Jesús Cantú
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- La urgencia del Consejo General del Instituto Nacional
Electoral por aprobar dictámenes sin contar con todos los elementos
indispensables para la integración de un adecuado expediente,
eventualmente puede producir dos resultados muy perversos: validar
triunfos de candidatos que se encontraban en alguna de las causales de
nulidad de la elección establecidas en la Constitución, y preservar el
registro del Partido Verde Ecologista de México a pesar de “incumplir
de manera grave y sistemática… las obligaciones que le señala la
normatividad electoral”.
Ambos casos conducen a salvaguardar la alianza PRI-PVEM, que les
permitió a los dos partidos obtener una sobrerrepresentación de casi 10
puntos porcentuales en el actual proceso electoral, así como lograr la
mitad de las curules en la Cámara de Diputados (Proceso 2016), lo que
eventualmente habilitará al tricolor para enfrentar la sucesión
presidencial de 2018 con mejores probabilidades de éxito (o quizá mejor
dicho, con menores posibilidades de fracasar).
La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF) revocó el viernes 7 los dictámenes de ingresos y
gastos aprobados por el INE, por haberlo hecho antes de resolver todas
las quejas de fiscalización relacionadas con el proceso electoral, lo
cual le impedía integrar un dictamen consolidado que permitiera
distribuir con claridad y precisión los porcentajes de gastos entre una
o más campañas, y, por lo tanto, establecer en qué casos y en qué
porcentajes se violaron los topes de gastos de campaña.
En dicha resolución el TEPJF le ordenó al Consejo General del INE
resolver las quejas en un plazo máximo de cinco días posteriores a la
notificación, y, “respecto de cada elección y candidato postulado por
el Partido Verde Ecologista de México, individualmente o en coalición,
determinar en los procedimientos de fiscalización de los procesos
comiciales en curso si una erogación en propaganda, de las previamente
identificadas, constituye un gasto de campaña”. En este caso se refiere
a los gastos de legisladores, directivos y promotores del PVEM que
previamente fueron sancionados por las autoridades electorales
administrativas y jurisdiccionales y que el INE había clasificado
genéricamente como gastos de campaña.
El INE resolvió las quejas el pasado miércoles 12, con lo cual
cumplió la primera orden del TEPJF; pero, respecto a la segunda,
simplemente ya no lo consideró gasto de campaña, por lo cual redujo las
sanciones que originalmente había impuesto al PVEM y así incumplió con
el mandato de fundar y motivar su decisión; optó simplemente por
excluir dichos montos de los gastos de campaña.
Pero la falta de rigor para la integración de los expedientes se
repitió en el caso de la investigación relacionada con las presuntas
violaciones a la normatividad electoral por parte del PVEM, de sus
militantes y simpatizantes, por la difusión de mensajes de texto vía
Twitter y los teléfonos celulares el mismo día de la jornada electoral,
razón por la cual la Sala Especializada del TEPJF ya los había
exonerado. El miércoles 12 la Sala Superior ordenó a la Unidad Técnica
de lo Contencioso Electoral del INE profundizar dicha investigación
para proporcionar mayores elementos a la autoridad resolutora.
Ese mismo día, el Consejo General del INE, con siete votos a favor y
cuatro en contra, resolvió mantener el registro del PVEM, “ya que si
bien están considerando que (las violaciones a la normatividad
electoral) son sistemáticas, no revisten la gravedad extrema que
conduzca a su desaparición”, según señaló en la sesión Beatriz Galindo,
presidenta de la Comisión de Quejas y Denuncias del instituto.
Sin embargo, el expediente está otra vez incompleto, pues considera
únicamente las violaciones ya sancionadas y señaladas por los quejosos
en el momento de la interposición de la queja, cuando debió ser
exhaustivo e incorporar, entre otros elementos, precisamente el asunto
de los mensajes referidos, pues de confirmarse las presuntas
violaciones a la ley serían parte de “una serie de violaciones graves a
la legislación electoral para obtener una ventaja respecto de sus
competidores de cara a las elecciones del 7 de junio pasado”, como
argumentó Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE.
El expediente también tendría que incorporar una investigación sobre
lo ocurrido en el estado de Chiapas, donde el PVEM –solo o en coalición
con el PRI– obtuvo el carro completo como resultado, según las
denuncias públicas, de prácticas clientelares, desvío de recursos
públicos y condicionamiento de programas sociales, lo que obviamente
también tendría que sumarse a lo ya sancionado.
Pero en lo que toca a la argumentación sobre la gravedad de las
irregularidades, que varios de los consejeros y la misma resolución
descalifican por los magros incrementos en el porcentaje de la
votación, hay también serias deficiencias porque la estrategia no se
orientó a incrementar el porcentaje de votación, sino a aumentar el
número de curules (Proceso 1999 y 2016), es decir, fundamentalmente iba
dirigida a burlar la voluntad popular.
La única alusión a la relevancia de lo sucedido en Chiapas fue la
realizada por Ciro Murayama, quien destacó que al quitarle al PVEM los
votos en dicha entidad su porcentaje se reduce a 4.8%. Efectivamente,
Chiapas se convirtió en el bastión de ese partido (Proceso 2016), pues
su votación aumentó en más de 203 mil sufragios, lo que significó 42%
más que los casi 486 mil obtenidos en 2012, y contrario a lo que
sucedió a nivel nacional, donde perdió casi 300 mil votos.
Así, la conducta del PVEM afecta dimensiones fundamentales de la
democracia: vigencia del estado de derecho y equidad, como aceptan en
general todos los consejeros; pero si a la estrategia mediática, sobre
la cual se centró la integración del expediente y el dictamen, se
agrega la operación en el estado de Chiapas (que incluye uso de
recursos públicos, compra y coacción del voto, etcétera), que fue la
que más le redituó al PVEM, sí es discutible si se pone o no en riesgo
el mismo sistema democrático y el estado constitucional. Para
justificar su voto a favor del sostenimiento del registro de ese
partido, Córdova afirma tajantemente que ese riesgo no existe.
Una vez que pasó la jornada electoral no existía ninguna urgencia
para resolver la queja sobre la pérdida del registro del PVEM, así que
la Comisión de Quejas del INE debió haber empleado el tiempo necesario
para realizar todas las investigaciones y cerrar todas las quejas
respecto a las presuntas violaciones a la normatividad electoral por
parte de dicho partido, pero a la mayoría de los consejeros del INE les
urgía exonerarlo para no debilitar más al PRI.
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