Por
Mathieu Tourliere
,
proceso.com.mx (apro).- Más de 40 millones de seres humanos que
huyeron de la violencia y de los conflictos se encuentran actualmente en
situación de desplazados forzados internos en el planeta; entre ellos,
más de 345 mil son mexicanos, estimó hoy el Centro Internacional de
Monitoreo del Desplazamiento (IDMC, por sus siglas en inglés).
Tan solo el año pasado, los conflictos armados obligaron a cerca de
12 millones de personas a desplazarse, prácticamente lo doble que en
2016.
Otros 18 millones de personas se vieron forzados en abandonar sus
casas a consecuencia de los fenómenos meteorológicos y naturales, entre
ellos los huracanes Irma, Harvey o María –que sacudieron el Atlántico y
el Caribe–, los terremotos que sacudieron a México en septiembre pasado,
así como los tifones y tormentas tropicales que golpearon a varios
países asiáticos y africanos.
“Puede que el riesgo de desplazamiento no esté entre las prioridades
de las agendas nacionales, pero es una responsabilidad contingente que
afecta a la economía y el desarrollo de los países”, insistió la
organización, la cual lamentó los “avances lentos” en atender las causas
estructurales del fenómeno, que abarcan el acceso a la educación, la
salud, el ingreso o el medio ambiente.
“Los bajos niveles de desarrollo humano están fuertemente correlacionados con el riesgo de desplazamiento”, añadió.
La ola de violencia que afecta a los países del Triángulo Norte de
Centroamérica –la tasa de asesinatos supera siete veces el promedio
global– obligó de nuevo a cientos de miles de personas a abandonar sus
comunidades: alrededor de 296 mil salvadoreños son desplazados internos
forzados, mientras que un número desconocido de guatemaltecos y
hondureños se encuentra en la misma situación.
El IDMC deploró que el fenómeno esté “totalmente invisibilizado” en
Centroamérica, pero estima que por lo menos 242 mil guatemaltecos y 190
mil hondureños tuvieron que desplazarse en su propio país.
“Aparte de los asesinatos, las ejecuciones extrajudiciales y los
feminicidios, la región está azotada por desapariciones, violaciones,
secuestros, amenazas, reclutamiento forzado de niños, intimidaciones y
extorsiones. Hay pocas investigaciones oficiales y todavía menos
condenas, incluso para los homicidios, creando una impunidad flagrante”,
observó.
La situación puede volverse todavía más crítica, ya que, desde el
pasado mes de enero, la administración estadunidense de Donald Trump
eliminó el Estatuto de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en
inglés) que protegía a decenas de miles de salvadoreños y hondureños de
la deportación.
A nivel global, el 76% de la población desplazada era originaria de
Colombia, la República Democrática del Congo, Yemen, Irak, Sudán, Sudán
del Sur, Afganistán, Nigeria y Turquía, donde guerras civiles y
conflictos armados se extendieron durante años o incluso décadas.
En Yemen, por ejemplo, ocho de cada diez habitantes sufren la crisis
humanitaria desatada por la guerra civil, a la que apoya una coalición
de países encabezada por Arabia Saudita, la cual impide el ingreso de
alimentos y medicinas al país desde hace años.
“Mientras la atención del mundo se enfoca en los refugiados que huyen
en búsqueda de seguridad, protección y oportunidades en el extranjero,
muchos de ellos regresan cada año a sus países de origen”, recordó el
informe, al precisar que, en 2017, más de dos millones de personas
volvieron a países sacudidos por conflictos armados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario