CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La razón por la que
Rosario Robles Berlanga está presa es porque la Fiscalía General de la
República (FGR), ofreció una licencia de conducir con un domicilio
distinto al que ella ostentaba y eso fue considerado por el juez Felipe
Delgadillo Padierna, para dictar la prisión preventiva y evitar que
huyera.
El proceso que se le inició es por no haber notificado a su superior
inmediato de las irregularidades que eran de su conocimiento, como parte
de un esquema de desvío de fondos que superan los cinco mil millones de
pesos, suma esta de diversas operaciones en la secretaría de Desarrollo
Social, primero, de Desarrollo Urbano Territorial y Agrario después,
durante los períodos respectivos en que fue titular.
Con el dato del domicilio, la mandó a la prisión de Santa Martha Acatitla.
La información que hasta la tarde del lunes 30 de septiembre circuló,
teniendo como fuente la defensa de la exsecretaria de Estado, es que la
licencia de conducir que aportó la FGR en la audiencia de sujeción a
proceso, era apócrifa y no correspondía a Robles Berlanga.
De ser cierto que la licencia fue apócrifa y que el juez sólo tomó en
consideración ese documento de identidad, es posible que, en breve,
Robles Berlanga quede en libertad para seguir su juicio sin permanecer
en el infierno penitenciario.Sin embargo, es preciso recordar que Rosario Robles ha mentido en
relación a su domicilio. Primero, al afirmar que vivía en el barrio de
Los Reyes en Coyoacán desde hace dos décadas, cuando en ese período se
le conocen diversos domicilios en los que fue inquilina.
Una de esas ocasiones fue la casa que la entonces esposa del
empresario de origen argentino e irregularmente nacionalizado mexicano,
Carlos Ahumada, le rentaba en San Ángel, cuando este y la exfuncionaria,
mantenían una relación sentimental.
La peculiaridad de cada domicilio ocupado por Robles Berlanga, es que
ha sido autentificado como propiedad de sus conocidos, por ejemplo, el
departamento de Tennyson 223, en Polanco, fue rentado al exsecretario de
Comunicaciones y Transportes, compañero suyo de gabinete, Gerardo Ruiz
Esparza, como dio a conocer el portal informativo Animal Político.
Antes de residir en Polanco, vivió en un departamento del complejo de
Reforma 222 que, a diferencia de los otros, en apariencia no tenía
relación directa de amistad con su propietario, pero en el contrato
signado para rentarlo, Rosario ofreció un domicilio en Torreón,
Coahuila, con el que sí tenía relación pues fue propiedad de un familiar
–desaparecido desde 2010—cuya esposa asumió la sucesión patrimonial.
Este último dato es relevante, pues la propietaria de ese domicilio
en la colonia exclusiva Rincón de San Ángel, en la ciudad norteña, es
Susana Islas, que como su hermano Alejandro, aparecen como accionistas
de empresas que fueron beneficiarias últimas de las triangulaciones de
fondos por 300 millones de pesos, como informó el semanario Proceso en su edición 2233.
Así, sea licencia apócrifa o no, lo cierto es que Rosario Robles ha
mentido respecto a su domicilio personal de manera reiterada; que
precisamente, por el domicilio de Torreón, hay un vínculo al delito
principal que es el desvío de recursos federales, más allá de la
presunta omisión en su deber de informar al presidente que fue Enrique
Peña Nieto, su superior entre 2012 y 2018.
A estas alturas, es posible que la técnica jurídica haya fallado de
comprobarse el alegato de la defensa de Rosario Robles, pero también que
en estas semanas se abrieron líneas de investigación sobre las cuales
aun se desconocen avances pero necesariamente tendrán que aparecer en el
proceso.
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