2-0,(relativamente) en paz
Cinturones
cívicos, inoperantes
Yeidckol, ¿adiós a dirigir Morena?
Revés a
Bonilla: dos años en BC
Hubo momentos de tensión
y grupos de encapuchados realizaron pintas, detonaron algún cohetón,
rompieron vidrios y mobiliario urbano y en algunos casos se enfrentaron
con policías. Pero, a fin de cuentas, la manifestación conmemorativa del
2 de octubre transcurrió en lo general en una
normalidadde violencia ya casi rutinaria (esta vez acotada) y permitió recuperar la viabilidad de la movilización cívica sin contratiempos mayores. Pocas mamás y abuelitas (más allá de las previamente sabidas en los archivos policiacos chilangos) habrán de ser notificadas por el presidente López Obrador a causa de que sus hijos o nietos se hubieran portado (demasiado) mal en esta fecha recordatoria de la tragedia de la Plaza de las Tres Culturas. La técnica de amagar desde Palacio Nacional con algún familiar chanclazo reformatorio se cubrió de cierta gloria casi folclórica.
Los cinturones de paz, organizados por el gobierno de la Ciudad de
México desde su propia estructura laboral, se redujeron a una
escenografía sin mayor capacidad disuasoria, prestos a romper filas ante
las amenazas de los encapuchados; ciudadanos impropiamente habilitados
para formar una primera fila de contención ante eventuales alborotos
presuntamente anarquistas, con hileras de policías bien equipados como
barrera de segundo tiempo que en ciertos momentos ensayó las técnicas
del encapsulado de manifestantes que en administraciones anteriores
fueron práctica constante.
Fluida esta conmemoración cívica que no tuvo nada particularmente
violento o escandaloso a reportar. La esencia de la movilización
ciudadana quedó así en primer plano el 2-O: la confluencia de voluntades
deseosas de recordar lo sucedido 51 años atrás, de condenar y repudiar a
los agresores de entonces y de muchos años posteriores, y la
reivindicación de la lucha política como mecanismo de cambio positivo en
nuestro país.
Por otra parte, se mantenía en lo alto el escándalo de las
condonaciones y exenciones fiscales dadas a conocer por el Servicio de
Administración Tributaria (dirigido por Margarita Ríos-Farjat y la
paisana presidencial consentida, Rosalinda López Hernández, esposa del
gobernador de Chiapas y hermana del de Tabasco). Carlos Salinas de
Gortari puntualizó que no tiene relación alguna con la persona moral
denominada
Unidad económica Lic. Carlos Salinas de Gortarique el SAT incluyó en su reporte. Felipe Calderón Hinojosa aseguró que no hubo intencionalidad política para determinar los perdones fiscales ahora revelados.
Y Yeidckol Polevnsky atribuyó a su contador el haber elaborado con
errores algunos trámites fiscales que terminaron llevándola a que le
condonaran más de 16 millones de pesos durante la administración de
Enrique Peña Nieto. La actual presidenta de Morena (¿aún aspirante a
dirigir ese partido en un nuevo periodo o ya con este incidente le queda
el camino libre a Bertha Luján?) y Ana Gabriela Guevara, actual
directiva de la Conade, no recibieron fustigamientos en la conferencia
presidencial mañanera que por incidentes menores suele estallar contra
sus opositores. El presidente López Obrador explicó que estos beneficios
a sus colaboradoras, sin mencionarlas por sus nombres, eran legales. Le
preguntaron:
¿Está usted conforme, cómodo, con que la presidenta de su partido, y una integrante de su gabinete (Ana Guevara), en sus propias palabras: hayan sido predilectas del anterior régimen, porque literalmente se les perdonaron impuestos?A lo que AMLO respondió, benevolente:
Es que eran condiciones toleradas, eran hechos tolerados, les diría yo: legales. Estaban establecidos en la ley, se aplicaban estas medidas de manera legal en Hacienda. Eso sí, en otra parte de la conferencia señaló que es injusto que
existan hijos predilectos, hijas predilectas del régimen, que no pagan o se les condonan los impuestos.
Y, mientras el tribunal electoral federal ha dejado a Jaime Bonilla
sólo con dos años de gobierno en Baja California y no cinco como
tramposamente pretendía el morenista, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
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