Diferentes columnistas políticos no dejaron pasar la oportunidad de analizar el informe presentado por la SFP el pasado viernes.
Redacción AN
La decisión de la Secretaría de la Función Pública
de exculpar a Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera y Luis Videgaray de
un posible conflicto de interés, en la compra de sus casas a
contratistas, generó múltiples análisis en la prensa nacional, además
de ocupar espacio en noticieros como el de Brozo:
Editorial en El Mañanero/ Foro TV:
No por larga e inequívocamente prevista resultó menos escandalosa la
grotesca exculpación que un secretario de opereta ofrendó a su patrón,
Enrique Peña Nieto (que para ello le había instalado en un cargo de
falsa contraloría), y a Luis Videgaray, a cuyo cobijo faccioso también
debe Virgilio Andrade Martínez el ocupar la alcahuetería
institucionalizada cuyo nombre oficial es Secretaría de la Función
Pública.
La orquestación política fue rematada con sendas cartas de presuntas
disculpas de Peña y Videgaray, que en lugar de sosegar los ánimos, como
pretendían los estrategas de Los Pinos, reforzaron en muchos mexicanos
la convicción de que la nación está en manos de una cleptocracia cínica
y que la protección desvergonzada que el bufón del rey dio a conocer en
tragicómica conferencia de prensa el pasado viernes es una garantía
anunciada de impunidad en los casos que hoy lleva adelante la clase
política mafiosa (en particular, los relacionados con la riqueza
energética), sin castigo alguno la adquisición de ostentosos bienes
inmuebles (enriquecimientos menores, en el contexto de los negocios
multimillonarios en dólares que se están cerrando), suficiente la
verborrea legaloide para
exculpar, presta la maquinaria institucional para blandir títulos ilegítimos de inocencia, atenta la resonancia mediática para hacer eco de las
disculpasde cocodrilo de Enrique y Luis y de las
nuevas medidasa tomar para, ¡ahora sí!, combatir a fondo la corrupción.
La realidad superó a la comedia. No hubo sorpresas,
no hubo engaño, no hubo revelaciones. Lo cómico deviene precisamente
del cumplimiento cabal de los pronósticos; de un trabajo que nació sin
credibilidad y que resultó también sin imaginación; de que el gobierno
(nos) dio la razón a sus detractores. Desde que Enrique Peña
Nieto nombró a Virgilio Andrade al frente de la Función Pública y le
encomendó investigarlo por un presunto conflicto de interés en la adquisición de la llamada “Casa Blanca” de la calle de Sierra Gorda en Las Lomas de Chapultepec, muchos declaramos que eso era una burda pantomima. Reconozco que el secretario no nos falló.
Que un empleado investigue al jefe ya es conflicto de interés. Que
el primero haya sido nombrado por el segundo y que éste le haya dado la
encomienda sólo lo agrava. Para cubrir esa evidente deficiencia
anunciaron que la investigación sería revisada por un panel de
expertos, cosa que no se cumplió. Al parecer no encontraron a nadie con
el ánimo de sacrificar su reputación por servir de tapadera. Esehonor se lo dejaron completito a Virgilio, quien no supo explicar por qué incumplió el compromiso de una supervisión de notables (…).
Con cada coletazo, el dinosaurio priista va destruyendo una a una
las instituciones de la supuesta “transición democrática”. Cualquier
organismo público que haya tenido en algún momento un espíritu
ciudadano o una independencia política ha sido domesticado o cooptado
por el aparato. El intento de Enrique Peña Nieto de resucitar como
tapadera coyuntural a la ya desaparecida Secretaría de la Función
Pública (SFP) es un ejemplo particularmente claro de la consolidación
de este perverso rasgo del autoritarismo mexicano (…).
“Cero credibilidad en la investigación de la Casa Blanca en México.
Virgilio Andrade dijo que no hubo conflicto de interéses. Andrade
pasará a la historia como una de las figuras más tristes y patéticas de
la política mexicana; le tocó absolver a su jefe -de quien tiene un
gran retrato en una pared de su oficina- y cumplió.
Pero el conflicto no desaparece. El conflicto de interés está cuando
la esposa del presidente “compra” una casa de 7 millones de dólares en
condiciones especiales e inusuales a un contratista del gobierno y
luego ese mismo contratista se beneficia. Lo mismo ocurrió con la casa
de Videgaray, un “presidenciable” para el 2018.
El otro conflicto es cuando un subordinado disque “investiga” a su
jefe y luego lo libra de culpa. Ahora le toca al congreso mexicano
iniciar una investigación independiente pero quizás no se atrevan. Hay
muchos con colas que les pisen y la oposición no se atreve a ser
oposición (…)”.
“Se equivocaron los periodistas: nadie incurrió en conflicto de
interés. Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera y Luis Videgaray han sido
absueltos. Virgilio Andrade, pontífice máximo de la ética pública, los
ha exonerado. La Casa Blanca de la primera dama se adquirió mediante
operación inmaculada. Lo mismo que la residencia de fin de semana en
Malinalco, del secretario de Hacienda, o la propiedad en Ixtapan de la
Sal del Presidente de la República (…)”.
El jueves 6 de noviembre el gobierno mexicano revocó, de manera sorpresiva, el fallo de la licitación del tren de alta velocidad México-Querétaro, ganada por un consorcio liderado por la empresa China Railway Construction Corporation, propiedad del gobierno chino, y en el que figuraban tres empresas mexicanas vinculadas estrechamente al PRI y al presidente Enrique Peña Nieto. Ese es un dato fundamental en la historia de la Casa Blanca que hasta entonces ocupaba la familia presidencial, de acuerdo con Aristegui Noticias.
Una las empresas nacionales era Constructora Teya, que pertenece a Grupo Higa, la cual edificó obras millonarias para el estado de México cuando Peña Nieto fue su gobernador. Grupo Higa, propiedad del empresario Juan Armando Hinojosa Cantú, también alquiló aeronaves al PRI para la campaña presidencial de 2012, a través de su filial Eolo Plus, agrega la información. Sin embargo, el viernes pasado el secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, dio a conocer el resultado de la investigación que realizó sobre el asunto y no encontró rastros de tráfico de influencias. Dijo que Angélica Rivera, además,
no tiene hoy relación algunacon el inmueble ubicado en la calle Sierra Gorda, en las Lomas de Chapultepec, porque
regresó la posesión del inmueble a Grupo Higa, en diciembre de 2014, luego de que un mes antes apareciera el reportaje de Aristegui Noticias. ¿Y por qué lo devolvió si todo era legalito? Hizo un negocio desastroso. La mansión tiene un valor de 7 millones de dólares, aproximadamente. Aquellos días su equivalente era de 91 millones de pesos. Pero con la devaluación, ahora vale la mansión 119 millones de pesos. ¿Y la regresó? Acaba de perder 28 millones”.
“El secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, dio a
conocer su reporte de investigación del posible conflicto de interés
del presidente Enrique Peña Nieto y del secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, en relación a la adquisición de tres casas y la vinculación
de esas transacciones con contratistas gubernamentales. La conclusión
de Andrade es que no hay falta que perseguir. Con el informe de la
Función Pública se sincronizaron dos disculpas, una del Presidente y
otra de Videgaray, por sus acciones habrían creado una percepción que
deterioró la confianza (…)”.
“Escondidos tras las faldas de la señora, que es quien ha pagado
todos los costos del lodazal que hicieron, los señores del gobierno han
dado por concluido -oficialmente- los escándalos de corrupción
inmobiliaria que hemos podido conocer a la fecha (…)”.
“El secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, hizo el
viernes pasado lo que se sabía hace meses haría: exoneró al presidente
Enrique Peña Nieto y al secretario de Hacienda, Luis Videgaray –su gran
amigo– de cualquier ilegalidad derivada de haber realizado operaciones
inmobiliarias a través de un constructor amigo que ganó millonarias
licitaciones en el Estado de México y a nivel federal, y dijo que no
habían incurrido en un conflicto de interés. El tinglado político
incluyó las disculpas de Peña Nieto y de Videgaray por haber generado
la duda en la opinión pública sobre la integridad de su gobierno. Para
ellos, el asunto está cerrado. Para muchos otros, es una burla”.
“Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil recibió
la gran noticia: la Secretaría de la Función Pública exoneró al
presidente Enrique Peña Nieto y al secretario de Hacienda Luis
Videgaray, de incurrir en conflicto de intereses en la adquisición de
propiedades vinculadas a empresas contratistas del gobierno federal.
Gil piensa que la ventaja de tener al frente de esta investigación a un
funcionario enérgico y gallardo como Virgilio Andrade es que con él no
hay tu tía, duro y a la cabeza, caiga quien caiga. Mju”.
“¿Qué lección se puede sacar de esta crónica de una farsa
anunciada? La investigación de la “Casa Blanca” es un instructivo, en
caricatura, de lo que no debe ser el trabajo de una agencia
gubernamental que busca evitar corrupción. El Informe Andrade es un
prototipo, en negativo, de una pesquisa que busca encontrar el
comportamiento indebido en el ejercicio de un cargo público”.
“Que quien me investigue sea mi cuate para ver si favorecí a mi
cuate”, escribió la periodista Katia D’Artigues. He allí la frase
lapidaria que resume la investigación sobre el conflicto de interés en
México. He allí el resultado de llevar a cabo un proceso en el que
quien decide si hubo conflicto de interés -Virgilio Andrade- llegó al
puesto con un conflicto de interés. He allí el precio de que un
empleado evalúe a su empleador en lugar de que un fiscal independiente
lo haga. Todos exonerados, nadie acusado (…)”.
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