1/13/2017

Por Trump, Peña tiene que cambiar otra vez al embajador en EU


“La determinación de Trump de renegociar al TLCAN, obligó al presidente Peña Nieto a designar a un nuevo embajador con mucha experiencia en el tema comercial”, dijo a esta columna una fuente de Los Pinos.
“Esta semana, en la Reunión de Embajadores y Cónsules (REC) en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), se le notificó al embajador Sada que sería sustituido”, agregó la fuente de Los Pinos que habló telefónicamente con el reportero bajo la condición de que no lo identificara por nombre.Una vez que Trump asuma la Presidencia, el gobierno de México enviará casi de inmediato al nuevo gobierno estadunidense la solicitud de beneplácito para la misión de Gutiérrez.
Fuentes diplomáticas mexicanas consultadas para este despacho, aseguraron que la decisión de enviar a Gutiérrez por Sada no fue de Peña Nieto, sino del nuevo secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, quien se estrenó en el puesto al inaugurar el LV encuentro de la REC.

Videgaray, quien se reconoció aprendiz de la diplomacia, es amiguísimo de Gutiérrez desde hace muchos años y siempre lo ha tenido en gran estima y consideración.
A los embajadores y cónsules, pero de manera especial a Sada, les sorprendió la presencia de Gutiérrez en la REC.

El nuevo representante diplomático de México en Estados Unidos estuvo sentado en primera fila el día que Videgaray dio su discurso para inaugurar el encuentro de los diplomáticos en la SRE. No solo eso, en la comida que ofreció el “aprendiz” al cuerpo diplomático mexicano, Gutiérrez, su cuate, se sentó con él en la mesa de honor, donde solo se habían colocado los nombres de subsecretarios. Ante tal hecho, muchos entendieron el mensaje, otros no.
Al principio, el rumor en los pasillos de la SRE por la presencia de Gutiérrez, fue que Videgaray lo designaría subsecretario de Relaciones Exteriores para America del Norte, en relevo de Paulo Carreño King, quien dejará esa posición en la misma semana que Trump asuma la presidencia de Estados Unidos. No obstante, al concluir la primera jornada de la REC, (el lunes 9 de enero por la tarde) corrió como reguero de pólvora la noticia de que a Sada Videgaray le había notificado que Gutiérrez ocuparía su lugar.
Los dolores de cabeza que Trump ha dado a Peña Nieto comenzaron el 16 de junio de 2015, ese día el ahora presidente electo nos etiqueto a todos los mexicanos de ser criminales, violadores y narcotraficantes. Trump prometió que de ganar la presidencia no solo deportaría a los más de siete millones de mexicanos indocumentados de su país, sino que construiría un muro en la frontera para contener el flujo de personas y de drogas y que obligaría al gobierno mexicano a pagar los costos del proyecto. El profesor Miguel Basañez, amigo por muchos años de la familia Peña Nieto, pero sobre todo del padre del presidente, llevaba apenas un par de meses como embajador de México en Washington cuando Trump anunció su candidatura.
En la SRE causó indignación el nombramiento del profesor Basañez, porque era vox populi la ignorancia diplomática del amigo del papá del presidente y muy reconocido su protagonismo académico. En los primeros meses en la embajada, el profesor Basañez se dedicó a promover un libro que escribió y dicha ignorancia diplomática y carencia de astucia política para contener a Trump, le costaron el puesto a tan solo siete meses de su misión. El hijo de su amigo lo corrió de una manera muy fea. Claudia Ruiz Massieu, que había reemplazado a José Antonio Meade en la SRE, se encargó directamente de despedir al profesor Basanez.
Ante las embestidas del entonces candidato Trump, pero tal vez con la confianza que tenían muchos en México, en Estados Unidos y en el mundo entero de que Hillary Clinton, la candidata demócrata, tenía más posibilidades de ganar la Casa Blanca que el multimillonario enemigo de México, Peña Nieto designó a Sada para ocupar la titularidad de la embajada.
Sada contaba con la experiencia necesaria en el manejo de la relación bilateral y de la política estadunidense; había sido cónsul general en Chicago, Nueva York y Los Ángeles (lo era cuando recibió la orden de mudarse a la capital estadunidense) y fue encargado de la relación con el Capitolio en la misma embajada en Washington.
En agosto del año pasado, Videgaray, entonces Secretario de Hacienda, el asesor con más poder en todo el gabinete de Peña Nieto, orquestó un evento ignominioso que eventualmente le costó el puesto: consiguió que Trump, el enemigo de México, fuera de visita a Los Pinos casi en calidad de jefe de Estado, y que en el mismo suelo mexicano que en su país maldice, hiciera proselitismo y se burlara de todos. La ira e indignación que causó la visita a los mexicanos, obligó a Pena Nieto a despedirlo de Hacienda, pero solo en papel… Videgaray jamás dejó de ser el asesor más cercano, influyente e importante del presidente.
Los avatares del destino y la irracionalidad del electorado estadunidense dieron un giro inesperado, Trump derrotó a Clinton y Videgaray se sintió reivindicado. A su amigo, Peña Nieto lo asumió como un mesías y gran sabueso de la política (siempre lo ha considerado así) y decidió reintegrarlo a su equipo para ocupar el lugar de la sobrina de Carlos Salinas de Gortari, quien con la victoria de Trump le pareció ya un elemento desechable. El resto de la película es historia.
Gerónimo Gutiérrez es actualmente director Gerente del Banco de Desarrollo para America del Norte (BDAN), por lo que es indudable su amplio conocimiento en el teje y maneje del Tratado de Libre Comercio de America del Norte (TLCAN) que Trump quiere renegociar y hasta exterminar. De ahí que Videgaray, amén de su amistad incondicional, lo nombrara como el nuevo embajador en el país con la relación más importante para México.
En el sexenio de Vicente Fox, Gutiérrez fungió como subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, después para América Latina y el Caribe, y posteriormente fue subsecretario de Gobernación.
De 1992 a 1994, trabajo como director de la Coordinación de Hacienda y Crédito Público y luego como asesor de Banobras.
Gerónimo Gutiérrez Fernández es licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene el grado de maestro en administración pública por la Escuela de Gobierno, John F. Kennedy, de la Universidad de Harvard.

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