Notas acerca del libro “Efectos psicológicos de la represión política”. El libro nace como respuesta a la situación de desapariciones que se vivieron en los años 70 en Argentina. |
Instrúyanse,
porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agítense,
porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense,
porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza.
Antonio Gramsci
“Las locas de la Plaza de Mayo, serán un ejemplo de salud mental”. Una
de esas frases tan conmovedoras y destinadas a viajar a la redonda de
la historia por su alto contenido de realismo, certeza y mucho, pero
mucho amor. Y tenía razón Eduardo Galeano cuando remarca el énfasis
característico de las Madres: no olvidar. Porque cuando sucede, cuando
este proceso psicológico básico se realiza, se abre el campo a nuevos
borradores que poco o nada tiene de importancia. El olvido, la
exclusión de los procesos, el juez y verdugo mediático como son los
medios de comunicación y que, en última instancia, son dignos
vendedores de la misma idea con remuneraciones importantes. Ideas que
terminan por adoptarse y tomar una forma de habituación cotidiana. Hoy,
el mundo conoce la otra cara que siempre había existido en México; la
indiferencia, la represión a los movimientos sociales, la
discriminación de los pueblos indios, el neoliberalismo en todo su
esplendor, la monopolización en la mayoría de los sectores sociales.
Sabemos, que la represión es de origen político, no así las ideas que
se desprenden de estas acciones. Diana Kordon en 1986 publicó, junto
con otros colaboradores un texto de suma importancia, que marcaría los
procesos de intervención de psicoterapia adaptados a los esquemas de la
represión política. Por tal motivo, es pertinente realizar algunas
notas y la relación que ha manejado el gobierno mexicano ante la
desaparición de los 43 compañeros de la escuela norma Raúl Isidro
Burgos en Ayotzinapa, Guerrero.
1) El Estado no sabe de quiénes son los cuerpos hallados en las fosas:
Durante las búsquedas de los compañeros desaparecidos, se han
encontrado muchas fosas cuyos cuerpos no se identifican. Cabe mencionar
que el grupo de forenses argentinos no han podido trabajar
adecuadamente por los constantes impedimentos de la Procuraduría
General de la República (PGR). Tuvieron que pasar aproximadamente dos
semanas para que Enrique Peña Nieto, presidente de México, comentara
sobre los hechos ocurridos. El silencio, hasta entonces, formo parte
cotidiana de los tres poderes a cargo. Esa inducción al silencio puede
entenderse como las jugadas estratégicas políticas, es decir, los
costos menores que los acontecimientos puedan suscitar desde el
ambiente político. Desde una perspectiva psicológica esta herramienta
es catastrófica; ante los responsables de la seguridad de la
ciudadanía, el estado, su silencio es un arma generadora de miedo,
malestar, donde la especulación forma parte del teatro montado por los
responsables y que de alguna manera permite seguir en estado de espera
sobre el pronunciamiento, restando fuerza y energía a los familiares de
los compañeros desaparecidos. Se utiliza de manera distorsionada el
efecto del estrés que caracterizaba hace algunos años el médico
austriaco Hans Selye. Además, la pregunta cabal si no son nuestros
compañeros ¿quiénes son los que se encuentran en esas fosas? Demuestra
la complicidad del Estado para ocultar verdades y la manera trágica en
que puede ser robada una vida.
2) Los confundieron con los Rojos, un grupo contrario a los Guerreros Unidos.
Es desacreditar a los desaparecidos; forjar sentimientos de culpa y con
ello los comentarios que desacreditan y los vuelven los victimarios:
“los mataron porque estaban metidos en algo”. Presentan una imagen de
que los compañeros eran parte de un sector criminal denominado “Los
Rojos” y los habían confundido. Esta noción encoleriza y preocupa a las
familias, por el otro los presentan como culpables ante la sociedad.
Otra ideación de culpabilidad se centra en los detalles. Por ejemplo,
el Líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Carlos
Navarrete y cuyo partido gobierna en Guerrero, afirmaba en entrevista
con la periodista Carmen Aristegui “Ellos siempre van a Chilpancingo,
fue muy raro que ahora decidieran ir a Iguala” (1). Lo que trata de
insinuar es que los compañeros tenían otro motivo por lo que rompieron
la rutina de viaje. Trata vilmente de repartir culpas por un hecho que
no depende de las condiciones viajeras. Encubren al gobernador
responsable Ángel Aguirre, se presentan noticias ficticias,
distorsionadas y fuera de contexto. Inducir la culpa, presentar la
culpa, aglutinar la culpa es por donde los responsables tratan de
asumir el papel de Poncio Pilato.
3) El vandalismo como criminalización de la protesta social:
El hartazgo, la indignación, la ignominia del gobierno son
insostenibles. Existe un diálogo muy comprado por la clase dirigente.
Esa argumentación que tiene dos facetas: por un lado, la presentación
de imágenes donde se resalta la rabia digna y las acciones que se toman
contra los símbolos de poder de la burguesía; por el otro, el
significado interpretativo de los “periodistas” que toman papel de juez
y verdugo. Ese discurso, descalificativo de nacimiento, es la gran
venta que les ha servido para criminalizar la protesta, tachar de actos
vandálicos todo lo que no entre en los estatutos de la pacificidad que
tanto pregona la clase dirigente. ¿Cómo respetar al Estado cuando este
se vuelve indiferente ante la problemática social? Se vende la idea de
aquél edificio o centro comercial son nuestros o no tienen nada que
ver. Realizan algo que se denomina sobregeneralización, es decir, se
enfocan los puntos como o totalmente buenos o totalmente manos, no hay
línea gris. Y siguiendo esa dinámica el Estado, aunque represor se le
debe el más de los respetos, en ellos se vislumbra la figura de
autoridad. Así, pueden desaparecer a nuestros compañeros y está mal,
pero que evolucione el movimiento por la ineficiencia e inoperancia del
gobierno eso no puede realizarse, puesto que va con las normas del buen
vivir. Los valores se hacen presentes. Los mismos que vende la clase
explotadora para conseguir una empatía ocultando sus verdaderas
intenciones.
4) Pan y Circo:
Es decir, el
olvido. Pero no. Olvidar es dejar transcurrir como si de una situación
aislada se tratase. Si de un evento que no tiene nada que ver con cada
uno de nosotros fuera. Porque no lo es, como tampoco se trata de hechos
cometidos por el narcotráfico. Se trata del gobierno, del Estado
mexicano y sus consecuentes intentos por reprimir la protesta social.
De seguir establecimiento la línea jerárquica y, lo que se salga, o lo
hacen volver o lo callan. Olvidar significa sentenciar la muerte de
nuestros compañeros y ellos están desaparecidos. Utilizar nuevos
programas de televisión, un especial sobre un cantante reconocido cuya
duración puede ser de un par de horas, telenovelas, etc. El foco de la
distracción tiene ese valor, olvidar y darle vuelta a la hoja. Debemos
impedírselo.
El gobierno mexicano aún no entiende que la
historia avanza todos los días, que los pueblos, indignados por la
violencia hacia la vida, alzan la voz en todas partes, desde
Latinoamérica hasta Oceanía, las voces se han hecho alzar. La
devastación, el sadismo con el que se conduce la dirigencia política
del PRI demuestra su ansiedad por controlar los destinos de un país que
parece podría sumergirse en un movimiento mucho mayor. En varios
estados mexicanos, las protestas han hecho mella. Por ejemplo, en el
Estado de México, gobernado por Eruviel Ávila también del partido del
PRI padece de feminicidios, secuestros, extorsiones. Puebla sufre con
un gobernador que bien puede aprobar la “ley bala” un día y, al
siguiente, asesinar a un niño. Organizarse, dialogar, debatir,
compromiso y participación forman el encuadre que tenemos por delante,
una manera de que el olvido no forme parte de nuestra concepción y que,
por el contrario, reavive la lucha social que hoy tenemos presente. Es
inadmisible que un gobierno que desea colocarse en la élite del mundo
solape a gobiernos coludidos con el crimen organizado. Más aún que ese
gobierno sea un crimen organizado y venda una cara de la moneda a los
demás. Exigimos, se presenten con vida a nuestros 43 compañeros
desaparecidos. Se cumple el mes que seguimos esperando por los
nuestros. El estado atenta contra los estudiantes, la sociedad y la
salud mental. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Notas:
(1)
El vídeo muestra una mesa de debate donde cabe destacar la
sobregeneralización que utiliza Navarrete al hablar sobre los
acontecimientos.
Para una adecuada lectura de los acontecimientos en Ayotzinapa:
Referencias:
Kordon, D. (1986) Efectos Psicológicos de la Represión Política. Argentina: Sudamericana-Planeta
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