Además de que el ingreso de las mexicanas al mercado laboral se mantiene sin crecimiento desde 2010, ellas siguen ocupando las ramas más precarias en todos los sectores que integran la oferta laboral.
Al participar en un conversatorio sobre la situación laboral de las mujeres en México, en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), la economista de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Quetziquel Flores Villicaña, concluyó que las mujeres están ingresando a los “peores” trabajos.
La experta analizó diversos datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) sobre ocupación y empleo, tras los cuales observó que en 2013, 48 por ciento del personal remunerado en México era de planta (estable), y del cual sólo 7.4 por ciento eran mujeres.
Flores Villicaña advirtió que los datos de Inegi son “engañosos” porque no reflejan el tipo de ocupación y condición laboral al que acceden las mexicanas en cada sector económico.
La académica señaló que sólo en seis entidades del país (DF, Nuevo León, Sinaloa, Veracruz, Jalisco y Estado de México) 53.7 por ciento de algunos sectores del mercado laboral estaba integrado por mujeres en 2013.
Con datos del Inegi, la experta mostró que la población femenina en ese año se ocupó principalmente en el sector comercial, aportando el 45 por ciento del total del personal ocupado.
Sin embargo, sólo 37 por ciento de estas trabajadoras contó con un contrato (de planta o eventual), y 8 por ciento estaba subcontratada. En el sector comercio las mujeres se emplearon principalmente en los giros de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco.
A su vez, en 2013 laboraban en el sector de la construcción 76 mil mujeres de un total de 689 mil 243 personas (lo que representa un ligero aumento respecto a otros años); no obstante, este sector se caracteriza porque más de la mitad del personal es eventual.
Y en la industria manufacturera, las mujeres conformaron 34.3 por ciento del total de trabajadores de este sector, manteniendo estable la incorporación femenina desde 2010.
De las ramas económicas con mayor participación de mujeres en el sector manufacturero, destaca la fabricación de partes para vehículos automotores, elaboración de productos de panadería y tortillería, confección de prendas de vestir, y la fabricación de productos plásticos y de componentes electrónicos.
En el sector transporte, las mujeres participaron en 2013 con 15 de cada 100 empleos, lo que muestra un ligero aumento de la participación femenina en este ramo desde 2010.
Las principales ramas en las que se emplea el personal femenino del sector transporte son el autotransporte de carga, transporte colectivo foráneo de pasajeros, el transporte de carga especializado, servicios de intermediación de transporte, y transporte aéreo regular, seguido de los servicios de paquetería.
Las mujeres que formaron parte de los servicios privados no financieros (establecimientos que prestan servicios por cuenta propia y que pueden ser de tipo profesional) sumaron un millón 850 mil 868 trabajadoras.
Tales unidades económicas son restaurantes, hoteles, despachos de contabilidad y auditoría, servicios legales y consultorios médicos.
Aunque hubo un incremento en esta categoría con relación a años anteriores, las mujeres se incorporaron en el ámbito de servicios educativos, seguidos de los servicios de salud y asistencia social, y servicios de alojamiento.
La experta también habló de los más de 2 millones de mujeres (la mayor cifra entre todos estos sectores) que realizan trabajo del hogar remunerado, y quienes no cuentan con contrato, protección al trabajo y la salud, ni formalidad en el empleo.
Y dijo que el trabajo precario (“informal, descalificado, desprotegido e indigno”) impacta con mayor medida a las mujeres porque ellas enfrentan más obstáculos para ingresar al empleo.
Además, criticó que este panorama muestra que los trabajos a los que acceden las mujeres aún están condicionados por mandatos tradicionales de género, y que mientras no existan empleos con formación, ascenso, capacitación y trato igualitario para las trabajadoras estas desigualdades se seguirán reproduciendo.
La experta observó que en México impera una tendencia hacia la mayor precarización del empleo, y una reducción al mínimo de las obligaciones patronales.
Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | México, DF.-
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