Alberto Aziz Nassif
Con Ayotzinapa se ha destapado una grave crisis, porque en ningún país que se diga democrático y un buen socio internacional, se puede admitir que desaparezcan 43 estudiantes sin que haya rastro de ellos un mes después. La consigna que demanda justicia y aglutina el movimiento dice: “vivos se les llevaron, vivos los queremos”.
Hay realidades que aplastan por su historia, por sus luchas populares contra la represión, por la pobreza que estrangula, por la impunidad que asfixia, por la colusión de los gobernantes con el crimen y el desastre de los políticos, porque su territorio en un cementerio de fosas clandestinas. Eso es hoy Guerrero. Pero ese estado no es una isla, sino la peor síntesis de lo que pasa en el país. Hay heterogeneidad en los indicadores regionales, pero la impunidad y la corrupción se pueden generalizar. ¿Para qué ha servido la alternancia si llegó más de lo mismo? ¿Quién les cree a los políticos cuando se les llena la boca de palabras como Estado de derecho? ¿Quién se puede sentir protegido por esas autoridades cómplices? ¿Quién se puede considerar representado por esos partidos políticos? La desconfianza, la ley del más fuerte, la desprotección, la violación de derechos humanos, el abuso de autoridad, son las maneras en que vive el México profundo (dixit Guillermo Bonfil).
La clase política de Guerrero experimenta una farsa que se repite. Después de una matanza viene un cambio de gobierno; se va el gobernador, pero no pasa nada, las cosas siguen igual: en 1995 se fue Figueroa y llegó Aguirre, hace unos días se fue Aguirre y llegó Ortega. La contaminación que ha desfigurado a los partidos tiene muchas razones (modelo de financiamiento, impunidad, partidocracia, etc.). Cualquier político puede saltar de un partido a otro y no pasa nada, todos se parecen tanto, que encontrar sus diferencias es como esos ejercicios de dos fotos iguales que dicen ‘encuentra las 10 diferencias’. PRI, PRD, PAN y el resto, es lo mismo, sólo cambia el color de la banderita.
Las autoridades medio reaccionan cuando están contra la pared. Pueden aguantar las protestas y las marchas en el país, pueden tolerar que haya catarsis social y se quemen edificios de gobierno; puede tolerar la Jornada Global de apoyo a Ayotzinapa, como sucedió pasado 22 de octubre y juegan a administrar el conflicto, pero les resulta muy complicado la presión internacional. México es señalado como un país violento en donde se desaparece a 43 estudiantes y se le condena en el Parlamento Europeo y en las Naciones Unidas. El gobierno reacciona tarde, mal y lento. La PGR administra la información y trata de aparecer como una institución moderna, pero la ineficiencia lleva a una hipótesis, ¿en el control de daños la autoridad ha decidido administrar el conflicto porque saben mucho más de lo que dicen? Toda la responsabilidad se carga hacia la autoridad municipal. La negociada salida de Aguirre se hizo a cambio de un ‘pacto de impunidad’. ¿El gobierno federal no tuvo nada que ver?
Resulta poco creíble que con todo el aparato del Estado no se encuentre a los 43 normalistas. O es un aparato estatal muy ineficiente o se hace lento y opaco a propósito. Mientras la violencia sigue incontenible, todos los días hay eventos que expresan la crueldad de un país en donde el ‘pacto de impunidad’ política ha generado un infierno, como ha dicho Javier Sicilia. Un estudiante de la Universidad de Guadalajara fue aprehendido por la policía en Guanajuato y al día siguiente apareció muerto; en Ciudad Juárez regresa la violencia; en Tamaulipas no ha parado; en Michoacán están de vuelta los grupos de autodefensas porque el crimen no se detiene; en Veracruz sigue la descomposición. Se podrá argumentar que el problema no se resuelve en el corto plazo, pero nada indica que se vaya a solucionar mientras permanezca la complicidad de las autoridades y se desparrame la impunidad por todo el país.
Los padres de familia han puesto un plazo para que les regresen a sus hijos y el grito de “vivos los queremos” crece todos los días. Si hace unos años pensamos que la democracia había sido vulnerada, ahora podemos decir que ha sido enterrada en una fosa clandestina…
Investigador del CIESAS.
@AzizNassif
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