“Primero te ignoran, después se ríen de ti,
luego te atacan… entonces ganas”, dijo Mahatma Gandhi en 1930, en el
momento más álgido de su movimiento hacia la liberación de India del
yugo colonial. “Nada nos importa que la prensa mercenaria nos llame
bandidos y nos colme de oprobios… yo estoy resuelto a luchar contra todo
y contra todos sin más baluarte que la confianza, el cariño y el apoyo
de mi pueblo”, escribió Emiliano Zapata en su emotiva carta a Gildardo
Magaña el 6 de diciembre de 1911, días después de haber publicado el
Plan de Ayala.
Los tiempos y los contextos son radicalmente diferentes, pero hoy
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) cumple la misma función que Gandhi y
Zapata. Su marcha pacífica hacia Los Pinos en 2018 se ha convertido en
una masiva movilización popular en favor de la transformación de la
patria y la liberación del pueblo mexicano de la dominación neocolonial.
La vasta ola de apoyo que ha acompañado al tabasqueño en todos los
actos de firma de su Pacto de Unidad en las capitales del país, como
ayer en la Ciudad de México, indica que estamos atravesando por un
rompimiento histórico en las coordenadas del poder político y social.
La virulenta respuesta de quienes temen perder su lugar en el paraíso
de la impunidad no se ha hecho esperar. En un intento de revivir el
espectro del
peligro para Méxicode 2006, la prensa mercenaria todos los días inventa nuevas infamias contra AMLO. Mientras, Felipe Calderón y Enrique Ochoa dan pena ajena con sus ataques machistas contra la candidata de Morena a la gubernatura del estado de México, Delfina Gómez.
Los pistoleros
intelectualesdel PRIAN también han dirigido su armamento contra quien teclea estas letras. Durante los 15 días recientes, este columnista y académico ha sido vilipendiado de la manera más grotesca, ignorante, agresiva y mentirosa. Más de una docena de columnas han sido dirigidas expresamente en mi contra por personajes como Pablo Hiriart, Jorge Fernández Menéndez, Ricardo Alemán, Fernando García Ramírez, Federico Arreola, Leo Zuckermann, Juan Ignacio Zavala y Genaro Lozano. El linchamiento mediático también ha llegado a la radio y la televisión, con locutores como Óscar Mario Beteta.
Los voceros del régimen están desesperados porque las formas
tradicionales de censura ya no sirven como antes. A pesar de que un
servidor y otras voces disidentes hemos sido excluidos desde hace años
de la radio y la televisión comercial en México, cada día más personas
tienen acceso a opiniones críticas.
En noviembre de 2011, Calderón ordenó la cancelación de la mesa de análisis Encuentro,
en Fórmula, donde participábamos Miguel Ángel Granados Chapa, Ricardo
Rocha, Virgilio Caballero y un servidor. Posteriormente, tuve que
renunciar a MVS Radio en protesta porque el hoy vocero de la Presidencia
de la República, Eduardo Sánchez, pidió a los directivos de la empresa
suspender la transmisión de mis análisis hasta después de la
calificación de la elección presidencial de 2012 (véase).
Desde entonces, un servidor ha sido sometido a constantes
burlas y agresiones en las redes sociales. En su informe de 2015, la
organización Artículo 19 incluyó un resumen de algunos de los casos más
graves de amenazas de muerte en mi contra (véase).
Pero no nos han podido callar. Frente a la censura de los medios
nacionales, recurrí a las redes sociales y a los medios internacionales
para garantizar el ejercicio de mi libertad de expresión. Mi cuenta de Twitter ahora tiene casi 330 mil
seguidoresy de manera permanente colaboro en una amplia variedad de medios del mundo, incluyendo CNN, The Guardian, The Atlantic, Foreign Policy, Los Angeles Times, France 24, BBC, NPR, Suddeutsche Zeitung, Le Monde Diplomatique, Telesur y Al Jazeera.
Hace unos meses también inicié una colaboración semanal con el canal
de noticias internacional de Rusia en español, RT, lo cual sería el
equivalente a CNN en español para Estados Unidos. Mis breves
videocápsulas han tenido enorme éxito (véase). Algunas han llegado a tener más de medio millón de vistas.
Pero Televisa y el PRIAN no permiten competencia alguna y mucho menos saben aceptar la derrota.
Así que en un solo tiro Margarita Zavala ha invitado a Trump a
intervenir en las elecciones de 2018 para parar a AMLO y, para dar sabor
al desaguisado, los sicarios
intelectualesdel régimen me acusan de ser un
agente rusopor el solo hecho de publicar videocápsulas con RT.
Tal señalamiento es tan absurdo y ridículo como afirmar que Carmen
Aristegui sería una empleada de la CIA por colaborar en CNN o Jorge
Ramos un agente de Angélica Rivera por trabajar en Univisión. Habría que
recordar a quienes descalifican desde la ignorancia que la pluralidad
mediática es esencial para la democracia, que la guerra fría terminó hace 30 años, y que con Trump en la Casa Blanca se confirma que EU no es ningún ejemplo de libertad.
Se derrumba el cerco mediático, arrecian los ataques y se acerca la cuarta etapa anticipada por Gandhi: la victoria.
Twitter: @JohnMAckerman
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