Foro de la cineteca
Carlos Bonfil
Una elegía de lo cotidiano. A
Frederick Wiseman se le considera el observador más maliciosamente
incisivo de la vida cotidiana en Estados Unidos. Lo mismo en sus vastas
radiografías documentales de los ámbitos rurales y urbanos de ese país,
que en la exploración de sus instituciones más emblemáticas,
adentrándose en el corazón mismo de las instituciones, en la impartición
de la justicia, la atención médica, la enseñanza o la vida cultural,
adoptando un estilo de filmar muy distintivo en el que prescinde de
comentarios externos e intervención de un narrador, de juicios morales o
interpretaciones redundantes, para sólo captar en vivo el pulso de la
actividad humana. En México se conoce gracias a los festivales, parte
sustancial de su vasta filmografía, y entre las sorpresas más recientes
figura su estupenda descripción del bullicio multicultural de un barrio
populoso en Queens, Nueva York. In Jackson Heights (2015) fue
uno de sus trabajos que mejor ha capturado la diversidad cultural del
país estadunidense y la vitalidad y aportes de sus flujos migratorios,
precisamente en el momento en que un conservadurismo político extremo
comenzaba ya a cuestionarlos y a negarles la esencia de su legitimidad.
En Monrovia, Indiana (2018) el documentalista ha elegido para su
observación un sujeto social muy diferente. De la visión panorámica
anterior transita ahora a cuestiones más específicas, y en lugar de
transmitir el rimo vital de las grandes concentraciones urbanas se
concentra en la actividad de grupos muy pequeños de la ciudad de
Monrovia, en el estado de Indiana, donde la población apenas llega a dos
mil habitantes. Del país multirracial observado anteriormente, pasa
Wiseman aquí a una comunidad mayoritariamente blanca, y de aquella
diversidad de creencias religiosas y credos políticos en Jackson Heights
ofrece ahora la homogeneidad apabullante de un conservadurismo político
muy arraigado y de una fe cristiana, también omnipresente, donde la
única brecha detectable es la práctica marginal de la francmasonería.
Monrovia, Indiana reúne una variedad de viñetas sobre la vida diaria
de los habitantes en este poblado del tradicional cinturón bíblico
estadunidense. Actividades en la granja con la cría de cerdos, registro
del procesamiento de alimentos destinados a un supermercado,
instantáneas de actividades deportivas (futbol y basquetbol, orgullos
locales), y de esparcimiento. Visitas a clínicas veterinarias y salones
de belleza, a negocios de tatuajes y a una subasta de camiones, ofertas
de colchones que incluyen un rápido curso sobre la acción de los ácaros y
la acumulación indetectable de los fluidos corporales, ritos
religiosos, ceremonias nupciales y un funeral con sus respectivos
sermones pastorales. Al ritmo a veces trepidante de algunas cintas
anteriores, Wiseman opone ahora un intimismo crepuscular que opera como
una discreta meditación sobre las tradiciones culturales y el sentido
final de la existencia. El viejo filo crítico e incisivo ha quedado ya
un tanto relegado; en su lugar, una suerte de poesía contemplativa de la
cotidianidad impregna algunas de las imágenes y registros realistas del
nuevo documental. Dada la intensa actividad de este realizador
nonagenario, nada impide suponer que su próximo documental bien pudiera
ofrecer la cara opuesta de esta pequeña radiografía bucólica.
Se exhibe en la sala 1 de la Cineteca Nacional a las 12 y 17 horas.
Twitter: @CarlosBonfil1
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