Asa Cristina Laurell
Un reclamo insistente
durante la campaña electoral es que no se expone cómo se van a
instrumentar las propuestas de los candidatos y partidos-coaliciones.
Suena razonable que cada una de ellas debería sustentarse en una
explicación del proceso para hacerla realidad. Ciertamente la contienda
electoral ha degenerado en un ataque al unísono al candidato puntero,
Andrés Manuel López Obrador. Para romper este círculo vicioso hay que
analizar qué proponen los candidatos y sus coaliciones y cómo piensan
llevar adelante sus propuestas. En este artículo abordaré los contenidos
de salud en las plataformas-programas de Todos por México y Por México
al Frente que ambos tienen responsabilidad directa en la actual política
de salud fracasada.
La salud está incluida en el eje 4
México incluyente y solidariodel programa de Todos por México y su candidato (José Antonio) Meade. Revindica el Estado social, la solidaridad y los derechos sociales como herencia de la Revolución Mexicana, pero cuando habla sobre cómo realizar estos principios plantea que el mérito y el esfuerzo determinen el éxito de las personas. O sea, propone una sociedad meritocrática que es lo opuesto a una sociedad solidaria con iguales derechos sociales para todos.
Su programa incluye dos grandes compromisos con la salud: elevar la
calidad de los servicios y transitar a un sistema único de salud con
cobertura universal. El primer rubro incluye una apuesta por la atención
primaria en salud con un enfoque de promoción y prevención. Propone,
además, asegurar un financiamiento equitativo y una asignación de
recursos que responda a nuestra realidad epidemiológica, dando prioridad
a la diabetes, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y el
cáncer. Se omite señalar que no se ha logrado durante los casi seis años
de gobierno priísta y que el Seguro Popular sólo incluye siete cánceres
en adultos, el tratamiento del infarto hasta los 60 años y excluye el
accidente vascular cerebral. No menciona que el tránsito a un sistema
único de salud es uno de los muchos compromisos incumplidos de (Enrique)
Peña y tampoco explica cómo se lograría con otro gobierno del tricolor.
Durante su campaña, Meade se ha comprometido a hospitales públicos
al 100con equipamiento y medicamentos, lo que poco ayuda cuando una de las grandes carencias del sistema público de salud es la falta de infraestructura hospitalaria. México tiene 0.72 camas por mil habitantes sumando todas las instituciones públicas mientras que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos es 4.7. Tal vez lo piensa remediar con más hospitales caros de asociación público-privada. Asegura, además, que cada quien podrá elegir el hospital público en el que se quiera atender, ignorando el hecho de que instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) están gravemente sobrecargados.
El programa-plataforma de Por México al Frente cuyo candidato
Anaya pertenece al partido que creó el Seguro Popular, comprometiéndose a
la cobertura universal en 2013, pero que hasta hoy no se ha logrado con
18 millones de mexicanos sin un seguro. Se compromete a crear un fondo
único de salud, pero no señala cómo establecerlo ni quién pagaría y
cuánto. En ausencia de una mayor explicación recordemos que el PAN
presentó en el Senado una propuesta de cambio constitucional para crear
el sistema nacional de salud universal, que incluye las instituciones
públicas y privadas, además de que prevé una nueva ley de este sistema.
Plantea un paquete de garantías explícitas de salud, probablemente el
del Seguro Popular, con estándares de calidad y tiempos máximos de
espera con la obligación de la Secretaría de Salud, el IMSS y el
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales (Issste) de los Trabajadores
del Estado de prestarlo; modelo que proviene del impugnado sistema de
salud de Chile.
La plataforma de Anaya propone, además, una mejor distribución
regional de la infraestructura y los recursos profesionales para la
atención a la salud, pero no dice nada sobre cómo lograrlo o sobre
nuevas inversiones o incremento y regularización del personal de salud.
Reivindica un modelo de promoción y prevención, al igual que el PRI, y
el papel del médico general. Sobre los medicamentos propone poner su
dispensación en manos de las farmacéuticas sin ninguna mención a lo que
significa en cuanto a aumento de costos. Una propuesta interesante es
revisar las condiciones de trabajo de los médicos internos y residentes
que efectivamente trabajan turnos inhumanos. Curiosamente no dice nada
sobre los médicos pasantes que en muchos estados sostienen los centros
de salud sin ningún tipo de supervisión.
Muchas coincidencias ¿no? Es el mismo proyecto que hace 18 años. Es
el proyecto fallido que tiene a los mexicanos sin acceso a los servicios
que requieren.
asa@asacristina laurell.com.mx
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