5/18/2018

Los periodistas pal café. . .

No habían pasado ni veinticuatro horas de la difusión masiva de su renuncia a una desinflada candidatura presidencial sin partido, cuando ya estaba Margarita Zavala poniéndose a disposición de negociar con el panista Ricardo Anaya y con el tecnócrata de pripanismo sin credencial, José Antonio Meade: si quieren hablar, hablamos, dijo la ex presidenta del sistema DIF en tiempos del calderonismo.
Aún cuando ha dicho, en principio, que no se definirá por ningún candidato presidencial más que a la hora de emitir su voto, y que sus colaboradores y seguidores han quedado en libertad para sumarse a las opciones que deseen, Zavala es empeñosamente cortejada por Anaya y Meade, quienes creen posible catapultarse como única alternativa viable contra Andrés Manuel López Obrador si es que obtienen el de una candidata que en sus mejores estimaciones de voto rondó los tres puntos porcentuales y que, para conseguir su registro como aspirante sin partido, hubo de recurrir al universo paralelo de las fotocopias de credenciales de elector, a falta de suficientes militantes de carne y hueso en su apoyo.
La renuncia de Margarita fue colocada en un momento táctico interesante, a unos días del segundo debate entre candidatos presidenciales, la cita en Tijuana ante micrófonos y reflectores a cuyo final les gustaría a empresarios y tácticos del sistema contar con mejores condiciones para decidir cuál personaje podría ser el ganador de la estafeta de las cúpulas para intentar el abatimiento electoral del citado López Obrador.
El tiempo ya no da para más, así que la decisión debe acelerarse. En ese esquema de apresuramiento hubo presiones empresariales para que Zavala se retirara de escena, aunque no se consiguió que apoyara expresamente a Anaya, mejor colocado en el estante de la demoscopía que el rezagado Meade, a quien sostiene con empecinamiento Enrique Peña Nieto, como única opción que él apoyará con todo el peso del presidencialismo subsistente, aunque las tendencias de voto hacia el pentasecretario tridorito sean bajas.
La eventual inclinación del felipemargarismo hacia Meade (López Obrador advirtió ayer del riesgo de la adhesión de Zavala al candidato del PRI, tal como en esta columna también se ha sostenido) pondría en sintonía a los diversos factores de poder que desean ya apretar en estrategia y tácticas contra el nacido en Macuspana. El debate dominical será un duelo casi final entre Meade y Anaya para definir posicionamientos, con la esperanza de que AMLO vuelva a mostrarse desentrenado y fuera de ritmo en la exposición mediática a realizarse en Tijuana.
La mala noticia para los aspirantes a una conjura maestra contra AMLO es que, a pesar del mal desenvolvimiento de éste en el anterior debate, se mantuvieron virtualmente intactos sus números conforme a las encuestas de opinión hasta ahora generalmente aceptadas y, con sucesos posteriores, incluso se ha incrementado esa ventaja que mantiene en jaque a quienes no aciertan a descifrar las claves del crecimiento del tabasqueño.
El cierre de filas contra el morenista indeseado en las élites tiene como contexto la agudización de la incertidumbre económica. Ya no es solamente la diaria angustia ante los hechos violentos, cada vez más salvajes y cada vez más impunes: ahora cabalga el intencional fantasma de los riesgos económicos tan invocados por capitanes de empresa que alertan a sus empleados y cuadros directivos respecto a los riesgos de una equivocación a la hora de votar el próximo primero de julio.
La depreciación del peso frente al dólar es un indicativo altamente sensible para los bolsillos populares que no se enredan en demasiadas interpretaciones con ingredientes internacionales y macroeconómicos. Luego, el negociador gringo del Tratado de Libre Comercio hace saber que no está cerca el cierre de esas pláticas, lo cual agrega suspenso y temor al cuadro de por sí preocupante. Y el hackeo de los sistemas de pagos electrónicos bancarios genera especulaciones respecto al eventual uso de esos centenares de millones para financiar fraudes electorales o respecto a la posibilidad de que se induzcan circunstancias de obstrucción en los procesos de cobros y pagos, con el objeto de multiplicar el conservadurismo electoral, en una especie de promoción de un voto de miedo financiero.
El debate entre candidatos a gobernar la Ciudad de México transcurrió entre las coordenadas previsibles: ataques a la puntera: Claudia Sheinbaum, quien de manera entendible prefirió no enredarse; artillería del tercer lugar, el decimonónico Mikel Arriola, a nombre del PRI, contra la ocupante del segundo lugar, Alejandra Barrales, siempre envuelta en díceres y verdades inmobiliarias. Marco Rascón, sin posibilidades de triunfo, con el discurso mejor armado en términos políticos, y las demás candidaturas perdidas en la intrascendencia.
Nada parece alterar la ruta electoral chilanga: Sheinbaum, impulsada por el efecto López Obrador, particularmente fuerte en la capital del país, no es afectada ni siquiera por los dardos insistentes relacionados con la tragedia del colegio Enrique Rébsamen; Alejandra Barrales, esperanzada en la fuerza del aparato clientelar de lo que queda del Partido de la Revolución Democrática, y Mikel Arriola en cultivo del voto de la derecha inconforme con la alianza del PAN con el PRD, cargado abiertamente a la extrema derecha como único nicho explotable para su candidatura sin expectativa de mayor ganancia.
Astillas
Arrecian las presiones en el tribunal electoral federal, en busca de que no sea aprobada la candidatura del polémico dirigente minero Napoleón Gómez Urrutia, a quien Morena ha postulado para que sea senador por la vía automática de un lugar preferente en la lista del partido, lo que le permitiría regresar de Canadá a México con fuero, sin el riesgo de una detención inmediata por temas relacionados con el manejo de cuotas sindicales y, en especial, de una famosa partida de más de 50 millones de dólares ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero,Facebook: Julio Astillero,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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El hackeo sufrido por el sistema de transferencias de dinero del Banco de México y los bancos comerciales sembró preocupación acerca de la seguridad de la red del Instituto Nacional Electoral. El consejero Marco Antonio Baños reveló un dato que hasta ahora se desconocía: “Tenemos contratada una empresa que de manera permanente está monitoreando los intentos, si es que los hubiere, de hackeo a los sistemas del instituto, y en caso de que esto ocurriera, aplicará medidas correctivas”. […]
Dio su nombre: Scitum. Es una empresa de informáticos especializados en este tipo de blindajes sobre los sistemas que tiene, hasta donde yo sé, currículum, trayectoria, en trabajos con Telmex y con otras empresas de ese nivel, agregó. La información provocó inquietud en las redes sociales. Scitum forma parte del grupo Slim, supuestamente tiene algún tipo de relación con Hildebrando Zavala, hermano de Margarita. Su nombre está asociado al fraude electoral de 2006, del cual surgió como presidente Felipe Calderón, ‘haiga sido como haiga sido’. En vez de aclarar la situación, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, hizo un comentario en Twitter que quiso ser sarcástico, pero resultó desafortunado:
“Hablando de fake news: por ahí andan diciendo que el Prep lo gestiona alguna empresa privada y que hasta Hildebrando está metido. ¡FALSO! ¡No se dejen engañar!, el Prep es un programa 100% desarrollado y administrado por el @INEMexico y auditado por la @UNAM_MX #VotaLibre”
Su colega Baños no se refería al Prep, sino al blindaje de la red del instituto. Este servicio había sido contratado primero al Instituto Politécnico Nacional, pero fue cancelado de común acuerdo. El consejero dio otro dato interesante: uno de los motivos de la cancelación fue que el costo era excesivo, y el que ofreció Scitum era más económico y generaba el mismo resultado y beneficio a la protección. Sería bueno que formalmente el INE aclarara estos puntos: ¿Hildebrando participa, o participó, en la empresa del Grupo Slim? ¿Cuál es el valor del contrato con Scitum, cuánto mas barato es en relación con el que fue cancelado con el Politécnico?
Barco fantasma
La semana pasada, el buque flotel (hotel flotante) Cerro de la Pez, propiedad de Pemex, zarpó del puerto de Ferrol, España, después de un año de permanecer en el muelle de reparaciones de Navantia (el fabricante), de acuerdo con diversos medios de España. Comenzó a navegar hacia México, donde no desempeñará la función para la cual fue construido, porque es un bien más que está a la espera de ser vendido por la empresa productiva del Estado, según el acuerdo aprobado en julio de 2017 por su consejo de administración. Pero no ha corrido con suerte, a pesar de una sustancial rebaja en el precio: 80.4 millones de euros, frente a los 130 millones que costó a su entrega. La embarcación, con capacidad para 700 personas, tenía como objetivo hospedar a trabajadores de plataformas petroleras marítimas. La historia comenzó hace seis años, cuando PMI, filial de Pemex, firmó un contrato con Navantia, en septiembre de 2012, durante los últimos meses de la administración de Felipe Calderón.
A dos meses de concluir su administración, Calderón ordenó al entonces director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, concretar la firma de dos contratos con los astilleros de Galicia para la construcción de un par de buques-hotel. El otro flotel ( Reforma Pemex) fue construido en el astillero Hijos de J. Barreras, firma asentada en Vigo, España, de la que PMI adquirió 51 por ciento a finales de 2013, con la intención de construir al menos dos barcos. Reforma Pemex trabaja desde hace tiempo albergando a operarios de la petrolera.
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Abordo hoy el primero de los tres temas del pensamiento de Karl Marx (KM) que, en mi opinión, deben desarrollarse enunciados en la entrega del 11 de mayo. Exploro dificultades que la teoría del valor de Marx (TVM) enfrenta cuando se trata de actividades en las que el proceso de trabajo es discontinuo, particularmente la agricultura. KM señala en los Grundrisse (GR) que la no coincidencia entre el tiempo de producción (TP) y el tiempo de trabajo (TT) sólo puede deberse a las condiciones naturales... En el capítulo 13 del Libro II de El Capital (EC), señala:
“El tiempo de trabajo es siempre TP, es decir tiempo durante el cual el capital está confinado en la esfera de la producción. Pero… no todo [este] tiempo es… necesariamente también TT. Aquí… nos referimos a una interrupción... impuesta por la naturaleza del producto y su elaboración y durante la cual el objeto de trabajo se ve sometido a procesos naturales… que obligan a suspender el proceso de trabajo. Así, por ejemplo… el trigo de invierno necesita unos nueve meses para madurar. Entre la época de la siembra y la de la cosecha, el proceso laboral está casi totalmente interrumpido... Por consiguiente... TP del capital desembolsado se divide en dos: uno, durante el cual el capital permanece en el proceso de trabajo, y otro, en que su modalidad de existencia –el producto aún no acabado– se confía a la acción de procesos naturales fuera de la órbita del proceso de trabajo.”
En los GR dice que lo que plantea el problema es la interrupción del trabajo antes de que termine el TP, ya que entonces dos productos distintos (e.g. uno agrícola y otro industrial) pueden contener el mismo TT incorporado, pero en el producto cuyo TP es mayor (el agrícola), la rotación del ciclo del capital será más lenta. Añade:
“…Aquí el capital fixe actúa sin trabajo humano, como la semilla entregada al seno de la tierra… El tiempo… para que el producto alcance su madurez, las interrupciones del trabajo constituyen condiciones de producción. El tiempo de no trabajo constituye una condición para que el TT se convierta realmente en TP… el problema corresponde propiamente tan sólo a la igualación de las tasas de ganancia… La rotación más lenta… forma parte de las condiciones tecnológicas del proceso de producción... El valor, por tanto también el plusvalor, no es igual al tiempo que dura la fase de producción sino al TT –tanto el objetivado como el vivo– empleado…” 
Una vez más fallaron los pronósticos y los buenos deseos, de tal suerte que la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se ha convertido en un juego conocido como atínale a la fecha, en el que difícilmente habrá ganador porque los avances y retrocesos dependen de los caprichos y humores de una sola persona.
Desde el comienzo formal de la negociación del TLCAN –la primera ronda arrancó nueves meses atrás, el 17 de agosto del año pasado– el esquizoide de la Casa Blanca dejó en claro (como lo hizo en su campaña electoral) que sólo sus chicharrones tronarían, y si su país no lograba grandes cambios, abandonaremos el acuerdo, porque hasta ahora ha sido un desastre, el peor para nuestra nación, nuestras empresas y nuestros trabajadores.
Y como él decide qué sí y qué no, las representaciones mexicana y canadiense en la modernización del acuerdo, hasta ahora tripartito, ya no saben cómo ni para cuándo, porque no transcurre día en el que Trump no ponga un pero adicional o se desdiga del anterior para descuadrar las pláticas. Nueve largos meses transcurridos, y la estrategia del catenaccio le ha funcionado muy bien, en espera del mínimo pretexto para dar por concluida su participación en el TLCAN.
A lo largo del citado periodo, muchos han sido los alegres anuncios (ya casi firmamos, vamos muy avanzados, estamos muy cerca, etcétera) de las delegaciones mexicana y canadiense en torno a los progresos del acuerdo trilateral, e incluso en algunas ocasiones hasta fecha le han puesto. Una de ella fue el 17 de mayo –ayer, pues– para que la estrategia económica se fundiera con la política, con el fin de que los actuales integrantes de los Congresos aprobaran la modernización del acuerdo comercial, evitando así cualquier posibilidad –especialmente en el caso mexicano– de que las nuevas legislaturas le hicieran el fuchi.
Pero les falló, una vez más, y los negociadores simplemente recorren la fecha en el calendario. El pasado miércoles, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, se vio en la penosa necesidad de reconocer que no sería el 17 de mayo, como lo había presumido, cuando eventualmente concluiría la negociación, aunque, siempre sonriente, dijo que en escenario muy, muy optimista, México, Estados Unidos y Canadá “pueden concluir la renegociación del TLCAN la próxima semana –26 o 27 de mayo–, pero aún así corresponderá a la nueva legislatura determinar si aprueba o no el acuerdo modernizado” (La Jornada, Susana González).
Por si fuera poco, el funcionario indicó que no descartaría en ningún momento que, si hay voluntad de las partes, podemos aterrizar esta negociación. En cualquier momento, a partir del cierre del mes de mayo o del mes de junio pueden darse las circunstancias y que nos brinquemos la elección, no descartaría ningún escenario de tiempo. Todavía no llegamos al momento de las flexibilidades necesarias para poder cerrar; no hay muchas posibilidades o casi ninguna de contar con un acuerdo en principio para la fecha originalmente planteada (17 de mayo). Eso no quiere decir que no estemos todavía en el proceso de tratar avanzar” (ídem).
Eso fue el pasado miércoles, pero ayer –24 horas después– el mismo Guajardo reconoció que el proceso de renegociación del TLCAN podría extenderse más allá de las elecciones internas de julio, con lo que se desmorona la posibilidad de que la eventual firma de un moderno tratado comercial entre las tres naciones sea aprobado por las legislaturas actuales.
Lo anterior contrasta con las declaraciones que, por allá de octubre de 2017, el propio Ildefonso Guajardo hiciera ante un grupo de empresarios mexicanos: No veo mayor problema en que al extenderse la renegociación del TLCAN hasta el primer trimestre de 2018, el proceso se acerque a los comicios presidenciales de México, a pesar de que en el calendario original se pretendió concluir las pláticas en este año para evitarlo. Si somos un país serio no deberíamos tener miedo a que los candidatos definan qué relación vamos a tener con Estados Unidos.
Pero, así como uno desespera, otro se alegra, y en este contexto el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, expresó ayer que se sentía optimista sobre las conversaciones para actualizar el TLCAN con México y Estados Unidos. Hay un buen acuerdo sobre la mesa; ya estamos en las últimas pláticas, aunque en otras ocasiones este personaje ha sido el alicaído y el mexicano el optimista, por mucho que lo cierto es que el ritmo de la modernización teleciana lo marca el caprichoso inquilino de la Casa Blanca.
Lo cierto es que, si el TLCAN finalmente revienta, los más afectados –juntos y separados– serán México y Canadá, porque en 24 años de tratado comercial lo único que hicieron sus gobiernos fue profundizar la de por sí creciente dependencia de la economía estadunidense.
Como tiempo atrás se comentó en este espacio, en 1993, un año antes de la entrada en vigor del TLCAN, Canadá enviaba poco más de 80 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos. Para México, esa cifra rondaba 90 por ciento, de tal suerte que el proceso de globalización y apertura comercial implementada por ambos países no sirvió para diversificar el destino de sus exportaciones.
Lo ha documentado el IDIC: el tratado tampoco incrementó significativamente el monto del intercambio comercial entre México y Canadá: en 1993, las importaciones de productos canadienses representaban cerca de 650 millones de dólares; en 2016 sumaron 5 mil 600 millones, una cifra lejana a los 200 mil millones que proceden de Estados Unidos.Si bien México aumentó su relevancia como comprador de bienes canadienses, para el año pasado sólo representó 1.5 por ciento del total.
En ese periodo, las exportaciones mexicanas a Canadá se incrementaron de 2 mil 900 millones de dólares en 1993 a 25 mil millones en 2016. Es evidente que esta cifra es significativamente inferior a los 294 mil millones que México exportó a Estados Unidos en el último año citado.
Sergio Ramírez y Ernesto Cardenal enaltecen a Nicaragua
Mientras pierde cada vez más legitimidad el régimen autoritario y corrupto que encabezan Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo; cuando los muertos, heridos y disidentes encarcelados pesan sobre estos personajes y sus cercanos colaboradores, Nicaragua adquiere relieve gracias a sus intelectuales como Sergio Ramírez, recientemente distinguido con el Premio Cervantes por su obra literaria, que en buena parte recrea la lucha del pueblo de su país por la libertad y la justicia.
Ramírez fue vicepresidente de Nicaragua durante el primer gobierno sandinista presidido por Ortega, hoy su enemigo acérrimo. Como también hizo parte otro personaje ilustre: el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal a cargo del Ministerio de Educación y Cultura. Para el también traductor, escultor y ensayista, la revolución sandinista fue de las más bellas y solidarias del mundo entero. Una guerra de siete años contra Estados Unidos y se ganó haciendo que las tropas y la influencia de esa nación dejaran Nicaragua. Pero, agrega que algunos de los principales dirigentes empezaron a robar, se emborracharon de poder y perdieron la revolución. “Ahora están en el gobierno esos mismos que la traicionaron y también al sandinismo’.’
Al igual que Ramírez, el sello que distingue a Cardenal es su sencillez. Cuando le preguntan qué opina cuando se le menciona como uno de los grandes poetas de América Latina y de los más traducidos a otros idiomas, responde que ese juicio es muy arbitrario. El que te traduzcan tu obra no es signo de excelencia. No me creo tan importante, y, aunque lo fuera, no tiene importancia el ser importante. De lo que sí estoy seguro y orgulloso es de que mis poemas nacen de las experiencias de mi país.

Hace sólo 10 años, un festival dividido en varios foros, cuyo espíritu consistiera en circular de un lado a otro por la vía pública, tomando las calles, los parques, lleno de música, artes visuales, charlas en torno a la cultura pop, los medios y la industria musical, era impensable. Para 2018, el festival Marvin, que empezó siendo un modesto encuentro en unos cuantos foros, aún de cariz subterráneo, llega a su octava edición con bombo y platillo. Por primera vez, albergará artistas que convocan a dos mil personas (su máximo alcance previo fue para 800), con dos leyendas británicas (con el antecedente de haber traído el año pasado a Television, neoyorquinos de culto): Buzzcocks (seminal banda de la generación punk que definió al género al lado de Sex Pistols y The Clash) y Gang of Four, influyente combo que fusionó al punk con funk contagioso de forma primigenia, de gran vigencia y alcance. También ingleses, Editors, protagonistas oscuros del revival del post punk de los dosmiles, ofrecerá un exclusivo show acústico. Para echar salto, de Estados Unidos: los jocosillos de The Drums y la selección afilada de Juan MacLean (Dj set). Encomiable, es que suelan incluir unas 30 propuestas mexicanas, con el perfil exigente de la publicación de crítica musical que patrocina y nombra al festival


Por conducto del secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y del vocero de la Presidencia, Eduardo Sánchez, el gobierno mexicano calificó ayer de inaceptable el más reciente exabrupto xenofóbico del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien la víspera se refirió a algunos migrantes como animales que deben ser expulsados de su país y afirmó que México habla pero no hace nada por nosotros en materia de contención migratoria. Aunque el magnate se refería a presuntos integrantes de la pandilla Mara Salvatrucha o MS-13, conformada por centroamericanos en territorio estadunidense, tal expresión constituye una grosera afrenta a los derechos humanos y, proveniente esa expresión de un jefe de Estado, es una peligrosa incitación al odio y al linchamiento de extranjeros, además de un desfiguro visceral sin precedente que debilita y erosiona la imagen de la propia institución presidencial de Estados Unidos.

Salud mental, padecimiento cruel que enfrenta indiferencia
Ha resultado muy oportuno el artículo de Asa Cristina Laurell publicado en su prestigiado periódico sobre la falta de proyectos concretos que tiendan a resolver el lamentable estado en que se encuentran los sistemas de salud en México, uno de los sectores más perjudicados por las políticas de recortes al gasto público instrumentadas por los sucesivos gobiernos neoliberales del PAN y del PRI; sin embargo, en su larga lista de enfermedades epidemiológicas de salud pública que deben ser atendidas de manera inmediata falta el que tiene que ver con la salud mental de los mexicanos, uno de los padecimientos más crueles a los que se puede enfrentar cualquier ser humano ante la indiferencia o incomprensión de sus semejantes, incluyendo a su propia familia, cualquier persona que padece una depresión o trastorno de ansiedad enfrenta un sistema donde los centros de salud mental no existen o están siendo desmantelados, donde la espera para consultar con un especialista en el Issste o el Seguro Social puede tardar varios meses mientras el individuo sufre cada día sin querer ver el siguiente de su vida. El hecho de que la Secretaría de Salud no quiera verlo como un problema de salud pública es porque aparentemente no hace aumentar la mortalidad, como el cáncer o un infarto, sin embargo, según el especialista Joaquín Gutiérrez Soriano, del departamento de siquiatría y salud mental de la UNAM (Gaceta UNAM 4,957) sí pueden empujar a la muerte. Frente a las decenas de especialistas, siquiatras, neurólogos, que no encuentran trabajo o se tienen que ir del país, se encuentran decenas de enfermos mentales que quisieran conocer las famosas terapias cognitivo-conductuales, el método Mindfulness y todos los que puedan aliviar este cruel dolor. El trastorno de ansiedad se asemeja a cuando una persona siente que se está ahogando y ve a todas las demás respirar.

Si repasamos los decires de los precandidatos de hace meses, encontraremos una línea transversal: un vacío. Lamentablemente ese vacío se ha sostenido en dos de los hoy candidatos. Atentos observadores creen que se están guardando cartuchos para una gran batalla y un glorioso final, pero no. Ya se vio que no hay nada que sostenga esa hipótesis.
Durante el reciente semillero-conversatorio Miradas, escuchas y palabras: ¿Prohibido pensar?, el subcomandante insurgente Galeano hizo frecuentes referencias y comentarios reflexivos en torno al libro de Carlos Taibo, Colapso: Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo (Buenos Aires: Libros de Anarres, 2017), por lo que en las redes de acompañamiento al CIG-CNI-EZLN, la obra ha circulado profusamente con la recomendación de estudiarlo a profundidad y discutirlo colectivamente. Se trata de una obra impactante, perturbadora e ineludible, que hace comprensibles y urgentes los llamados constantes de los mayas zapatistas a organizarnos ante la tormenta que se avecina. Una tormenta que no es ni metafórica ni simbólica y que alude no a una visión apocalíptica o de vocaciones proféticas milenaristas, sino a la posibilidad real y fundada científicamente de una catástrofe de escala mundial en un futuro no muy lejano, que Taibo denomina colapso, esto es, el hundimiento general y masivo del sistema dominante, caracterizado por reducciones sustanciales en la producción industrial; el derrumbe simultáneo y combinado de carácter financiero, comercial, político, social, cultural y ecológico, debido a sus propias contradicciones y realidades verificables que están teniendo lugar: el cambio climático, el agotamiento de las materias primas energéticas, la agresión irreversible contra la biodiversidad, las condiciones sociales de desempleo, pobreza, hambre, desplazamientos forzados masivos, incremento exponencial de la mortalidad por enfermedades curables, guerras por materias primas y el agua, genocidios, etnocidios, ecocidios, terrorismos de Estado, proliferación de armas nucleares, derrumbe de las megaurbes y el paso a las necrópolis, extensión de la delincuencia y las bandas criminales.
¿Cómo explicar que –tratemos de usar las palabras precisas– la salvaje explosión de la violencia colonial y el premeditado asesinato de los palestinos desarmados por el ejército israelí en Gaza o sea la prolongada y brutal represión de la Gran Marcha del Retorno (bit.ly/2GW2z09) con el saldo de más de 110 muertos por balas vivas culminada el 14 de mayo con un verdadero baño de sangre –¡62 manifestantes ejecutados uno por uno por francotiradores israelíes en una jornada de protesta!– en el 70 aniversario de la fundación de Israel y en la víspera del aniversario de la Nakba (la catástrofe) que expulsó a más de 750 mil palestinos de sus casas en 1948 justo cuando Trump inauguraba –por medio de su hija y yerno– su embajada en Jerusalén (bit.ly/2GqBfWU) hablando de un supuesto plan de paz [sic], pase (casi) desapercibida?
Aunque en repetidas ocasiones Donald Trump ha advertido a los estadunidenses sobre las amenazas provenientes de México, lo que ni él ni la mayoría de las personas se dan cuenta es que los riesgos más importantes se están originando en la dirección opuesta –a través de exportaciones masivas de alimentos transgénicos sometidos a ingeniería genética cultivados en Estados Unidos (EU). Es más, México ha sido instigado a aceptar ese alimento mediante el fraude sistemático del gobierno estadunidense.
Medio centenar de muertos y un millar de heridos, entre ellos ocho menores, fue el saldo de la represión lanzada el domingo por el Estado israelí por tierra y aire contra habitantes de la franja de Gaza que protestaban por el traslado de la embajada estadunidense en Israel de Tel Aviv a Jerusalén. Esta política de hechos consumados y conquistas territoriales por la fuerza militar ha sido rechazada por la mayor parte de las naciones, pero Donald Trump amenazó, desde su campaña presidencial, con reconocer a Jerusalén como capital de Israel y, en consecuencia, mudar su representación diplomática a esa ciudad (La Jornada, 15 de mayo.)
Cannes.
Una de las consecuencias de la escasa difusión de cine asiático en México es el desconocimiento del gran director surcoreano Lee Chang-Dong, cuyas anteriores Secret Sunshine (2007) y Poetry (2010) pude apreciar en Cannes, precisamente. Además de ser novelista, el hombre ocupó el cargo de Ministro de Cultura en el gobierno de su país, nada menos.

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