Estadísticas demuestran que la brecha salarial ha permanecido estancada en los últimos 10 años, y las mujeres ganan aproximadamente un 30 por ciento menos que los hombres
Madrid, 07 may. 18. AmecoPress/PL.- Aunque
las canadienses pueden manifestar que viven en una nación donde sus
derechos y reivindicaciones han avanzado notablemente, subsisten
reclamos sobre necesarias decisiones para la plena equidad de género y
el fin de prácticas lesivas a su dignidad.
Desde que la administración del primer ministro Justin Trudeau tomó
posesión en 2015, las mujeres ocuparon igual cantidad de puestos que los
hombres dentro del gabinete, una paridad de género atípica en el resto
del mundo.
Ello contrasta, sin embargo, con un 26 por ciento de representación
femenina entre los 338 miembros del parlamento, lo que coloca a esta
nación norteña en el puesto número 24 en ese aspecto entre los países
miembros de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Como reflejo de esa movilidad ascendente femenina se encuentra Julie
Payette, de 53 años, quien en octubre de 2017 se convirtió en la 29
gobernadora general de Canadá, la cuarta mujer que ocupa el puesto.
En 1999, la ingeniera fue la primera canadiense en abordar la
Estación Espacial Internacional y voló en los transbordadores Endeavour y
Discovery. También trabajó para la transnacional IBM y fue jefa del
Centro de la Ciencia en Montreal.
Este cargo protocolar implica ser jefe de Estado en funciones; así
como representante de la reina Isabel, y entre sus misiones está la de
presidir la toma de posesión del primer ministro, los magistrados en
jefe y los integrantes del gabinete.
Otro hecho relevante ocurrió en marzo, cuando Viola Desmond
(1914-1965) activista por los derechos de las personas negras en la
provincia de Nueva Escocia, se convirtió en la primera fémina no
perteneciente a la realeza británica, y la primera integrante de la
comunidad afrocanadiense cuyo rostro aparece en un billete del país de
forma permanente.
Apodada la Rosa Parks de Canadá, Desmond era dueña de una escuela de estética y de un salón de belleza en Halifax.
A pesar de ser negra, en 1946 se sentó en la sección reservada a los
blancos en un cine de New Glasgow, Nueva Escocia, y se negó a cambiarse
de lugar cuando se lo pidieron. Fue detenida por la fuerza, multada y
pasó una noche encarcelada por ’tentativa de fraude hacia el gobierno
provincial’.
Su acto de valentía puso en relieve la injusticia de la segregación
racial en Canadá e inspiró a generaciones de militantes del movimiento
por los derechos civiles y hoy es vista como una figura clave en la
batalla contra el racismo.
En 2010 el gobierno de Nueva Escocia pidió disculpas formales a
Desmond y su familia por todo el daño sufrido. De igual forma se
convirtió en la primera persona en recibir un indulto póstumo en Canadá.
Al anunciar la decisión, el ministro de Finanzas de Canadá, Bill
Morneau, resaltó el ’tremendo desafío’ de seleccionar a una mujer cuya
historia será recordada y servirá de inspiración para todos los
canadienses.
’Es hora de poner a las mujeres primero. Estoy hablando de contratar,
promover y retener a más mujeres. No porque sea lo correcto o lo bueno,
sino porque es lo más inteligente’, enfatizó Trudeau en enero a líderes
empresariales y jefes de Estado presentes en la reunión anual del Foro
Económico Mundial, en Davos, Suiza.
El jefe de Gobierno citó un reciente informe de la consultora
McKinsey donde se analiza que reducir la brecha de género podría agregar
150 mil millones de dólares a la economía canadiense para 2026, ’pues
las mujeres hacen que las compañías y los países sean más rentables’,
dijo.
A propósito del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Trudeau
recordó que en esta nación norteña y en todo el mundo ellas continúan
enfrentando barreras para alcanzar su máximo potencial, desde la
discriminación, el acoso y la violencia hasta la falta de oportunidades,
libertad y apoyo.
No todas experimentan los mismos desafíos, y algunas, incluidas las
indígenas canadienses y otras cuyas identidades están históricamente
marginadas, enfrentan obstáculos particulares y desproporcionados,
admitió.
También recordó que su gobierno presentó este año a la Cámara de los
Comunes un presupuesto federal histórico que, por primera vez coloca la
igualdad de género en su centro, al asignar dos mil millones de dólares
canadienses en cinco años, para promover el empoderamiento de las
féminas, sector clave para el Partido Liberal en el poder.
Reivindicaciones en espera
El tema de la equidad de género es uno de los que atraviesa la
campaña por incrementar los salarios mínimos en diversas regiones de
Canadá.
Según el Instituto de Estadísticas, en 2016 más de 600 mil mujeres
ganaban el salario mínimo, el 60 por ciento de las personas que lo
recibieron.
Por ello, en marzo, la primera ministra de Ontario, Kathleen Wynne,
presentó un proyecto de ley que apunta a cerrar la brecha salarial entre
trabajadores de ambos sexos en esa provincia.
La conocida como Estrategia de Ontario para el Empoderamiento
Económico de la Mujer, busca que todas las ofertas de empleo anunciadas
públicamente incluyan una tasa o rango de salario, al tiempo que prohíbe
a los empleadores preguntar sobre compensaciones pasadas y tomar
represalias contra los empleados que sí discuten al respecto.
Asimismo, crearía un marco que exigiría a los grandes empleadores
rastrear e informar sobre las brechas de compensación basadas en el
género u otras características, y divulgar la información a las
autoridades provinciales.
Sabemos que muchas mujeres aún enfrentan barreras sistémicas para el
avance económico. Es tiempo de cambiar, argumentó la funcionaria.
Estadísticas demuestran que en el territorio, la diferencia salarial
por motivo de género ha permanecido estancada en los últimos 10 años, y
las mujeres ganan aproximadamente un 30 por ciento menos que los
hombres.
El primero de enero, Ontario elevó los haberes mínimos hasta 14
dólares la hora, aunque la provincia más populosa de Canadá proyecta
volver a aumentarlos en 2019, hasta 15 dólares por hora.
Analistas recuerdan que cuando la noción del salario mínimo fue
introducida en Canadá hace aproximadamente un siglo, el propósito no era
proporcionar a las mujeres ingresos suficientes como para mantenerse a
sí mismas o a sus dependientes, sino protegerlas de la explotación. Las
mujeres en general eran mano de obra barata, explicó Laurel MacDowell,
historiador laboral en Toronto.
Al mismo tiempo, persisten los esfuerzos para adoptar legislaciones
más duras contra la violencia sexual y el acoso, acciones que siguen
teniendo en ellas a las víctimas predilectas.
Aunque la Cámara de los Comunes adoptó una amplia política en materia
de prevención y erradicación de dicha conducta en 2014, jóvenes
trabajadoras, becarias y principiantes en el entorno parlamentario
revelaron en enero detalles de la cultura sexualizada arraigada en esa
institución.
En diciembre, la agencia The Canadian Press encuestó a 38 de las casi
90 mujeres que hoy fungen como parlamentarias sobre sus experiencias
personales al respecto.
El 58 por ciento de ellas reconoció haber sido objeto de alguna forma
de conducta inapropiada mientras ejercían sus labores, incluidos
comentarios no deseados, gestos o mensajes de texto de naturaleza
sexual.
Tres legisladoras aseguraron haber sido víctimas de agresión sexual,
mientras otras cuatro sufrieron acoso sexual, es decir, insinuaciones
sexuales repetidas e insistentes, precisó el estudio.
Unido a ello, continúa la investigación nacional que desde septiembre
de 2016 busca comprender por qué las mujeres originarias tienen
estadísticamente cinco veces más probabilidades de morir por violencia
que otras féminas del país.
Semanas atrás, Marion Buller, quien se encuentra al frente de la
pesquisa sobre desapariciones y asesinatos de mujeres y niñas indígenas
pidió al gobierno de Trudeau una prórroga de dos años -hasta el 31 de
diciembre de 2020- para completar su trabajo y hacer justicia.
El tiempo adicional, permitiría a los miembros del equipo conectarse
con más mujeres y niñas, realizar nuevas audiencias y ’encauzar
investigaciones originales’, remarcó Buller.
Fotos: Prensa Latina. Archivo AmecoPress. Julie Payette, Gobernadora general de Canadá.
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