1/09/2017

Estado de México: una "marea roja" lideró los atracos


Los videos de los saqueos ocurridos en el Estado de México muestran que gente vestida de rojo organizó y encabezó los atracos. Esas personas daban instrucciones, difundían el miedo, invitaban a sumarse al robo… Osmar León, director de una organización que monitorea la violencia en dicha entidad, asegura que ese modus operandi recuerda el de la “Marea Roja”, que surgió en 2000 para movilizar el voto a favor del PRI justo en el Estado de México. “Lo que el gobierno busca es que se prefiera el caos antes que el gasolinazo, que haya pretexto para la represión”, afirma el investigador.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El miércoles 4, un grito cundió desde Ecatepec, en el Estado de México, hasta los límites con la Ciudad de México: hombres con megáfonos fueron por las calles vociferando: “¡Ahí vienen! ¡Ahí vienen!”, mientras grupos organizados y dirigidos por gente con camisa roja azuzaban a los habitantes para que saquearan tiendas de autoservicio y de electrodomésticos.
Aunque los primeros saqueos ocurrieron desde el domingo 1, el caos se multiplicó el miércoles 4 en diversos municipios mexiquenses. Cundió el pánico. Las marchantas se encerraron en sus casas, los comerciantes cerraron sus locales. En las calles se esparcía el rumor de que los manifestantes contra el gasolinazo saqueaban las tiendas, robaban a la gente, quemaban sucursales y provocaban el caos.
En un recorrido por algunas colonias ecatepequenses, la reportera recabó testimonios de vecinos –quienes prefirieron omitir su nombre por temor a represalias– que tienen algo en común: los actos vandálicos se realizaron, al mismo tiempo, desde Ecatepec hasta las delegaciones Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza, y desde Naucalpan de Juárez hasta los límites de la delegación Azcapotzalco.
En Ecatepec hubo saqueos en zonas como Guadalupe Victoria, Ciudad Cuauh­témoc, San Andrés de la Cañada, Jardines de Morelos, Valle de Aragón, Granjas Valle y Hank González (Plaza de las Américas).
Según la alcaldía, ese día fueron detenidas 53 personas por su presunta participación en saqueos en la avenida Recursos Hidráulicos, de la colonia Luis Donaldo Colosio; en la vía José López Portillo a la altura de Guadalupe Victoria; la vía Morelos, por Santa María Tulpetlac; la Avenida Nacional, en torno a Chiconautla, en la colonia Ciudad Azteca, y Jardines de Morelos, donde tres policías resultaron heridos.
En Naucalpan de Juárez se reportaron desvalijamientos, en particular en San Mateo y en El Molinito, así como en los municipios de Villa Nicolás Romero y Atizapán de Zaragoza, inclusive en la delegación Azcapotzalco de la Ciudad de México.
Algunos vecinos afectados por el vandalismo dicen a Proceso que sospechan que se trató de “una acción orquestada por el gobierno”.
Un vendedor de una pequeña tienda de abarrotes relata: “Alrededor de las tres de la tarde empezaron a correr los rumores de que venían saqueando los comercios. La gente empezó a entrar en pánico y pues por obvias razones todo mundo empezó a cerrar, incluso el Soriana. Se cerró alrededor de una hora, hora y media, y fue cuando vimos que aquí enfrente se estaban organizando los socios del mercado para defenderse si era necesario, porque decían que (los ladrones) estaban viniendo.
“Todo el tiempo se estuvo viviendo pánico, si iba a suceder algo y toda la cosa, y sí se veía gente muy sospechosa. Sospechosa porque venían en carros compactos alrededor de 15 o 16 personas y la apariencia de los jóvenes… se veía que andaban buscando nada más saquear establecimientos.
“Después, como seis o seis y media, empezaron a escucharse gritos que provenían de una Bodega Alianza aquí adelante, y ya estaban ahí saqueando. Los comerciantes del mercado navideño, que ya estaban planeando defenderse, se quedaron sobre la avenida. Traían palos y cosas, porque al final ellos requerían trabajar.
“Después de eso la calle se quedó completamente vacía. Al final se veía el temor, se escuchaban muchas cosas, había muchas patrullas y la gente ya no quiso salir.”
Las cifras oficiales
El jueves 5, un día después de los hechos más violentos en Ecatepec, el gobierno del Estado de México emitió comunicados para difundir su versión.
En una nota publicada en la página oficial del gobierno del estado el viernes 6, se asienta que la noche del jueves y la mañana del viernes el gobernador Eruviel Ávila “supervisó los operativos de seguridad que se desplegaron para evitar actos vandálicos”, ante los rumores de que seguirían las rapiñas. Como sea, su actuación no detuvo los ataques, que seguían hasta el cierre de esta edición.
Los reportes del gobernador Ávila (“al último corte”, del jueves 5) consignaron que su gobierno, en todo el estado, había detenido a 537 personas por “saqueo en flagrancia”.
En el boletín BOL-DCSECA/005/2017, emitido por el ayuntamiento ecatepequense, se indica que hasta el jueves 5 se habían reportado 116 detenidos en flagrancia.
El alcalde de Ecatepec, Indalecio Ríos Velázquez, informó que mil 500 elementos fijos fueron habilitados “para contener los hechos que se iniciaron el lunes 1 por la noche, lo que ha permitido continuar con las actividades normales en la mayor parte del territorio municipal”.
Pidió a la ciudadanía no dejarse llevar por mensajes en redes sociales que incitan a realizar “actos ajenos a la paz social”.
El gobierno del estado informó en otro comunicado (7232/2017) “que son falsos los mensajes, publicaciones y audios que circulan en redes sociales sobre un supuesto toque de queda o presencia de grupos armados en algunos municipios mexiquenses, “los cuales han sido difundidos irresponsablemente con el único propósito de generar psicosis y temor ante la gente”.
Tiroteo de acusaciones
Un ecatepequense de alrededor de 50 años relata: “Vinieron varias personas a robar. Yo regresaba de traer comida y todos los negocios ya estaban cerrados. Donde sí nos tocó –bueno, escuchamos– es que habían llegado a las seis de la tarde ahí a la tienda Alianza, estaban robando. Hay un vecino que los grabó.
“A nosotros nos tocó ver, en la noche que salimos de aquí, ahí en la avenida Gobernadora, donde hay un Aurrerá, que había muchísima gente y estaban unos muchachos en unas motocicletas. Venía mucha gente que traía aparatos y se estaba robando las cosas. Yo no vi policías, dice mi hijo que sí había uno, pero que se fue la policía, no hizo nada. Y así, varias personas han comentado que había policías pero no hacían nada.”
El jueves 4, el presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, acusó al “régimen fascista” que gobierna al país de articular una estrategia para generar caos y miedo entre la gente mediante los actos vandálicos.
“Hay ciudadanos que de manera espontánea están participando en estos actos, lo hacen por rabia, para desquitarse o porque piensan que así van a resolver el problema. Pero hay también otros que están siendo manipulados por la misma derecha, por los conservadores, por la mafia en el poder, porque quieren que nos distraigamos, que la nota (en los diarios) sea el caos. Y luego viene el repudio. Y al mismo tiempo infunden miedo. Son estrategias fascistas para dominar mediante el terror”, indicó en un video difundido en internet.
La presidenta nacional del PRD, Alejandra Barrales, acusó al PRI de ser el orquestador de los saqueos, con la finalidad de que la ciudadanía se atemorice, “no se organice y no continúe con las legítimas manifestaciones en contra del incremento a los precios de la gasolina”.
Por la noche, el PRI, en un comunicado de prensa, exigió a Barrales “que sea responsable por sus declaraciones. Que no haga señalamientos infundados contra el gobierno federal o el partido. Debe retractarse”. La jornada siguiente Barrales siguió con la misma línea.
En su boletín, el PRI, además de acusar a López Obrador y a Morena de ser violentos e intentar “capitalizar a su favor esta coyuntura”, se curó en salud ante las acusaciones:­
“Rechazamos tajantemente cualquier señalamiento de las redes sociales que trate de vincular al PRI con el origen de diversos actos vandálicos. Afirmaciones de esa naturaleza, que pretenden confundir a la ciudadanía, no tendrán éxito.”
Camisetas rojas
Para el director de México Suma, Osmar León Aquino, la estructura electoral del PRI conocida como “Marea Roja” fue usada para desatar el caos en la entidad, con una estrategia similar a la que usó el actual gobernador mexiquense contra Antorcha Campesina entre 2012 y 2013. Aquella vez también se caracterizó por el grito de “¡Ahí vienen! ¡Ahí vienen!”.
México Suma se dedica a dar seguimiento a la seguridad en el Estado de México.
Lo primero que le llama la atención a Osmar León es que los saqueos se iniciaron en el Estado de México. Ahí, este año se renueva la gubernatura y está pendiente el debate de la llamada Ley Atenco, cuyo objetivo es legitimar el uso de la fuerza pública sin distinguir a las manifestaciones sociales de la delincuencia.
En segundo lugar, dice, “en la mayoría de los videos que se han analizado de los saqueos que hubo el día 2 y el día 3 de enero participa gente vestida de rojo.
“Viendo el modus operandi, el desarrollo de los videos que se han mostrado, recuerdo la ‘Marea Roja’ que fue inventada por el priismo mexiquense en los tiempos en que Isidro Pastor era presidente del Comité Estatal del PRI”. Pastor es hoy en día secretario de Transporte del gobierno de Eruviel Ávila.
A León le queda claro que la estructura priista está operando este “desencuentro social”: “La masa por sí misma no se conduce de manera caótica”. Y en los videos, abunda, se puede ver a la gente con camisetas rojas dando instrucciones.
“Estamos en un escenario en el que lo que el gobierno busca es infundir miedo, que la gente se atemorice, que deje de participar, que se prefiera el gasolinazo antes que el caos, que haya pretexto para la represión.”
Los saqueos, reconstruye, duraron entre 10 y 15 minutos; en cada uno operan entre 50 y 150 personas por grupo, y todos los ataques ocurrieron en zonas controladas básicamente por agrupaciones priistas: “Son partes de amplia participación priista, donde el PRI tiene controles en sitios aledaños a los centros comerciales donde se registraron los saqueos”.
Recuerda que la “Marea Roja” –o los “camisas rojas”– es una estructura electoral priista surgida entre 2000 y 2003 para movilizar el voto en favor de dicho partido. Fue orquestado por los comités seccionales de ese partido. Fue efectivo y ese modelo se extrapoló a escala nacional.
“Cuando uno ve cómo están operando, uno no puede evitar remitirse a aquellos años en que la ‘Marea Roja’ operaba electoralmente. Pero ahora se dejan ver en el conflicto social, el caos, el saqueo, la violencia a centros comerciales.”

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