambio se necesita una transformación de
raíz de las organizaciones educativas, las instituciones y el sector
empresarial, que se adapten para hacerlas menos incompatibles unas con
otras, “que esta cosmovisión tripartita logre que los horarios, las
distancias y la carga laboral permitan un balance de vida para la
familia entera. Donde la madre tenga horarios que facilite el doble
rol, que el adulto vigile el crecimiento y la educación del niño, la
convivencia, garantizando la justa satisfacción de las necesidades
básicas, como alimentación, salud, seguridad”, explicó Villavicencio
Ayub.
Para la especialista, son fundamentales las reformas que mejoren las
condiciones de trabajo, incluido el salario, estrategias que permitan
abordar, en todos los sectores, el trabajo en perspectiva de género, de
no violencia, de equidad y sea impartido desde edades tempranas.
Asimismo, evitar revictimizar en los diferentes procesos de denuncia,
investigación, comunicación, enseñanza, redes sociales, “no provoquemos
un espectáculo del dolor ajeno, no consumamos medios informativos que
filtran imágenes de las víctimas. Impongamos sanciones”, exhortó.
En ese contexto, Nelly Lucero Lara Chávez, doctora en Ciencias
Políticas y Sociales de la UNAM, explicó que los medios de comunicación,
como actores sociales, cumplen una función de transmisión de valores y
prácticas, reproducen lo que leemos como sociedad. “Una tarea de los
medios sería dar cuenta de por qué suceden los fenómenos para
entenderlos, pero sucede lo contrario, presentan la violencia en contra
de las mujeres como un espectáculo, estigmatizan y denigran el
conocimiento de la teoría feminista”.
Sin embargo, refirió que como espectadores también se tiene el poder
de decidir qué discursos se quieren consumir para crear niveles de
significación distintos, “a nivel personal, de los hogares, de los
medios, dejar de consumir programas que representan a la mujer de forma
estereotipada es una forma de erradicarla”, explicó Nelly Lara.
El movimiento encabezado por las mujeres no es improvisado, a pesar
de que su lucha se ha mantenido por más de 300 años sigue persistiendo
la desigualdad entre hombres y mujeres.
De acuerdo con Cristina Rosas González, doctora en Relaciones
Internacionales por la UNAM, estamos en una sociedad donde por usos y
costumbres se acepta la violencia contra las mujeres, se fomenta,
incluso culturalmente, se trata diferente a hombres y mujeres, se les
paga diferente a pesar de hacer el mismo trabajo.
En ese contexto, ¿qué hacer para que esto cambie y manifestar el hartazgo generalizado por estos niveles de violencia vividos?
Para Erika Villavicencio hay que trabajar en el diseño de políticas
públicas para prevenir, atender y eliminar la violencia de género, así
como la puesta en marcha de una Fiscalía Especializada en feminicidio.
Reforzar protocolos de acción desde un enfoque multidisciplinario,
dar capacitación a quienes están a cargo de la administración de
justicia (policía, personal pericial, forenses y profesionales del
derecho), dar orientación para llevar a cabo la investigación del
delito de feminicidio con la debida diligencia, garantizando así el
acceso pleno de las mujeres a la justicia.
“Hay que hacer muy costoso para quien favorece la desigualdad, la
discriminación y la violencia contra las mujeres, en la legislación
mexicana para poder disuadir la delincuencia que circunda a las
mujeres”, refirió Cristina Rosas.
Aludir a la memoria histórica para que las cifras no aumenten, para
que las listas no tengan más nombres, “no basta con estar en este
laberinto para buscar culpables, construyamos soluciones y que esta
lucha legítima sea el inicio del cambio”, exhortó Erika Villavicencio.
“Que esto no sea esporádico, no debe ser flor de un día, sino que
todos los días, desde nuestras trincheras, trabajemos para lograr ese
cambio, que no va a ocurrir mañana, pero hay que iniciarlo ya”, finalizó
Rosas González.
Este material se comparte con autorización de UNAM Global
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