Pedro Echeverría V.
1. Muero de alegría porque hasta Yucatán ha llegado la influencia de las luchas de los padres, de los alumnos y de los profesores que Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Chiapas, DF, luchan por la aparición con vida de los 43 estudiantes desaparecidos por el gobierno local, federal, la policía y el ejército. La huelga de los trabajadores de la universidad, agrupados en la AUTAMUADY –aunque se ha centrado en demandas económicas- ha sufrido la total influencia de las grandes luchas que se están desarrollando en el país. La Universidad de Yucatán fue fundada en 1922 y su característica principal es que siempre ha sido de derecha, memorística, tecnócrata, de nula en participación y aislada de los problemas de la población.
2. Yucatán –dada su lejanía del centro del país (1,500 kilómetros del DF), su profunda pobreza (cuarto lugar en el país), mediano en número de habitantes (dos millones)- ha participado poco de los problemas de México como nación. Eso de que no haya participado en los movimientos nacionales de Independencia de 1810-21, de Reforma (1856-76), de Revolución (1910-17), desinformado en la rebelión Delahuertista (1924), el movimiento ferrocarrilero vallejista de 1959 y del movimiento estudiantil de 1968, demuestran históricamente casi absoluto aislamiento y explican la casi nula participación en asuntos de la República mexicana. Sin embargo, con el amplio desarrollo de los medios de comunicación, el Internet, ya no se puede silenciar.
3. He tenido la convicción de que Yucatán –dado su aislamiento- siempre ha sido un estado de retaguardia en las luchas sociales nacionales de estudiantes, maestros, trabajadores, campesinos y seguramente hasta de jubilados. Primero estallan los movimientos de descontento y protesta en otras entidades que son vanguardias en las luchas sociales y luego llegamos los de Yucatán cuando el movimiento se ha cansado o apagado. Siempre llegamos tarde o de último por “estar lejos” o porque “no estábamos enterados”. La conexión entre Guerrero, Oaxaca, Michoacán con el DF es de apenas cinco horas en autobús, la de Yucatán es de 23 horas más el costo que representa. Por ello también nuestras luchas locales son aisladas y de falta de apoyos.
4. Hace cuatro días escribí: “La realidad es que la cultura de los yucatecos es de “buenos modales”, de mucho respeto hacia las instituciones de gobierno, hacia la propiedad privada, hacia los personajes con jerarquía y dinero. Así los han “educado”. En Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Chiapas, Monterrey, Guadalajara, DF, donde la población no está más pobre, miserable o jodida que en Yucatán, la gente es mucho más exigente y se manifiesta mucho más en las calles. En Yucatán tenemos una huelga de mil trabajadores de la Universidad y –con excepción de una marcha estudiantil y ayudas en víveres a los huelguistas- el estado ni enterado está. La huelga pasiva está en su día 18, la rectoría sigue con ofertas ridículas de centavos y como si nada sucediera. Además se pide a los estudiantes que acudan a decenas de centros abiertos a recibir clases.
5. Pero Beto Pérez, un trabajador desesperado por necesitar apoyo a la lucha de AUTAMUADY, escribió, fue al grano y publicó hace dos días: “Pero indigna –se refiere a algunos investigadores de Hideyo Noguchi- su silencio y nos hace sospechar que puede haber complicidad. ¿Acaso el despilfarro de recursos de la UADY, los altísimos salarios del rector y su banda no valen la pena analizarlos? ¿Será que para estos críticos del gobierno los míseros salarios de los administrativos y manuales de la UADY es lo que merecen? Por favor ¡Abran la boca, digan algo o de lo contrario pasarán como cómplices de Williams y su banda, y entonces, todo el rollo que nos echan vía el Diario de Yucatán será sólo eso, ROLLO! Quizá no se dio cuenta que en la marcha de los trabajadores participaron cuatro investigadores del Noguchi.
6. Hoy los compañeros del centro de investigaciones sociales, para demostrar su solidaridad con la huelga de los trabajadores y su oposición a las sedes alternas para impartir clases, han firmado un documento que seguramente tendrá un enorme peso entre los funcionarios de la rectoría para resolver el movimiento de huelga en beneficio de los trabajadores. Ello, aunado a la segunda manifestación de apoyo a la huelga que realizarán los estudiantes mañana viernes, obligará al rector a convencerse en que está haciendo el ridículo. ¿Cuántos años de atraso salarial tienen los trabajadores? ¿De dónde tomar el dinero para complementar la petición de los trabajadores? Pídanle la rectoría al gobierno federal, solicítenle al gobierno del estado, bajen los altos salarios a 50 mil como máximo.
7. La situación política prelectoral a la baja; la económica con crisis productiva, devaluatoria y de inseguridad; la social con permanentes protestas y reclamos en las calles, etcétera, obligan al gobierno de Peña Nieto a resolver en serio los problemas, particularmente los de los trabajadores. Por todos lados se escucha –en México y el extranjero- la exigencia de la renuncia de Peña y su gabinete; seguramente se ríe porque el PRI –con más de 70 años de dictadura y con el enorme apoyo del gobierno de los EEUU- aprendió a manejar cualquier situación. Dentro esa coyuntura está la huelga del AUTAMUADY que ya nadie podrá reprimir o desbaratar por el apoyo de los estudiantes y profesores que han publicado documentos de apoyo. (5/II/15)
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