Como parte de derechos económicos, sociales y culturales, están la democracia y el desarrollo en el orden jurídico mexicano.
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Relacionados con el concepto de igualdad, los “derechos económicos, sociales y culturales”, son conocidos como de “segunda generación” cuya principal característica consiste en que son de cumplimiento “obligatorio” para la autoridad, por lo que deben ser plenamente satisfechos.
Es decir, que mediante las políticas públicas el Estado debe asegurar que todos los sectores sociales disfruten de una mayor calidad de vida.
Mas si existiera algún impedimento, con la finalidad de cumplir el
objetivo puede hacerse una reestructuración del Estado para que cuente
con los medios adecuados, y así resuelva las más elementales
necesidades económicas, sociales y culturales de las personas.
Lo anterior implica, por supuesto, un reto para el Estado pero a fin de cuentas responde a un mandato constitucional
establecido en los artículos 3° y 40, que instruyen a todas las
instituciones de gobierno a esforzarse para alcanzar las metas
suscritas.
¿Cuáles son estos derechos? Mencionemos los más importantes: Toda persona tiene derecho a la seguridad social; el derecho al trabajo;
a formar sindicatos; a un nivel de vida adecuado que le asegure a él y
a su familia la salud, alimentación, vestido y vivienda; asistencia
médica y los servicios sociales necesarios; a la salud física y mental;
a la seguridad pública; derecho de los padres a escoger el tipo de educación para sus hijos.
Cabe resaltar que, como parte de derechos económicos, sociales y culturales, están también la democracia y el desarrollo en el orden jurídico mexicano.
La democracia no sólo como estructura jurídica sino como forma de vida,
basada en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población.
El desarrollo, como medio para el bienestar
económico alcanzable gradualmente desde los órganos de gobierno y para
satisfacción de otros valores igualmente demandados como la seguridad,
la justicia, el orden, la paz.
Una vez teniendo en claro que la democracia es una forma de vida y no un simple sistema electoral o un instrumento de la democracia representativa, el desarrollo nacional se convierte en programa de gobierno, un proceso gradual de mediano y largo plazo.
Con una garantía adicional un tanto novedosa: Que por los mecanismos
jurisdiccionales las disposiciones constitucionales que consagran los derechos económicos, sociales y culturales, sean
protegidos como derechos progresivos en favor de la población, una
posibilidad que quedó abierta a raíz de la reforma constitucional de
2011.
Flor de loto: El éxito consiste en entender una
idea de felicidad, establecer condiciones para alcanzarla, y hacer
coincidir los medios con los fines.
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