Hasta hace pocos años el cáncer de mama (CaMa) era entendido como una sola enfermedad, por lo que las mujeres diagnosticadas con este padecimiento recibían un tratamiento general, basado en quimioterapia, radioterapia o la mastectomía (extirpación de toda o parte de la mama), debido a que no se consideraban las particularidades de cada tumor.
Investigaciones recientes han detectado que existen al menos tres subtipos de CaMa, que se definen por medio de las células que componen al tumor, y sus índices de agresividad y supervivencia, por lo que deben de ser tratados de manera específica.
Especialistas coinciden en que en un país como México, donde una de cada ocho mujeres está en riesgo de desarrollar CaMa en algún momento de su vida, se diagnostican alrededor de 14 mil casos al año, y tan sólo en 2013 murieron 5 mil 600 mujeres por esta causa, es indispensable que ellas tengan más información sobre el padecimiento para que puedan involucrarse de manera activa en su tratamiento, ya que los “índices de supervivencia de las pacientes informadas son mayores de quienes no conocen su enfermedad”.
Fernando Mainero Ratchelous, director de Oncología del Hospital de Ginecología y Obstetricia Número 4 del IMSS, explica que el CaMa “es un grupo de enfermedades que tiene como factor común un tumor que se origina en la glándula mamaria, se puede diseminar a otros órganos y puede matar a una persona”.
Abunda que los pronósticos de vida tras el diagnóstico dependen del tipo de enfermedad que se desarrolle a partir del tumor, las características de las personas, y sobre todo la calidad y acceso a servicios de salud.
El ideal –aclara el médico– es que las mujeres accedan al tratamiento en los 40 días posteriores al diagnóstico, aunque en México la atención demora hasta siete meses.
El especialista destaca que el personal que atiende la enfermedad debe estar capacitado y actualizado para dar un tratamiento adecuado, lo que implica conocer los avances sobre los tres subtipos de CaMa.
ESTUDIOS
La oncóloga Lizeth Nava Flores, explica que la investigación médica permitió identificar que las células malignas que conforman a los tumores también tienen cierto tipo de proteínas, que determinan el comportamiento y desarrollo de la enfermedad.
“(Los médicos) necesitamos certeza en el subtipo de cáncer que estamos atendiendo, para saber cosas básicas como si (el tumor) se alimenta o no de hormonas, y esto nos permite saber el tipo de tratamiento que le vamos a dar. Hoy día ya no podemos dar un tratamiento general”, abundó.
La doctora expone que se han identificado el subtipo de CaMa “HER2 positivo”, cáncer de mama “ER+”, y CaMa “triple negativo”, cuyos nombres derivan de las células o proteínas que los componen.
El subtipo “HER2 positivo” se presenta en una de cada cuatro mujeres con CaMa. Debido a su comportamiento, este subtipo es más agresivo y aunque llegue a desarrollar tumores pequeños, éstos son más invasivos, es decir se expanden a otros órganos del cuerpo (metástasis).
La especialista detalla que el tratamiento para este subtipo podría implicar quimioterapia con un medicamento específico o una terapia biológica, que es un tratamiento para el que se usan sustancias elaboradas con organismos vivos.
El cáncer de mama “ER+” se forma en las proteínas conocidas como “receptores hormonales”, es decir estrógeno y progesterona, por lo que son sensibles a medicinas que bloquean o inhiben la producción de esas hormonas (terapia hormonal). Este subtipo de CaMa lo presenta la mayoría de mujeres (70 por ciento).
El subtipo “triple negativo” tiende a aparecer en mujeres más jóvenes, afroamericanas y latinas –aunque se desconocen las causas–, y constituye 15 por ciento del total de casos diagnosticados.
Según Lizeth Nava, es un tipo de tumor más resistente a los tratamientos y con el mayor número de reincidencia, es decir, aunque se cure las mujeres corren el riesgo de volver a presentarlo.
Los tres tipos de CaMa pueden ser tratados con la mastectomía, dependiendo de la etapa en la que hayan sido diagnosticados.
PREVENCIÓN
Nava Flores explica que hasta ahora no se han identificado factores de riesgo asociados a cada tipo de tumor, pero apunta que de manera general ser mayor de 40 años; haber tenido el primer embarazo después de los 30; consumir alcohol; fumar y ser obesa, son los factores más asociados al desarrollo del CaMa.
El procedimiento para saber qué tipo de cáncer presenta una mujer –añade la experta– comienza con la mastografía. Luego, si se identificó una tumoración se hace una biopsia para saber si el tumor es maligno y por lo tanto es cáncer.
Después se amplía la información de la biopsia para identificar el tipo de células del tumor, y definir el subtipo de CaMa y el tratamiento a seguir.
Abunda que es primordial que las mujeres, sobre todo las de mayor edad, acudan regularmente al médico “porque hay tumores que no son palpables con la autoexploración, ya que son muy pequeños, están detrás de la glándula mamaria, o no se palpan porque el seno es muy grande”.
Para Lizeth Nava –quien dice desconocer si en el sector público las mujeres acceden a los tratamientos específicos, cuyo costo al mes se estima en entre 70 mil y 200 mil pesos– es primordial que las mujeres conozcan esta información, pues al conocer el comportamiento de su enfermedad pueden exigir que su médico las atienda adecuadamente.
La Secretaría de Salud dio a conocer que cinco de cada 10 mujeres mayores de 40 años acceden a la mastografía, y aunque anunció que en 2014 se pasó de 500 a 754 mastógrafos, la cobertura recomendada por la OMS (siete de cada 10 mujeres) aún no se alcanza. Se suma que en 2013 apenas había mil 200 oncólogos.
Especialistas coinciden en que en un país como México, donde una de cada ocho mujeres está en riesgo de desarrollar CaMa en algún momento de su vida, se diagnostican alrededor de 14 mil casos al año, y tan sólo en 2013 murieron 5 mil 600 mujeres por esta causa, es indispensable que ellas tengan más información sobre el padecimiento para que puedan involucrarse de manera activa en su tratamiento, ya que los “índices de supervivencia de las pacientes informadas son mayores de quienes no conocen su enfermedad”.
Fernando Mainero Ratchelous, director de Oncología del Hospital de Ginecología y Obstetricia Número 4 del IMSS, explica que el CaMa “es un grupo de enfermedades que tiene como factor común un tumor que se origina en la glándula mamaria, se puede diseminar a otros órganos y puede matar a una persona”.
Abunda que los pronósticos de vida tras el diagnóstico dependen del tipo de enfermedad que se desarrolle a partir del tumor, las características de las personas, y sobre todo la calidad y acceso a servicios de salud.
El ideal –aclara el médico– es que las mujeres accedan al tratamiento en los 40 días posteriores al diagnóstico, aunque en México la atención demora hasta siete meses.
El especialista destaca que el personal que atiende la enfermedad debe estar capacitado y actualizado para dar un tratamiento adecuado, lo que implica conocer los avances sobre los tres subtipos de CaMa.
ESTUDIOS
La oncóloga Lizeth Nava Flores, explica que la investigación médica permitió identificar que las células malignas que conforman a los tumores también tienen cierto tipo de proteínas, que determinan el comportamiento y desarrollo de la enfermedad.
“(Los médicos) necesitamos certeza en el subtipo de cáncer que estamos atendiendo, para saber cosas básicas como si (el tumor) se alimenta o no de hormonas, y esto nos permite saber el tipo de tratamiento que le vamos a dar. Hoy día ya no podemos dar un tratamiento general”, abundó.
La doctora expone que se han identificado el subtipo de CaMa “HER2 positivo”, cáncer de mama “ER+”, y CaMa “triple negativo”, cuyos nombres derivan de las células o proteínas que los componen.
El subtipo “HER2 positivo” se presenta en una de cada cuatro mujeres con CaMa. Debido a su comportamiento, este subtipo es más agresivo y aunque llegue a desarrollar tumores pequeños, éstos son más invasivos, es decir se expanden a otros órganos del cuerpo (metástasis).
La especialista detalla que el tratamiento para este subtipo podría implicar quimioterapia con un medicamento específico o una terapia biológica, que es un tratamiento para el que se usan sustancias elaboradas con organismos vivos.
El cáncer de mama “ER+” se forma en las proteínas conocidas como “receptores hormonales”, es decir estrógeno y progesterona, por lo que son sensibles a medicinas que bloquean o inhiben la producción de esas hormonas (terapia hormonal). Este subtipo de CaMa lo presenta la mayoría de mujeres (70 por ciento).
El subtipo “triple negativo” tiende a aparecer en mujeres más jóvenes, afroamericanas y latinas –aunque se desconocen las causas–, y constituye 15 por ciento del total de casos diagnosticados.
Según Lizeth Nava, es un tipo de tumor más resistente a los tratamientos y con el mayor número de reincidencia, es decir, aunque se cure las mujeres corren el riesgo de volver a presentarlo.
Los tres tipos de CaMa pueden ser tratados con la mastectomía, dependiendo de la etapa en la que hayan sido diagnosticados.
PREVENCIÓN
Nava Flores explica que hasta ahora no se han identificado factores de riesgo asociados a cada tipo de tumor, pero apunta que de manera general ser mayor de 40 años; haber tenido el primer embarazo después de los 30; consumir alcohol; fumar y ser obesa, son los factores más asociados al desarrollo del CaMa.
El procedimiento para saber qué tipo de cáncer presenta una mujer –añade la experta– comienza con la mastografía. Luego, si se identificó una tumoración se hace una biopsia para saber si el tumor es maligno y por lo tanto es cáncer.
Después se amplía la información de la biopsia para identificar el tipo de células del tumor, y definir el subtipo de CaMa y el tratamiento a seguir.
Abunda que es primordial que las mujeres, sobre todo las de mayor edad, acudan regularmente al médico “porque hay tumores que no son palpables con la autoexploración, ya que son muy pequeños, están detrás de la glándula mamaria, o no se palpan porque el seno es muy grande”.
Para Lizeth Nava –quien dice desconocer si en el sector público las mujeres acceden a los tratamientos específicos, cuyo costo al mes se estima en entre 70 mil y 200 mil pesos– es primordial que las mujeres conozcan esta información, pues al conocer el comportamiento de su enfermedad pueden exigir que su médico las atienda adecuadamente.
La Secretaría de Salud dio a conocer que cinco de cada 10 mujeres mayores de 40 años acceden a la mastografía, y aunque anunció que en 2014 se pasó de 500 a 754 mastógrafos, la cobertura recomendada por la OMS (siete de cada 10 mujeres) aún no se alcanza. Se suma que en 2013 apenas había mil 200 oncólogos.
Especial
Por: Anaiz Zamora Márquez
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