1/11/2017

Los periodistas pal café. . . .



La Ley de Seguridad Interior va. Ayer, el Congreso de la Unión mostró una peculiar celeridad para atender los reclamos ciudadanos contra el aumento a las gasolinas, pero no en el sentido que éstos demandan, dar reversa a dicha alza, sino en la pavimentación del camino jurídico para que las fuerzas armadas puedan intervenir abiertamente en casos de protestas sociales o movilizaciones populares que afecten al sistema (como las que se han producido por todo el país en estos primeros días del año).
Es significativo el acomedimiento de órganos legislativos federales para trabajar de manera conjunta y veloz en el procesamiento de las iniciativas relacionadas con el tema. Desde diciembre del año pasado, personajes relevantes de las cámaras de Diputados y de Senadores habían prometido al general Salvador Cienfuegos Zepeda y al almirante Vidal Francisco Soberón Sanz (titulares de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, respectivamente) que sus necesidades de adecuación legal serían atendidas de manera satisfactoria.
Tras el beneplácito de las bancadas priístas estaba la instrucción precisa de Los Pinos para dar a los militares el marco legal que demandan para seguir adelante con las faenas que durante una década han realizado fuera de ese encuadre, en un contexto de discrecionalidad e ilegalidad que preocupa a los jefes de los soldados y los marinos por cuanto sus acciones, con mucha frecuencia excesivas, violatorias de derechos humanos y causantes de muertes en general, ejecuciones, tortura y otros delitos, puedan ser denunciadas ante organismos internacionales, con capacidad jurisdiccional para imponer castigos a esas fuerzas armadas y, en especial, a sus responsables institucionales.
Ayer, para reiterar la postura de Los Pinos, estuvo con las comisiones legislativas unidas el consejero jurídico de Enrique Peña Nieto, el expansivo Humberto Castillejos Cervantes, quien, al igual que el coordinador de los diputados priístas, el mexiquense César Camacho Quiroz, difunde la generosa versión de que, en realidad, los necesitados de esa ley de seguridad interior son los ciudadanos, y no tanto los militares. Esa tentativa de justificación está hermanada con el argumento esgrimido por el peñismo respecto del gasolinazo: según esa interpretación, los mexicanos deberían estar agradecidos de que con ese mayor desembolso por las gasolinas les sean sostenidos programas sociales que de otra manera no se podrían financiar. Respecto de la militarización legalizada del país, la coartada pretende hacer creer que con la nueva ley habrá menos abusos y delitos, pues las fuerzas armadas estarán reguladas. ¡Gracias, san Enrique de Los Pinos, por (tantos) favores recibidos!
En todo caso, en febrero deberá estar todo listo para la aprobación mayoritaria de esa ley. En el curso del presente mes habrá audiencias diversas (en alguna de ellas participarán expresamente los representantes de los militares) para cumplir con el formato de la consulta a los interesados. En términos políticos, será un triunfo nervudo de los militares, en la única salida explícita al foro político que han realizado los jefes de esas fuerzas desde la institucionalización posrevolucionaria. Nunca se había visto a un secretario de la Defensa Nacional en abierta presión al Poder Legislativo y con independencia declarativa respecto del Poder Ejecutivo, dejando incluso una sensación, no diluida hasta ahora, de que el quepí de cuatro estrellas amenazaba al de cinco estrellas con dejar botado el patrullaje nacional, relacionado con el crimen organizado, si no se le concedía la exigencia del marco jurídico adecuado.
Los actos de vandalismo inducido que se produjeron en el entorno del desbordamiento de la protesta popular contra el gasolinazo habrán servido de acicate a legisladores y gobernantes para acelerar el proceso de aprobación de esa ley que permitirá legalmente la intervención abierta de Ejército y Marina en el sofocamiento de actos que alteren la seguridad nacional. Como si toda esa parte, de los saqueos y la delictividad desatada, hubiese sido parte de un libreto provocado.
Hoy, Donald Trump tiene programada una conferencia de prensa. La vulnerabilidad de México es tal, que ese hecho informativo genera angustia económica, a tal grado que la paridad cambiaria llegó a poco más de 22 pesos por dólar, en un máximo histórico que parece destinado a ser rebasado en poco tiempo si se materializan los peores escenarios en la relación con el vecino país. El Banco Mundial, por su parte, predice una desaceleración económica en México durante el año en curso, que sólo permitirá un crecimiento de 1.7 por ciento. Ah, pero el representante de Trump en México, Luis Videgaray Caso, ha dicho que el jefe Donald es un hombre de diálogo y negociación. También dijo el organizador de la electoral alfombra roja a Trump en Los Pinos que volvería a hacer el numerito, pero con mejor preparación.
Una lectora aportó su respuesta a la pregunta peñista de ¿qué hubieran hecho ustedes?: “no desarrollaría programas como el de inclusión digital, entre cuyos propósitos está promover la equidad y que, en la realidad, sólo favoreció a 22 entidades dentro de las que no se encuentran las más pobres y con los más bajos indicadores educativos como Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán. No debemos pensar mal y creer que esa marginación intencionada tiene un tono político. Mucho menos si ese programa, ya evaluado por la Presidencia de la República, no funcionó en el sentido de mejorar la calidad educativa y hoy se va a replantear para habilitar aulas digitales en las escuelas primarias, cesando la entrega de tablets. Por supuesto este programa fallido, como casi todo lo que tiene que ver con la ‘reforma educativa’ al estilo Margaret Thatcher, que aún no ha concluido en México, sirvió para generar grandes ganancias a los proveedores de equipos y permisos para el uso de redes y aplicaciones. Todavía le quedan a Peña (Trump, antes Thatcher) dos años... y ¿a nuestro país? ¿Cuánto oxígeno le resta?” ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx




No sería mala idea que los presidentes del panismo, Vicente Fox y Felipe Calderón, fueran llamados a cuentas para que aclaren dónde quedó el dinero que pidieron prestado. Ernesto Zedillo entregó el gobierno con una deuda pública en torno a un billón de pesos, y al concluir el de Calderón había aumentado a 6 billones, aproximadamente. ¿Por qué no pagaron o abonaron sustancialmente la deuda todavía manejable que heredaron de Zedillo? Refinerías, sólo las prometieron, después supimos por qué. Ahora son 9 billones, con los 3 que ha añadido Peña Nieto. Una de las causas de la crisis –¿ya podemos llamarla así?– que vivimos es la deuda y los altos intereses que tenemos que pagar a los acreedores. El Banco de México no encuentra medicina eficaz para detener la caída de la moneda. Ya probó subastar dólares, subir (cinco veces) la tasas de interés, venta directa de divisas en el extranjero, sin embargo, ayer el dólar saltó a 22 pesos. Andrés Jaime, analista del banco Barclays, citado por Bloomberg, dice que sería conveniente negociar una extensión de la línea de crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI). México cuenta con 176 mil 500 millones de dólares en reservas internacionales, o 264 mil 500 millones de dólares en total contando la línea de crédito flexible del FMI por 88 mil millones. Una ampliación del apoyo del fondo daría tranquilidad. El último que sufrimos fue en la crisis de 1994, cuando se formó un pool promovido por el presidente Clinton, en el que participaron varias entidades, entre ellas el FMI. Vale decir que Zedillo pagó hasta el último dólar. La línea de crédito actual no se ha tocado, ahí está, como arsenal de reserva para una fuga masiva de capitales. Las apuestas de los especuladores de Chicago siguen favoreciendo al billete verde, según el más reciente reporte del Banco Santander. Está en poder de extranjeros la mitad de los bonos (préstamos) M3 del gobierno federal, que globalizan 138.9 mil millones de pesos.
Afores devolverán ahorros
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Uno de los puntos importantes del acuerdo que ayer suscribió el gobierno federal con los sectores empresarial, obrero y campesino –aunque Coparmex no quiso firmar– contempla la posibilidad de que los adultos mayores que carecen de una pensión puedan recuperar las aportaciones que hayan realizado al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR). El secretario de Hacienda, José Antonio Meade, dijo que se buscará activamente a más de 3.5 millones de personas para regresarles más de 50 mil millones de pesos que tienen en el SAR, como apoyo para su economía familiar. (Saquen cuentas: los van a hacer ricachones, como si se sacaran el Melate.) Hay que seguir esto muy de cerca. En el sexenio de Fox desaparecieron más de 20 mil millones de pesos porque supuestamente nunca habían sido reclamados.

La pregunta difícil
La dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales, ha expresado su posición en el tema del gasolinazo a través de su cuenta de Twitter. Se ha sumado al descontento general y afirma que el gobierno es insensible a la problemática que viven los mexicanos. Ayer realizó una encuesta vía Twitter en la que pregunta: ¿Qué opinas de las medidas impulsadas por el gobierno? Propone estas opciones: a) son insuficientes, b) son adecuadas, c) las apoyo y d) no las apoyo. Le faltó agregar ésta: ¿qué opinas de que el PRD haya votado en favor del Pacto por México y la reforma fiscal? Cabe recordar que recientemente hizo ruido su declaración 3 de 3, al dar a conocer un capitalito de 12 millones 430 mil 671 pesos y propiedades por 24 millones 732 mil. Así es nuestra izquierda moderna.
Ombudsman social



En el primer Foro Oslo del Premio Nobel de la Paz participaron los dos máximos geoestrategas vivientes de Estados Unidos (EU): el israelí-alemán-estadunidense Henry Kissinger (93 años) y el polaco-canadiense-estadunidense Zbigniew Brzezinski (88 años), con el tema EU y la paz mundial después de la elección presidencial (https://goo.gl/LtgX3n).
Ya revisé la postura involutiva de Brzezinski, quien ha pasado de la unipolaridad de EU a un G-2, que China rechazó, y ahora no tiene más remedio, pese a su sicopatológica rusofobia, que aceptar el reacomodo global de un G-3: EU/Rusia/China (https://goo.gl/JFxEQl).
Donald Trump –quien se inclina por un etéreo G-2 de EU y Rusia, mientras adopta una postura hostil contra China– recibió con bombo y platillo a Kissinger, polémico ex asesor de Seguridad Nacional de Nixon y Ford.
Kissinger insinúa un sutil G-2 de EU con Rusia, sin incorporar a China a un G-3 (https://goo.gl/mxIu9i). Intenta operar la misma ruptura de 1971, pero esta vez a la inversa, cuando atrajo a China a una alianza subrepticia con EU frente a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, lo cual, como reconoce en sus voluminosos libros, otorgó profundidad estratégica a China y a EU, para que éste se apoderase de Medio Oriente.
Hoy Kissinger, ¡46 años más tarde!, parece apoyar una alianza de EU y Rusia, esta vez, contra China. En su reciente ponencia en Oslo, diagnostica la lamentable (sic) condición del sistema internacional (https://goo.gl/5SG60z) simbolizada por la competencia latente entre cuatro cosmogonías del orden mundial: 1. El orden europeo de Westfalia de 1648 (¡de hace 365 años!); 2. El islámico (¡supersic!); 3. El chino, y 4. El estadunidense.



Desde el comienzo sexenal todo fue maquillaje: en el gobierno peñanietista cotidianamente presumían la fortaleza económica del país, una solidez envidiada por la comunidad de naciones y uno de los mayores crecimientos en el contexto internacional, al tiempo que manejaban prudentemente la deuda pública que crecía a pasos agigantados, garantizaban un futuro promisorio con las reformas estructurales que llevaría a los mexicanos a vivir como noruegos, combatían la corrupción y el inquilino de Los Pinos ejercía un liderazgo firme y sin parangón.
Se llenaron la boca de autoelogios, y a lo largo de cuatro años el discurso, duro que te dale, no modificaron una sola letra, mientras la cruel realidad hacía su chamba y demostraba exactamente lo contrario de lo cacareado en las altas esferas gubernamentales, es decir, que México una vez más estaba en el hoyo, o mejor dicho que nunca salió de él. La gravedad económica es más que obvia y si el discurso oficial nunca sirvió como mediana referencia, ahora mucho menos.
Todos los males, todos los achaques, los atribuyeron a factores externos y a una volatilidad pasajera que, obvio es, viene de afuera –como el mega gasolinazo–, porque internamente la solidez y la fortaleza eran la norma. La realidad puntualmente invalidó esos pretextos, pero el siempre creativo equipo que sí sabe gobernar encontró una nueva mina: el causante de todo es Donald Trump, el cual, si bien es un hijo de puta, sólo hasta ahora tiene influencia y toma decisiones que afectan a México, aunque ya Peña Nieto le puso un mayordomo del año para lo que se le ofrezca.
Inteligente, como siempre, el gobierno peñanietista primero sorraja el martillazo y se queja por la reacción de los mexicanos. ¿Qué gobierno, en sus cabales, aumenta de un plumazo los precios de los combustibles hasta 24 por ciento? Y reclama a los ciudadanos su airada reacción, cuando es él quien en realidad es el que ha exacerbado los ánimos.
Primero muerto que reconocer el abuso, pero para tapar su exceso comete otro: presenta en sociedad un acuerdo hecho sobre las rodillas, pésimamente armado, pletórico de nada y en el que nadie cree. Además, provoca a sus aliados naturales, los patrones, quienes lo mandan a paseo.
Pero bueno, la realidad nacional ha hecho su chamba y ubicado al propagandístico saving Mexico en su exacta dimensión: sinking Mexico. Cómo estará el ambiente, que hasta el sempiternamente optimista José Angel Gurría, ahora en funciones de secretario general de la OCDE, ya no ve lo extraterrestre por ninguna parte. A finales del sexenio calderonista este personaje de la zoología política nacional presumía, urbi et orbi, que la economía mexicana casi es de otro planeta y está en otra dimensión, y ello era posible gracias, afortunadamente, al trabajo de tantos años, según dijo.
Porrista oficial de la tecnocracia mexicana, parece que el tamaulipeco superó etapas y ahora, más terrestre que nunca, se queja –sabiamente, como siempre– de que México crece a la mitad (a una tercera parte, en realidad), pero no podemos seguir creciendo más con los niveles de pobreza y desigualdad que tenemos. ¡Eso es!: no es el modelo económico el que genera pobreza y desigualdad, sino éstas las que impiden que México crezca como debe. Y eso es así, según él, porque la economía mundial lleva cinco años en una trampa de bajo crecimiento (y México 34 años).
Durante su estancia en la Secretaría de Hacienda otro maquillista fracasado, Luis Videgaray, aseguraba que la vertiginosa devaluación del peso era inexistente, pues en realidad lo que sucedía era que el dólar era el que se apreciaba rápidamente, y muestra de que no pasaba nada malo era que en el contexto internacional nuestra divisa resultaba ser una de lasmenos afectadas por la volatilidad pasajera.
Pues bien, ayer el tipo de cambio alcanzó nuevo nivel histórico: 22.40 pesitos por billete verde (léase 22 mil 400), y ha quedado claro que la divisa mexicana se cuenta entre las más vapuleadas del mundo, con todo y que en lo que va de 2017 el Banco de México ha inyectado más de 3 mil millones de dólares para fortalecer a nuestro bilimbique.




En Chicago, ciudad en la que desarrolló buena parte de su carrera de activista social y de político, el presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció un mensaje de despedida sin duda emotivo, no exento de autocomplacencia, pero tampoco de autocrítica y de visión crítica ante el incierto horizonte de su país en el futuro inmediato. No es para menos: en nueve días tendrá lugar la sucesión presidencial más preocupante de cuantas han tenido lugar en la superpotencia, con el presidente electo más rupturista de que se tenga memoria.

Acciones contra México, similares al bloqueo a Cuba
Desde el inicio de su campaña por la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump nos utilizó para promocionarse, la desgraciada invitación del presidente Enrique Peña Nieto le sirvió para dar seriedad a sus ambiciones. Las acusaciones generalizadas a todos nuestros compatriotas tuvieron eco en los estadunidenses xenófobos. En una supuesta democracia con un sistema electoral absurdo (no ganan votos, sino delegados) es ahora presidente electo; con odio irracional hacia nosotros, ha iniciado un bloqueo económico similar al utilizado por 60 años contra Cuba, que gracias a su pueblo y líderes excepcionales fracasó estruendosamente. Nos deben servir de ejemplo.

En las últimas semanas se habla en la opinión pública de los reacomodos en la conferencia de obispos, a raíz de cambios por venir. Sabemos que por disposición canónica es inminente la renuncia que Norberto Rivera debe presentar al papa Francisco en junio. El relevo puede prorrogarse, recordemos que el tiempo en cuestiones eclesiásticas corre en otro carril y la velocidad es diferente. Pese a ello, ya se hacen balances y análisis de 22 años al frente de una de las arquidiócesis más grandes y más complejas del mundo católico, sólo comparable a las arquidiócesis de Milán, Los Ángeles y Sao Paulo. A lo largo de estas más de dos décadas, el cardenal ha estado marcado por escándalos mediáticos y confrontaciones en las políticas públicas de este país y asuntos internos de la Iglesia. El cardenal Rivera ha construido una imagen intransigente e iracunda en polémicas en torno al aborto, la píldora del día siguiente, los homosexuales, el papel de la mujer en la sociedad, la eutanasia, etcétera. Sin embargo, pocos le perdonan la defensa que hizo en su momento de Marcial Maciel y la protección que dio a pederastas como Nicolás Aguilar. Han sido batallas culturales en las que el cardenal parece acostumbrado a ser el ojo del huracán. En diversas ocasiones el cardenal ha sido ofendido, la catedral ha sido tomada y ha sido extorsionado. En los medios y cartones políticos aparece como un personaje de doble moral, con un cinismo católico bipolar. O sus apodos: Cavernal Rivera o Arzobispo primate de México (cf. Germán Dehesa). Después de la visita del papa Francisco a México y la polémica nacional sobre los matrimonios igualitarios, el cardenal resultó severamente sacudido mediáticamente, al extremo de que diversos artículos de opinión se metieron con el ano del cardenal. ¿Cómo entender la fallida construcción del personaje eclesiástico? ¿La sociedad mediática secular es tan intolerante, tan anticlerical que se regodea despedazando al religioso? Creemos que es el propio cardenal el responsable de su imagen de obcecación conservadora.

Atentos a las posibilidades de complicadas y hasta rijosas relaciones con la futura administración de Donald Trump en Estados Unidos (EU), los centros de estrategia chinos no pierden el tiempo. Parten de suponer que una guerra comercial entre estas dos potencias es factible y se preparan para hacerle frente. Llevar a este extremo las suposiciones del trato económico bilateral los obliga a revisar sus muchas debilidades y dependencias. Pero también, analizan, con prudencia y realismo, las armas de ataque y defensa a su disposición. Las rasposas referencias del republicano a las manipulaciones del yuan por los chinos han sido, como lo acostumbra el magnate, no sólo constantes, sino también intemperantes. Los chinos no piensan dejarlo para cuando sobrevenga el cambio de poderes en Washington, porque las líneas de actuación posibles ya están mostradas hasta de manera burda y soberbia. Saben que un personaje como Trump no cambiará de repente su volátil manera de ser y actuar, aun cuando sea sujetado por las presiones inherentes al poder de gran escala.

Ayer el líder laborista inglés Jeremy Corbyn se declaró en favor de que en Inglaterra se declare un salario máximo; es decir, un tope superior de cuánto puede recibir un individuo como remuneración por su trabajo. El principio no me parece malo. El dinero entre quienes tienen ha llegado hoy a extremos obscenos.

El dictador de Guinea Ecuatorial Teodoro Obiang, que llegó al poder en 1979 y lleva ya 38 años sentado en la silla presidencial, no se anda por las ramas. Su hijo Teodorín es su vicepresidente desde el año pasado, electo con la misma aplastante mayoría que su padre, más de 90 por ciento de los votos.

El gobierno mexicano impuso el fuerte aumento en los precios de la gasolina por una razón: ha optado por regresar a la austeridad y lo que se denomina el superávit primario. Es muy importante analizar las causas que llevan al gobierno a esta elección, que corresponde a un poderoso mito neoliberal y conlleva la descomposición del Estado mexicano.

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Imposible mirar la obra de Otto Dix impunemente Foto Yazmín Ortega Cortés

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