Veracruz fue una de las entidades más vapuleadas por la reciente ola de saqueos. Hubo más de cien robos multitudinarios. Y, por paradójico que suene, todo el fenómeno se ve demasiado “ordenado” como para pensar que haya sido espontáneo, según admiten las propias autoridades del estado. El gobernador –quien apareció en un extraño video en las redes sociales tratando de contener el vandalismo– asegura que ya sabe quién instigó la asonada, pero no lo ha dado a conocer, y, de hecho, su gobierno ofreció medio millón de pesos a quien lo revele…
XALAPA, Ver.- En 48
horas (miércoles 4 y jueves 5), un centenar de tiendas Chedraui,
Aurrerá, Coppel, Soriana, Contino, Oxxo, Yepas, Bamba, de empeño,
farmacias y cinco gasolineras fueron atacadas por vándalos,
organizaciones delictivas, civiles de colonias populares, pandilleros y
estudiantes menores de edad, tras el incremento a los combustibles
conocido como gasolinazo, impuesto por el gobierno federal.
La ola
de saqueos orilló al gobernador Miguel Ángel Yunes Linares a anunciar
la tarde del jueves 5 que 250 elementos de la Gendarmería Nacional
reforzarían la seguridad en la entidad. Aseguró que habrá 10 años de
cárcel “o más” para los autores intelectuales de los saqueos: se les
acusará de robo agravado, lesiones, “motín y terrorismo”. También
ofreció 500 pesos en vales de despensa a las amas de casa que saqueaban
el Chedraui Plaza Las Brisas.
Con las críticas desatadas en redes
sociales, una hora después y en rueda de prensa, negó que fuera a
“negociar con saqueadores” y sólo prometió comida en caso de desabasto.
Los policías federales llegaron el viernes por la mañana y contuvieron
el saqueo en la zona turística, pero no más al sur.
Mediante
reportes en vivo, la ciudadanía observó –encerrada en sus casas– cómo
vándalos irrumpían en el Soriana y el Coppel del Núcleo Deportivo, en la
zona norte del puerto de Veracruz. Ahí hurtaron motocicletas,
refrigeradores, lavadoras, aires acondicionados, juegos de video y otros
electrónicos y objetos ajenos a la canasta básica.
Las
fotografías en el Chedraui Ponti, en tanto, eran elocuentes: medio
millar de personas robándose hasta la cortadora de jamón. Los carritos
del supermercado se veían repletos de juguetes, ropa y ferretería;
señoras y jovencitas se arrebatan discos y latas de comida.
Los
saqueos, sólo en el puerto, Boca del Río y el conurbado de Medellín, se
extendieron como en un “operativo carrusel” a tiendas, almacenes de
electrónicos, casas de empeño. Persistieron toda la mañana y hasta
entrada la noche del jueves. El último corte de la Secretaría de
Seguridad Pública (SSP), dado el viernes 6 por la mañana, daba cuenta de
más de 300 detenidos. Sólo nueve de ellos tenían antecedentes penales u
órdenes de aprehensión.
“Fueron ataques de manera simultánea,
pareciera que estaban orquestados para ir atacando plaza por plaza en la
zona norte de la ciudad y después en la norponiente”, expresó el
titular de la SSP, Jaime Téllez Marie.
El fiscal estatal, Jorge
Winckler, dijo que se habían dado instrucciones a los jueces de control
de la zona conurbada para negar el auto de libertad a todos los
detenidos, y que enfrentaran así su juicio “tras las rejas”.
Este
anuncio provocó que en el llamado “Penalito” de Playa Linda, padres de
familia, amigos y familiares de los saqueadores se enfrentaran a golpes
con los policías estatales.
Los saqueos se extendieron a Tierra
Blanca, Agua Dulce, Ciudad Isla, Paso del Macho, Minatitlán y
Coatzacoalcos, tanto que, de forma poco ortodoxa y sin entrar en
detalles, el secretario de Gobierno, Rogelio Franco, ofreció recompensas
de medio millón de pesos a quienes “denunciaran” y “dieran pormenores
de ubicación” de los principales instigadores de los saqueos.
Operativo Yunes
Con
apenas 35 días en el gobierno, Yunes Linares –quien desde hace 20 años
aspiraba a gobernar Veracruz– decidió la tarde del jueves 5 ir a
corretear y dispersar a saqueadores en la Plaza Las Brisas.
Acompañado
de Winckler Ortiz, de Téllez Marie y de un pequeño grupo de policías de
la Fuerza Civil, Yunes Linares bajó de un helicóptero en el
estacionamiento del centro comercial, encaró y persiguió a jóvenes
saqueadores, y pidió a mujeres y hombres que se retiraran del sitio para
“evitar una detención”.
Winckler devino community manager del
mandatario, pues se dedicó a transmitir en vivo por Facebook el extraño
operativo del gobernador panista-perredista. Ahí mismo, Yunes prometió
“iniciar pláticas” con empresarios de todos los centros comerciales para
garantizar el abasto de alimentos.
También dijo que fue detectada
una banda de asaltantes oriundos de Minatitlán que había llegado a
Veracruz-Boca del Río para delinquir. Y aseveró que ya tiene
identificados a los autores intelectuales del llamado a los saqueos.
En
internet, mientras tanto, se difundieron masivamente videos de marinos,
policías estatales y soldados disparando al aire en un intento de
dispersar a la turba de saqueadores. Algunos veracruzanos crearon la
etiqueta #MeDuelesVeracruz. Y mientras algunos ciudadanos apoyaban la
intervención de Yunes contra los ladrones, otros lo tildaban de “loco” y
de haber montado “un circo”.
El caos en Veracruz se agravó porque
el mismo jueves 5, centenares de transportistas de la Alianza Mexicana
de Organización de Transportistas cerraron accesos carreteros
estratégicos para repudiar el gasolinazo. Así, tomaron la autopista
Coatzacoalcos-Minatitlán en los cruces de Las Matas y Canticas, también
la Insurgentes y el puente Patria Libre en Minatitlán; los accesos a Las
Choapas, municipio colindante con Tabasco, y en Acayucan bloquearon el
acceso a la cabecera de San Juan Evangelista y la carretera federal
Sayula-Ciudad Alemán.
En el puerto de Veracruz taponaron las
entradas a la ciudad. Así, las líneas de autobuses ADO, AU y TRV
tuvieron que suspender su servicio toda la mañana del jueves 5.
Yunes
Linares reprochó que para el aumento en los combustibles, el presidente
Enrique Peña Nieto no haya consultado a los gobernadores de las
entidades, a sabiendas de que el malestar ciudadano se desataría.
Y,
de hecho, el descontento y la violencia llegaron al homicidio: un joven
murió en Agua Dulce al ser arrollado por vándalos que huían de la
policía en una camioneta, tras hurtar electrónicos de un Coppel. Y en el
puerto de Veracruz dos presuntos saqueadores fueron abatidos a tiros
por hombres desconocidos en la unidad habitacional Palmas del Coyol.
En
Veracruz-Boca del Río, la mayoría de comercios de ropa, zapatos,
electrónicos, refacciones y otros insumos cerraron sus puertas durante
los tres días de saqueo. La zona de los portales y el malecón de
Veracruz, de tradición turística centenaria, se vieron vacíos.
En Coatzacoalcos, Xalapa y Boca del Río, las tiendas Liverpool y los negocios vecinos de éstas decidieron cerrar el jueves 5.
Este
reportero solicitó de manera formal a la SSP y a la Fiscalía General
datos concretos sobre el número total de denuncias penales interpuestas
por empresarios, las averiguaciones previas comenzadas contra los
líderes de los saqueos y el número de detenidos en flagrancia. Al cierre
de esta edición el gobierno de Yunes Linares no había respondido.
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