El Río Santiago, o Santiago Tototlán, es tal vez la principal corriente de agua dulce que comparten los estados de Jalisco y Nayarit en el occidente mexicano. El Santiago desciende desde la laguna de Chapala, estado de Jalisco. Se encuentra a 1 mil 524 metros sobre el nivel del mar hasta desembocar en el Océano Pacífico, cerca del municipio de San Blas, estado de Nayarit, haciendo un recorrido de 562 kilómetros.
Juan Pablo Soler Villamizar* / REDLAR-Otros Mundos Colombia
Alrededor de este río se han generado gran número de problemáticas socioambientales asociadas al mal uso y gestión del agua que, como lo denuncian diversos pobladores, han afectado la calidad de vida de los campesinos, pescadores e indígenas de la región al contaminar el agua, cercenar las especies de peces en la cuenca y vulnerar las formas tradicionales de subsistencia, situación que ha reforzado el fenómeno de migración que sufren gran parte de los estados mexicanos.
Para entender más esta situación, un grupo de ambientalistas hizo un recorrido por la cuenca del Río Santiago, entre mayo y junio de 2010, para observar directamente los principales puntos de afectación del río, evidenciar el malestar de sus gentes, entrevistar a los afectados directos y conocer parte de las alternativas por las que las comunidades han optado para enfrentar el fenómeno más dramático causado por la irracionalidad humana, que cada vez cobra más vidas: la contaminación del agua.
Lago de Chapala
Este lago es un gran cuerpo de agua con una superficie que actualmente supera los 1 mil 100 kilómetros cuadrados. Es la principal fuente de abastecimiento de agua de la región y de ella ha dependido el desarrollo y sostenimiento del gran número de poblados que se encuentra en sus orillas, y del estado de Jalisco, en general.
No obstante, el estado del lago actualmente es lamentable. Su contaminación es riesgosa para la salud humana, debido a que su afluente principal es el Río Lerma, donde se vierten los desechos industriales (metales pesados como el plomo o el mercurio) de las empresas del Estado de México.
Francisco Santos, Noel Contreras y José Luis Paredes, campesinos, artesanos y pescadores de la comunidad de Mezcala, manifestaron su preocupación por el estado de las aguas del lago. Para ellos, la principal amenaza es el alto grado de contaminación de las aguas, pues instituciones de salud les han recomendado consumir pescado del lago sólo dos veces por semana, debido al contenido de metales en este alimento.
El lago es el hábitat de diversas especies de peces: el charal, la sardina, el bagre, el blanco, la popocha y la carpa; pero con la contaminación, la popocha y la sardina han casi desaparecido, y el charal, la carpa y el bagre están enfermos, tienen parásitos que provocan que el abdomen se les absorba, manifestaron los pobladores.
Los pescadores encuentran pertinente que se les indique sobre el no consumo del pescado, pero dicen que el gobierno y los que contaminan no ofrecen opciones. ¿Qué pueden comer? ¿Cómo adquieren otros alimentos si la pesca ya no es un negocio? La pesca ha sido el pilar de su sobrevivencia.
Los campesinos en este sector de Mezcala mencionaron que la agricultura también se ha visto afectada por la contaminación del agua, pues en los últimos años, los suelos se han deteriorado y la productividad se ha afectado. Por otra parte, quienes aún optan por bañarse con las aguas del lago adquieren alergias, lo cual alerta un problema de salud pública.
El principal desagüe del lago de Chapala es el Río Santiago: un río que por tanto nace moribundo.
El Río Santiago
Dos son los motivos principales del deterioro del Río Santiago: las aguas servidas y los desechos industriales y domésticos de Guadalajara y poblaciones de la cuenca son vertidos en el río, y el gran número de represas que se ha construido y se proyecta construir sobre el Santiago.
El Salto y Juanacatlán
El Salto y Juanacatlán –poblados de la zona metropolitana de Guadalajara– han sufrido, por dos años, el problema de la contaminación de las aguas del Río Santiago.
En este sector, el estado de las aguas es deplorable. La coloración es negra, la emisión de olores fétidos por la descomposición de la materia orgánica es insoportable, y esto se complementa con la presencia de componentes inorgánicos que generan grandes cantidades de espuma sobre las aguas y, a su vez, se esparcen por la acción del viento.
Esta situación parece no preocuparle a la gente de la ciudad. Se repite el modelo de gestión del agua de las principales ciudades de América Latina, donde la contaminación de unos cobra la vida de otros, sin que haya un responsable o se tomen medidas serias al respecto. Es así como la comunidad de El Salto ha denunciando, en las últimas décadas, la aparición de cáncer en gran número de sus pobladores, varios ya muertos, sin que las autoridades ambientales ejerzan medidas para remediar esta situación. Adicionalmente, en abril de 2008, un niño, que cayó en las aguas contaminadas del río, murió por el alto contenido de arsénico que ingirió, según se señaló en el parte médico de su defunción.
Las represas
El equipo entrevistó a diversos afectados por la construcción de las represas El Cajón, Aguamilpa, La Yesca, Santa Rosa y El Salto, todas sobre el Río Santiago.
Los testimonios tienen elementos comunes, entre los que se destacan la pésima información recibida sobre el proyecto al momento de platicar con la Comisión Federal de Electricidad –constructora de los emplazamientos–, es decir, quienes decidieron negociar una indemnización o reubicación desconocían los impactos reales de una presa y, en algunos casos, lo hicieron sin conocer sus derechos en calidad de afectados.
Las represas han generado problemas de movilidad para las comunidades; muchas de ellas ahora tienen que pagar para poder desplazarse en lancha. En otros casos, las metieron en negocios que desconocían; a los campesinos los volvieron pescadores o artesanos; a los pescadores los convirtieron en lancheros, y otros más, no saben qué hacer.
Las represas construidas han vulnerado las formas de vivir y subsistir. La agricultura se ha visto afectada porque las tierras más aptas para el cultivo han quedado bajo las aguas, sin que se les proporcionen terrenos aptos; además, el costo de vida con las represas ha aumentado de manera inversas a los ingresos económicos de los pobladores.
Los proyectos hidroeléctricos no coinciden con los intereses de las comunidades, quienes denuncian la imposición de los proyectos por parte de las constructoras. En la mayoría de los casos, los costos que se pagan por el servicio de la energía eléctrica son altos respecto de los ingresos familiares. En la comunidad de potrerillos en Aguamilpa, la luz del tendido eléctrico, después de 20 años, aún no llega.
Los Manglares
El recorrido del Río Santiago termina muy cerca del municipio de San Blas, Nayarit. Hace más de 20 años, según lo comenta uno de los pobladores, ésta era una zona rica en manglares.
Ahora bien, el hecho de que el Río Santiago desemboque en esta zona implica que el agua dulce se mezcle con la salada, haciendo del manglar un estuario, donde el agua es salobre; por tanto, la diversidad biológica es única. Las zonas de manglar son consideradas como la quinta zona ecológica de mayor producción; es decir, de donde se extraen y producen infinidad de materiales.
Greenpeace señala que un manglar produce combustibles naturales, como leña, carbón o alcohol; recursos para la construcción, como madera, gomas, pegamentos, minerales; para la alimentación, producen diversidad de peces y mariscos, aceites, vinagres, condimentos; también medicinas naturales; producen recursos usados en la industria textil y química. Sin embargo, toda esta gran fábrica natural de insumos producidos sustentablemente es desechada por el mal uso y desconocimiento de su manejo y preservación.
Las empresas camaroneras son causantes, entre otros factores, del deterioro y desaparición, pues rompen todas las cadenas biológicas y posibilidades de regeneración de las especies y del manglar mismo. En la localidad de San Blas, se evidenciaron varios terrenos del manglar destinados al cultivo del camarón.
Otra causa importante del deterioro es el cambio de uso de suelo; es decir, lo que antes era manglar, pasó a ser tierra para la ganadería y, posteriormente, tierra de cultivos. Para ello, los caños y esteros que se encargan de hacer circular el agua por los manglares han sido obstruidos. En este caso, se prefiere la producción de un monocultivo que la incontable diversidad productiva de un manglar.
¿Más represas?
Una de las principales afecciones de la cuenca es la construcción de presas. Por lo tanto, es necesario que se frene la construcción de represas; abogar porque se considere un modelo obsoleto de generación de energía y gestión de agua. Es más importante invertir el dinero de su construcción en la búsqueda de alternativas comunitarias, puesto que las afecciones sobre el ambiente y la sociedad no son comparables con los beneficios obtenidos.
Existen alternativas para cada proyecto, pero no voluntad de los gobernantes o empresarios por el bienestar colectivo. Adicionalmente, en tiempos de la nunca antes vista crisis climática, es necesario resaltar que las represas en el mundo son responsables del 4 por ciento del calentamiento global, pues la descomposición de la materia orgánica produce altas emisiones de metano –un gas que es 25 veces más poderoso que las emisiones de dióxido de carbono que se obtiene por la quema del petróleo o sus derivados.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco ya lo ha dicho: “Ante la gravedad del problema, la cuenca debe declararse zona de emergencia ambiental y de acción extraordinaria en materia de salud”.
Organizaciones de la sociedad civil, indígenas, pescadores y campesinos se suman a este llamado y conminan a los gobiernos y autoridades competentes a que tomen las medidas pertinentes. ¿Qué los hará entrar en razón?
*Miembro de la Red Latinoamericana contra Represas y por los Ríos, sus Comunidades y el Agua
http://www.redlar.org
[1]El grupo estuvo integrado por representantes del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario, COA, COMPAZ, Red Latinoamericana contra Represas y por los Ríos, sus Comunidades y el Agua, Adapting to Scarcity, Un Salto de Vida y comunidades que interactúan con el río a lo largo de la cuenca
2El mercurio es un elemento que no mata a los peces, se acumula en su grasa, y después es consumida por el ser humano. Este elemento jamás sale del cuerpo, y las altas concentraciones causan severas afecciones al sistema nervioso y el cerebro (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Evaluación mundial sobre el mercurio, Ginebra, Suiza, 2002)
3El plan de Infraestructura de México contempla la construcción de 27 proyectos de represas sobre el Río Santiago, de los cuales se han construido un 32 por ciento (Castro, Gustavo, El agua y los ríos amenazados de México, 2007)
4http://www.redlar.org/noticias/2007/5/24/Prensa/el-cuatro-porciento-del-calentamiento-global-es-debido-a-las-presas/
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