7/28/2015

Gobierno empantanado




Las elecciones intermedias, primeras del régimen de Peña Nieto, han mostrado el repudio del pueblo a la política neoliberal del gobierno, que a sangre y fuego quiere imponer las reformas estructurales. El abstencionismo es el catalizador principal del rechazo a la farsa electoral. La protesta el día de las elecciones y la ola de violencia que ocasionó, asesinatos de candidatos inclusive, no tiene precedente alguno en este tipo de elección. Todo esto aunado a la represión post electoral y a la continuidad de las protestas, dejan claro el empantanamiento en el que se encuentra el gobierno de Peña Nieto, que no puede solucionar los problemas a los que se enfrenta, sobre todo los económicos, pues la economía no crece, aun con la entrega del petróleo, los hidrocarburos y las fuentes de energía. Al contrario, hoy sus aliados más cercanos se rebelan contra el Estado, exigiendo protección para sus productos, caso concreto el acero, donde el Director General de AHMSA, Alonso Ancira, amenaza con despedir a más de 8,500 trabajadores si el Estado no le aplica aranceles al acero procedente de China, Rusia e India, aun cuando él como presidente del Consejo de Administración de AHMSA, tiene firmado contratos con los chinos por medio de una subsidiaria de ese consorcio minero, por la venta de concentrado de fierro por 10 millones de toneladas anuales, durante 20 años. Esa materia prima pertenece a la Nación mexicana y aun así el presidente Peña Nieto atestiguó ese contrato en su gira por Asia. Haciendo caso omiso del cinismo e hipocresía de este empresario, debe decirse que en la época del dominio universal de los monopolios globales, parece absurdo pensar en un Estado proteccionista, al estilo del siglo XIX.

Otro problema es la devaluación constante de nuestra moneda respecto al dólar que ya alcanzó los 16 pesos por un dólar, abaratando la mano de obra y acrecentando los precios de la canasta básica, pero sobretodo, incidiendo negativamente en la balanza comercial, ya que nuestras importaciones superan en más del 22% a nuestras exportaciones. Poniendo como referencia los datos del INEGI de enero del 2015, en donde exportamos 189.4 mil millones de dólares e importamos 231.2 mil millones de dólares, resulta una balanza negativa de -41.8 mil millones de dólares. De mantenerse estable esta devaluación, nuestra balanza comercial crecerá negativamente cerca del 10% mensualmente.

Es precisamente la importación de acero uno de los rubros negativos en la balanza comercial y es que la industria nacional no ha tenido la capacidad para crear el acero de calidad que consume la industria automotriz, ni el acero para crear los bienes de capital en la industria pesada. Además, los acereros nacionales han entregado sus empresas al capital trasnacional, caso Monterrey, donde los industriales del acero vendieron a Ternium y a Arcelor Mittal sus empresas siderúrgicas, baluarte de la industria acerera nacional, del llamado sector privado. Hoy los consorcios del acero, o como nosotros les llamamos monopolios globales en México, ejercen una competencia a muerte por el mercado nacional primero, y por el mercado de los Estados Unidos de Norteamérica, el más grande del continente, y que desde los años 80s del siglo pasado, en aquel país se suspendió la producción de acero, por contaminante, en cumplimiento de las normas ambientales y ecológicas, comprando en el exterior todo el acero que necesita, el cual debe cumplir con los requisitos de calidad y precios bajos. Los industriales mexicanos se quedaron rezagados por no cumplir con esos requisitos, salvo algunas excepciones. Somos importadores netos de todo el acero laminado que utiliza la industria automotriz, y la producción de acero que es para el consumo doméstico llega a poco más de 18 millones de toneladas al año, insuficiente para una demanda de 23.1 millones de toneladas.

Arcelor Mittal produce acero para la planta automotriz en su nueva planta en Alabama, y desde ahí exporta a México su producto. Esta empresa que trabaja con capital de la India, es la más grande del mundo y desde hace varias décadas viene importando y exportando acero en México. Ha desplazado del mercado a sus competidores mexicanos, mediante la compra del alto horno de las Truchas que le compró a Villacero de la familia Villarreal, de los acereros de Monterrey y el de de la colada continua que obtuvo de AHMSA. Ambas empresas pertenecían al grupo Sidermex y fueron vendidas después de la privatización. Hoy esta empresa es la mayor productora de acero en México con el 24% de la producción total, le sigue AHMSA con el 21.7%, luego Ternium con el 19.8%. Esta última empresa cuyo capital mayoritario es de Japón, tiene su nueva planta en Pesquería Nuevo León. Y producirá 1000 toneladas de acero automotriz y va por más, ya que está construyendo una termoeléctrica que abastecerá sus plantas de energía eléctrica para abaratar sus productos. Estas dos empresas, Ternium y Arcerol Mittal, son las que desplazaran del mercado nacional a AHMSA. Hoy se unen, disfrazándose de empresas nacionales, contra las exportaciones chinas que son más baratas y de buena calidad y que venden acero automotriz a México y acero de bienes de capital para la industria pesada, pensando primero en desplazar a su rival en competencia, pero su origen las llevará a la lucha por el mercado nacional caiga quien caiga. La otra empresa que entra a la competencia es de acero que produce el 14% de la producción total de acero en México.

Para muestra basta un botón, podemos agarrar cualquier rama de la producción y es lo mismo: deficiencias, mala calidad por falta de tecnologías, burocratismo excesivo es lo que queda de la industria nacional enfrentada a la competencia de los grandes monopolios globales.
Esta falta de solución a los problemas políticos y económicos se refleja en los problemas sociales que se acrecientan y que se vuelven insolutos, mostrando en nuestro país, la crisis terminal del sistema capitalista.

Fernando Acosta Esquivel es el secretario General del Partido de los Comunistas (México) 

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