5/06/2015

Las tribulaciones de Aristóteles

El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses dice que es en Guadalajara en donde más crímenes se han cometido contra servidores públicos en los dos años recientes.


lasillarota.com

Nadamás faltó que el gobernador Aristóteles Sandoval Díaz dijera que Jalisco es el paraíso terrenal… ‘o casi el paraíso’ y que su gobierno rechina de eficiencia…

Esto durante el periplo que realizó el lunes 4 de mayo por todos los medios locales y nacionales que seleccionó en un mal entendido control de crisis, porque lo único que hizo es que viéramos los desfiguros de lo que se es capaz para lavarse las manos…

…En todo caso, estuvo en los medios más visibles –para él y sus asesores-, y ‘para que lo sepa el mundo entero’: Que en su entidad no pasa nada, que todo está bien y que lo del viernes y sábado pasados con quince muertos, un helicóptero derribado, 39 bloqueos simultáneos, carros y camiones quemados y 25 municipios afectados fue  algo que ‘ya había pasado antes’ y que ‘en dos horas estaba todo controlado’. Así, en un abrir y cerrar de ojos.

Al mismo tiempo subrayaba en su discurso mediático: Existe coordinación con las autoridades federales para las tareas de seguridad; la federación está ahí y el gobierno federal llevó a cabo el operativo militar; a mí nada más me informó la federación en el momento último, por protocolo;  y es del gobierno de la República el ‘Operativo Jalisco’… y tal y tal. En otras palabras, ‘lo que el señor quiso decir’, es que el problema de Jalisco es de la federación, no de él.

Cuando quería ser gobernador de Jalisco (PRI), el señor Sandoval Díaz dijo que ahí todo habría de cambiar que asumiría la responsabilidad total del estado de Jalisco y la seguridad de sus habitantes. Y lo reiteró el primero de marzo de 2013 cuando juró y perjuró frente a la Constitución que estaba entregado a la responsabilidad de gobierno, con gobernabilidad.

En el Instituto Cultural Cabañas dijo ese 1° de marzo: “La espera terminó; hoy iniciamos la transformación del estado (…) Hoy tenemos que hablar de seguridad integral, que significa hablar de justicia y de educación, de igualdad social y de bienestar, de respeto a los derechos humanos y prevención del delito…”. Y agregó: “De formarán instituciones de seguridad pública coordinadas y cercanas a la gente…”. Sí. Pero no.

En dos años y dos meses de su gobierno las cosas se han puesto peor. La criminalidad en la entidad ha aumentado; el crimen organizado se ha organizado y lo desafía; municipios hay entregados al trasiego y tráfico de estupefacientes; el desarrollo productivo sano es ineficiente; la seguridad social se ha burocratizado; la educación está prácticamente en una detente y, para acabarla de amolar, su gobierno ha sido cuestionado por la participación de su señor padre en actos de inducción política…

De hecho, la queja estatal tote voce es de que su señor padre, el magistrado del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco con licencia desde el 17 de abril, Leonel Sandoval Figueroa, está en todo y mete la cuchara en todo; que hace y deshace y que es, a fin de cuentas, uno de los grandes beneficiarios de la posición política de su hijo.

La separación del cargo como magistrado se debió a que se supo, por grabaciones hechas públicas, que ‘solicitó a un grupo de priístas conseguir votos para este partido aun a costa de violar la ley’: El representante de la ley. ¿Cómo llegó ahí?

Y en contra de lo que prometió al iniciar su gestión, se sabe que desde entonces y a la fecha han sido asesinados 103 funcionarios públicos en Jalisco. No sólo han sido policías o integrantes de las fuerzas federales. El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses dice que es en Guadalajara en donde más crímenes se han cometido contra servidores públicos en los dos años recientes.

“Son 20 casos en Guadalajara; Mascota 15; Zapopan 11; Tlaquepaque 5; Ahualulco del Mercado 4; y 20 municipios más con uno o dos casos”. Entre los más sonados están los casos de Emmanuel Peinado Barragán, entonces secretario de Turismo del estado o el presidente del Banco de Alimentos del estado, Alejandro López Torres, o el caso del regidor de Tlaquepaque Feliciano García Fierros o el del diputado federal por Jalisco, Gabriel Gómez Michel.

Pero en su estrategia por minimizar lo que ocurre en Jalisco, el gobernador Sandoval Díaz dice: “Debo aclarar que en muchos caso no tienen que ver con crimen organizado, son temas de averiguaciones previas de personas que si bien son servidores públicos, no mueren en un acto de crimen organizado… Algunos de los funcionarios públicos asesinados en esta administración pueden ser, incluso, barrenderos…”.

En todo caso el viernes 1° de mayo y el día siguiente, Jalisco pasó un trago amargo. Los habitantes de la entidad sabían lo que ocurrió, pero no se explicaban por qué se ha llegado a esto. ¿Por qué las fuerzas del estado no han conseguido encapsular y solucionar el problema que es el  Cartel Jalisco-Nueva Generación? sobre todo si esto tiene que ver con la vida cotidiana de los jaliscienses que merecen vivir y trabajar en paz.

El gobierno federal está enfurecido por lo que ocurrió ahí; reconoce que es grave la situación, que puede haber más emboscadas y desafíos en la región, que incluye a Jalisco, Michoacán, Colima, Guanajuato… Y que, ciertamente, se requiere la coordinación federal con los gobiernos estatales y municipales…

Y mientras que para el Gabinete de Seguridad, reunido de urgencia, el tema es de alta seguridad nacional, para el gobernador Sandoval Díaz es un tema de control de crisis mediático. Es un tema de imagen de gobierno y es un tema que no es tema.

Y así la situación se agrava porque a los problemas de inseguridad y de criminalidad, ahí, se suma otro de tono político: El del gobernador…  y su papá.

@joelhsantiago




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