Contra viento y marea el gobierno
federal cumple con su programa de austeridad, y entre enero y agosto de
2019 el gasto programable –operativo– reportó un descenso de 5.2 por
ciento en términos reales, y sólo ocho de 39 renglones posibles
notificaron incrementos en sus erogaciones, siempre en comparación con
el registro de igual periodo de 2018.
De acuerdo con el más reciente reporte que la Secretaría de Hacienda envió a la Cámara de Diputados ( Informe de finanzas públicas y deuda pública enero-agosto de 2019),
el renglón de gasto programable que mayor incremento reportó fue el
correspondiente a Trabajo y Previsión Social, con un aumento de 320.6
por ciento, seguido, en orden de importancia, por las erogaciones en
Bienestar, con 29 por ciento; Defensa Nacional, 10.6 por ciento;
Economía, 9.2 por ciento; Aportaciones a Seguridad Social, 6.7 por
ciento, y Aportaciones Federales a Entidades Federativas y Municipios,
2.2 por ciento. Por su lado, los aumentos en el IMSS y el Issste fueron
de 4.7 y 7 por ciento, respectivamente.
En el marco de la promesa de Andrés Manuel López Obrador de
manejar con prudencialos recursos públicos, los demás sectores del gobierno federal debieron sortear un menor gasto programable, comenzando por la propia Presidencia de la República, cuyas erogaciones, de enero a agosto de 2019, resultaron 84.2 por ciento inferiores, en términos reales, a las registradas en igual lapso de 2018 por el entonces inquilino de Los Pinos, Enrique Peña Nieto.
La diferencia nominal entre lo gastado por Peña y López Obrador en el
periodo de referencia suma 2 mil 100 millones de pesos, un monto 8.5
veces mayor al presupuesto autorizado a la Comisión Reguladora de
Energía para el presente año, o si se prefiere 2.5 más que el
presupuesto de la Secretaría de la Función Pública.
En este sentido, hay que subrayar que el peso económico del Estado
Mayor Presidencial en el presupuesto anual de la Presidencia de la
República era superlativo, pues representaba alrededor de 40 por ciento
del total.
De enero a agosto de 2019 todas las dependencias del Ejecutivo
registraron descensos, en términos reales, en su gasto programable. En
este reglón destacó la Secretaría de Turismo, la cual redujo 74 por
ciento sus erogaciones. Pero en otras instituciones el descenso fue
sensible: Gobernación, 34.8 por ciento; Relaciones Exteriores, 30.5;
Agricultura y Desarrollo Rural, 33.8; Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano, 38.4; Función Pública, 37.6; Hacienda y Crédito Público, 22.7, y
así por el estilo.
Las ahora denominadas empresas productivas del Estado, Pemex y CFE,
redujeron su gasto programable en 4.2 y 1.2 por ciento, respectivamente.
Aunque parezca increíble, el Legislativo también caminó por esa misma
ruta y tales erogaciones las
acotó31 por ciento. El Judicial hizo su esfuercito, pero no tanto, pues fue de 6.3 por ciento en términos reales y en comparación con el ejercido en enero-agosto de 2018.
En el renglón de gasto no programable destaca el destinado al pago
del costo financiero de la deuda pública, el cual se incrementó 10.6 por
ciento en términos reales, de tal suerte que entre enero y agosto de
2019 de las arcas nacionales salieron alrededor de 326 mil millones de
pesos para tal fin, un verdadero lastre, heredado por los gobiernos
anteriores, que impacta en el presupuesto.
En síntesis, la Secretaría de Hacienda informa que de enero a agosto
de 2019 el gasto neto presupuestario fue inferior al programado en 232
mil 100 mil millones de pesos, resultado de un menor gasto programable
de 164 mil 600 millones y de un gasto no programable inferior en 67 mil
500 millones a lo previsto para el periodo.
Las rebanadas del pastel
¿Qué fue de la
gran solución social al México moderno de hoy? (Ernesto Zedillo dixit, en 1997, tras dar el banderazo de salida a las Afore). Pues bien, 22 años después sólo tres de cada 10 mexicanos inscritos en ese sistema sumará suficientes semanas de cotización para tener una pensión.
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